Salud España , León, Viernes, 05 de junio de 2009 a las 12:14

Investigadores de Ibiomed de León recuperan parte del daño en cirrosis a través de un flavonoide

El tratamiento, basado en la quercitina, consigue mejoras significativas en modelos animales

AMR/DICYT Una investigación conjunta del Ibiomed (Instituto de Biomedicina de la Universidad de León) y la Universidad Federal de Río Grande del Sur (Brasil) ha desarrollado un tratamiento basado en un antioxidante con significativas mejoras en complicaciones pulmonares derivadas de la cirrosis. Esta enfermedad crónica afecta a dos de cada cien españoles, según los datos de la Asociación Española para el Estudio del Hígado. La investigación científica, publicada en la revista The Journal of Nutrition, ha demostrado en modelos animales cómo es posible reducir el daño mediante el uso de quercitina.

 

El equipo de investigación estaba formado por María José Cuevas, María Jesús Tuñón y Javier González Gallego, de Ibiomed, y Juliana Tieppo y Norma Marroni de la Universidad Federal de Río Grande del Sur. El estudio se desarrolló en el marco del Centro de Investigaciones en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd) del Instituto de Salud Carlos III y, en el caso del grupo brasileño, con la financiación de la Coordinación de Perfeccionamiento de Personal de Nivel Superior (Capes, en su acrónimo en portugués).

 

Se estima que el 15% de las personas con cualquier tipo de cirrosis hepática desarrolla síndrome hepatopulmonar. El único tratamiento válido para este síndrome conocido hasta ahora es el trasplante ortotópico de hígado. “De ahí la importancia de buscar fármacos que puedan prevenir el desarrollo de este síndrome”, explica a DiCYT Cuevas, bióloga.

 

Cirrosis provocada en ratas

 

Los investigadores utilizaron un modelo experimental con ratas, en el que se realizó la ligadura del conducto biliar para producir una cirrosis biliar secundaria. “Se trata del único modelo animal que desarrolla estas alteraciones pulmonares”, aclara Juliana Tieppo, con formación en Fisioterapia. Esta ligadura permaneció durante 14 días, momento en el que comenzó el tratamiento, que también duró 14 días. Al final del periodo de 28 días, los científicos midieron los resultados. Para ello utilizaron animales control y con cirrosis por la ligadura, administrando a parte de los animales en cada grupo quercitina – un flavonoide presente en alimentos como las verduras y frutas o el vino –, de tal forma que se pudo conocer el efecto de la cirrosis y del síndrome hepatopulmonar y los beneficios que podría ejercer el antioxidante sobre ambos.

 

El equipo científico observó que cuando se desarrolla el síndrome hepatopulmonar se modifican una serie de parámetros como el receptor de la endotelina en el pulmón. Esta circunstancia altera, a su vez, la óxido nítrico sintasa endotelial, una enzima productora de óxido nítrico. Esto es, aumenta el óxido nítrico, que funciona como vasodilatador en el pulmón y contribuye a las alteraciones del síndrome hepatopulmonar.

 

Existe una segunda forma para producir óxido nítrico, a través de la traslocación bacteriana. “El hígado no filtra la sangre como debería y esta sangre contamina el pulmón”, simplifica Tieppo. En ese momento, se acumulan diferentes células como los macrófagos en el tejido pulmonar, que originan un aumento de producción de óxido nítrico por la vía de la óxido nítrico sintasa inducible, otra enzima.

 

Para que se produzca síndrome hepatopulmonar hay además del aumento de producción de óxido nítrico una vía adicional, que está mediada por un segundo vasodilatador, el monóxido de carbono (CO). En este caso aumenta la actividad de la enzima hemooxigenasa 1.

 

Mejoras en el grupo cirrótico

 

El grupo de investigación midió la expresión de los dos tipos de enzimas implicadas (de producción de óxido nítrico y de monóxido de carbono) y del receptor de endotelina B, así como la activación del factor de transcripción que regula estas enzimas (denominado factor nuclear kappaB o NF-kappaB). Resultó que el grupo control con quercitina quedaba igual que al comienzo de la investigación, y que el cirrótico sin tratamiento seguía estando dañado, “tal y como se esperaba”, declara Cuevas; pero los animales cirróticos tratados con quercitina mostraron una clara mejoría. Concretamente, en el grupo cirrótico sin tratamiento aumentaba la expresión de todos los parámetros medidos y se activaba el factor de transcripción, mientras que en el cirrótico tratado se revertían estos efectos.

 

Estas circunstancias llevaron a pensar a los científicos si el tratamiento hacía efecto directamente en el pulmón o actuaba indirectamente a través del hígado. Así se comprobó que los parámetros hepáticos mejoraban substancialmente respecto al grupo cirrótico sin tratamiento, y que los efectos hepáticos de la quercitina contribuirían a la mejora de las complicaciones pulmonares.

 

Para el futuro, la idea de este grupo hispano-brasileño es seguir profundizando en la materia, “porque los resultados son interesantes, pero sólo se han demostrado en modelos animales”, dice Cuevas. Por ello, el siguiente objetivo es pasar a realizar estudios en cultivos celulares que permitan identificar mejor los mecanismos implicados a nivel molecular. “Aunque el hallazgo es muy interesante, aún quedan muchos pasos para poder decir que los antioxidantes como la quercitina deban incluirse en el arsenal terapéutico para el tratamiento de las complicaciones de la cirrosis”, advierte María José Cuevas. Ibiomed ya había realizado estudios con quercitina en otras ocasiones en dolencias como la diabetes o la hipertensión portal.