Investigadores del IOBA tratan de mejorar el resultado final de la cirugía de cataratas
Cristina G. Pedraz/DICYT La cirugía de cataratas es la cirugía la más frecuente en el ámbito de la oftalmología. Se calcula que al año se realizan en España cerca de 400.000 intervenciones de este tipo, consistentes en la sustitución del cristalino opacificado (lo que ocasiona la pérdida de visión) por una lente artificial que permite restaurar la visión. Investigadores del Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de Valladolid han analizado el estado refractivo de estos pacientes tras la cirugía de cataratas, con el fin último de optimizar el resultado final de la intervención.
El trabajo forma parte de la tesis doctoral de la óptico-optometrista e investigadora del IOBA Victoria de Juan, quien ha estado tutorizada por el oftalmólogo del Instituto José María Herreras Cantalapiedra. De Juan explicará este trabajo, desarrollado en los últimos cuatro años, en un Seminario de Investigación que se impartirá hoy en el centro.
“Hemos analizado aspectos fundamentales de la refracción después de cirugía de cataratas como el tiempo de estabilización refractiva del paciente, analizándolo con distintos métodos. También hemos validado diferentes instrumentos y estudiado si el instrumento que se utiliza para calcular la potencia de la lente intraocular afecta o no a la refracción, y en qué medida”, resume la investigadora en declaraciones a DiCYT.
Se trata, así, “de mejorar los resultados finales de la cirugía de cataratas”, la más frecuente a nivel oftalmológico y cuyos pacientes “cada vez más requieren quedar mejor y no tener que llevar gafas”. Esto está asegurado, normalmente, cuando las características del ojo del paciente son “relativamente normales”, mientras que empeora cuando la longitud axial del ojo “es muy grande o muy pequeña”.
El proyecto de tesis, que se defenderá el próximo 1 de marzo, se ha llevado a cabo en diferentes fases. En 2008 se buscó la financiación necesaria para su desarrollo, que se consiguió finalmente a través de los Fondos de Investigaciones Sanitarias (FIS) del Instituto de Salud Carlos III. En 2009 y 2010 se realizó la reclutación de pacientes, un total de 210. Al final de este proceso se empezaron a analizar los resultados y a elaborar las primeras publicaciones.
Resultados del trabajo
En la investigación se han estudiado dos instrumentos que se utilizan para calcular la lente intraocular, es decir, la lente artificial que reemplaza al cristalino y que permite recuperar la visión del ojo: la biometría ultrasónica (US) y la biometría óptica.
Según han comprobado, los ojos que tienen una longitud axial muy grande o muy pequeña, es decir, los pacientes que son “o muy miopes o muy hipermétropes”, tienen un peor resultado después de la cirugía de cataratas. Aunque este hecho ya se conocía, los investigadores han determinado que si se utiliza la técnica de la biometría óptica “los resultados mejoran”.
Este hallazgo tiene una relevancia importante, ya que “se podría elaborar una especie de protocolos que nos indicaran qué instrumento se debe utilizar ante una determinada longitud axial o unas determinadas características del ojo, para que el resultado después de la cirugía sea mejor en ese paciente”, señala la investigadora.