Salud España , Salamanca, Martes, 20 de septiembre de 2005 a las 15:34

Investigadores de la Universidad Pontificia de Salamanca diseñan un protocolo para detectar situaciones de maltrato

La Junta de Castilla y Leon distribuirá ejemplares a los centros de atención primaria de la región para facilitar la identificación de casos de violencia de género

Ana Victoria Pérez/DICYT El profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia de Salamanca Antonio Sánchez Cabaco, junto con la joven investigadora Sarai Mata Gil, son los artífices de un protocolo basado en pruebas psicológicas a través de las que se pueden diagnosticar situaciones de estrés postraumático derivadas de malos tratos. Desde hace dos años ambos investigadores trabajan en colaboración con el equipo del profesor Ulf Lumbres, de la Universidad de Estocolmo, lo que les ha permitido completar y contrastar los resultados de los test psicológicos con una prueba biológica, incrementando la fiabilidad del protocolo que han diseñado.

La investigación se enmarca dentro de una serie de iniciativas vinculadas al programa europeo e.Quality, a través del que se ha trabajado para mejorar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Según explica el profesor Sánchez Cabaco a DICYT "con esta investigación hemos querido diseñar una herramienta que permita detectar las situaciones de malos tratos en los primeros estadíos ya que, según nuestro estudio, las mujeres que sufren violencia de género tardan una media de 13 años en tomar algún tipo de iniciativa para salir de esa situación", y añade "nuestra intención es dotar a los centros de atención primaria de una herramienta rápida para mejorar el diagnóstico y poder derivar a las mujeres afectadas a los servicios sociales". Un objetivo que los investigadores verán cumplido en el mes de diciembre, ya que la Junta de Castilla y León tiene previsto editar y distribuir copias del protocolo entre los médicos de atención primaria de la región.

 

Cinco cuestionarios

El protocolo diseñado por el equipo de la Universidad Pontificia consta de una evaluación psicológica preliminar durante la que la mujer debe responder a cinco cuestionarios que miden parámetros como la autoestima, los niveles de ansiedad, la alexetimia (incapacidad para expresar sentimientos) y la aparición o no del estrés post traumático. Gracias a estos cuestionarios los expertos pueden evaluar la situación general en la que se encuentra cada mujer, y en el caso concreto del estudio desarrollado por el equipo de profesor Sánchez Cabaco, han servido también para dibujar un perfil general de las víctimas.

"Hemos realizado nuestro estudio con 100 mujeres, 50 de las cuales había sufrido malos tratos por parte de sus parejas y se encontraban en pisos de acogida. El contacto con estas mujeres, que ha sido posible gracias a la colaboración de la Dirección General de la Mujer de la Junta de Castilla y León y de la Junta de Extremadura, se ha realizado tomando las mayores precauciones posibles y con total garantía de anonimato para las participantes".

Según los casos analizados por los investigadores charros la mujer maltratada tiene una edad media de 39 años, se encuentra en un 50% de los casos separada de su agresor, con el que comenzó su relación a edades tempranas y del que en un 87% de los casos depende económicamente. La mayor parte de estas mujeres reconoce haber sufrido agresiones sexuales casi a diario y en un 63% de los casos los malos tratos propinados por sus parejas se hacían extensivos también a los hijos o a otros miembros de la familia.

"Una vez evaluada la situación a través de estos cuestionarios de carácter general, pasamos una última prueba psicológica", explica Sánchez Cabaco: "Se trata de una prueba diseñada específicamente por nosotros a la que denominamos stroop emocional. Durante la misma se propone a la persona la lectura de una serie de elementos sobre unas tarjetas que contienen dos informaciones incongruentes entre sí. Por ejemplo, se escribe la palabra 'verde' con tinta roja y el entrevistado debe decir el color en el que se muestra la grafía y no leer palabra en sí misma. En el stroop emocional diseñados para diagnosticar malos tratos intercalamos términos neutros escritos en diferentes colores, como puedan ser manzana o gato, con términos relacionados con situaciones de agresión, (bofetada o paliza). La persona maltratada tarda más tiempo en identificar el color en el que están escritas esas palabras, porque procesa el significado emocional de las mismas. Habitualmente completar el test les lleva el doble de tiempo que a una persona a la que no agreden habitualmente".

Una muestra de saliva

La viabilidad del test diseñado por el profesor Sánchez Cabaco y Sarai Mata Gil ha sido refrendada por las pruebas biológicas de un equipo de la Universidad de Estocolmo especializado en el diagnóstico de estrés post traumático en mujeres que se han enfrentado a una guerra, o que han sufrido situaciones de catástrofe y miseria generalizadas. Los investigadores suecos, dirigidos por el científico Ulf Lumbers, han detectado que las personas a las que se les ha diagnosticado estrés post traumático presentan niveles altos de una hormona denominada cortisol.

La colaboración entre los investigadores suecos y los españoles ha permitido corroborar que aquellas mujeres a las que tras realizar las pruebas psicológicas se las identificó como víctimas de maltrato, presentaban niveles de cortisol en saliva muy superiores a los habituales.

La importancia de educar
A pesar de la contribución que estas investigaciones realizan para paliar el problema de la violencia de género, Antonio Sánchez Cabaco advierte de que no se está atacando la desigualdad: "Podemos, a través de la investigación, la legislación o los servicios sociales, mejorar la situación que viven estas personas, pero la única forma de luchar contra la desigualdad y la violencia de género es educando a las personas desde la infancia para que respeten y consideren al género opuesto".