La imagen como nido de estereotipos
URJC/DICYT El Departamento de Comunicación I de la Universidad Rey Juan Carlos analiza la manera en que las ONG representan gráficamente a los habitantes del Tercer Mundo. Entre los resultados obtenidos, se concluye que las imágenes que aparecen en sus webs no ayudan a conocer de cerca su forma de vivir, su cultura o sus posibilidades de desarrollo, a pesar de que el uso de las tecnologías digitales se presenta como instrumento inmejorable para facilitar la sensibilización, la concienciación y la educación para el desarrollo.
Los logros que han conseguido en los últimos años las ONG por su trabajo por el desarrollo del llamado Tercer Mundo son claros, sin embargo las fotografías que ilustran sus páginas web contiene aún imágenes llenas de estereotipos sobre el Tercer Mundo, los mismos que están arraigados en el subconsciente de las sociedades más desarrolladas.
De los resultados de este estudio se desprende que se identifica la imagen de los niños y de la mujer con las personas que necesitan ayuda mientras que los cooperantes son representados por varones en la mayor parte de los casos. En total, un 55% de las personas que aparecen son mujeres, de éstas el 54% son beneficiarias de las ayudas de las ONG mientras que el 46% restante son cooperantes, activistas o voluntarias. En cuanto a los hombres, representan el 45% y el porcentaje se reparte de manera más desproporcionada ya que los beneficiarios aparecen en un 20% y los cooperantes, activistas o voluntarios en un 80%. Si escrutamos los datos del análisis de las fotografías en las que sólo salen personas necesitadas de ayuda el porcentaje se revela muy esclarecedor ya que del total un 35% son mujeres, un 10% hombres y un 57% niños.
En cuanto a las acciones se observa que la mayor parte de las personas que aparecen en la fotografía lo hacen posando, seguido de lejos por aquellos que participan en conferencias o los que hablan. Y estas actividades, según la investigadora Rebeca Martín Nieto, “no permiten conocer de cerca su forma de vivir, su cultura o sus posibilidades de desarrollo”.
Las imágenes que se publican en las páginas web de las ONG sobre las mujeres y su trabajo no se corresponden con el papel real de la mujer en muchas de las zonas donde las ONG operan; y por no ser visible, sigue sin tomar protagonismo en los procesos participativos de toma de decisiones. Los distintos porcentajes entre cooperantes y beneficiarios se vuelven reveladores. Mientras que los colaboradores aparecen en un 35% dando conferencias, en un 29% posando y en 12% hablando, los beneficiarios de las ayudas parecen en un 71% posando para la foto, de los que el 52% son niños. Del total entre las fotos en las que aparecen niños, estos posan en un 90%, por lo que la imagen no permite conocer cómo se desenvuelven en su ámbito natural, cómo trabajan, o cómo se relacionan.
El estudio presentado por la Universidad Rey Juan Carlos se ha llevado a cabo para conocer qué personas aparecen representadas en las páginas web oficiales de las ONG (proporción de hombres, mujeres, y niños), y averiguar si los beneficiarios de las ayudas de estos organismos tienen más o menos protagonismo que los propios cooperantes, socios, o colaboradores. Asimismo, también se ha observado cuáles son las actividades que realizan las personas que aparecen representadas en las fotografías, para observar si las imágenes de las web facilitan el mantenimiento, la creación o el cambio de estereotipos.
El método utilizado ha sido el análisis de fotografías individuales, colectivas y los banners superiores de la páginas de inicio de 38 ONG Calificadas por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
En conclusión, las miradas que se lanzan a los países en vías de desarrollo siguen siendo estereotipadas y la imagen que llega de estos lugares conocidos como tercer mundo pasa por el tamiz de la espectacularidad de las guerras, los desastres naturales, la infancia desnutrida y lo sugerente de la publicidad. Por su parte las ONG, las instituciones que más conocen estos países, sus culturas y sus gentes, aún deben trabajar para crear una percepción más cercana y certera de las realidades en las que se desenvuelven.