Alimentación España , Salamanca, Jueves, 30 de julio de 2009 a las 17:54

La temperatura del aire y la descarga glaciar son dos parámetros directamente relacionados

La salmantina Carmen Domínguez narra el trabajo que desarrolla en el Norte de Suecia para obtener datos del calentamiento global

JPA/DICYT Metidos en el agua helada. Así pasan el verano Carmen Domínguez, matemática de la Universidad de Salamanca, y Adolfo Eraso, geólogo y químico de la Universidad Politécnica de Madrid, con el objetivo de calcular el caudal de un río que recoge el agua de cinco glaciares del Norte de Suecia. El trabajo que están haciendo estos días les sirve para tener datos el resto del año, puesto que las sondas que miden el nivel del río les permiten calcular el caudal. ¿Para qué? Los científicos han comprobado que la temperatura del aire y la descarga glaciar, es decir, el deshielo que se produce en verano en los glaciares, están relacionados muy directamente, de manera que las estaciones de la red del Proyecto Glackma resultan una magnífica fuente de datos sobre el calentamiento global.

 

A través de un teléfono vía satélite, que es el único medio con el que puede comunicarse, Carmen Domínguez ha explicado a DiCYT que, una vez instalados los nuevos equipos, el trabajo de los últimos días se ha centrado en la campaña de aforos, es decir, en vadear el río metiéndose dentro para medir la velocidad del agua. En concreto, se trata la salida de una laguna que recoge las aguas procedentes de cinco glaciares y que está situada a 1.111 metros de altura sobre el nivel del mar.

 

"Tenemos que obtener en cada estación lo que se llama la curve de ajuste o calibrado entre caudal y nivel", comenta la salmantina de origen asturiano. "Las sondas nos miden el nivel y nos van almacenando hora tras hora los valores de este parámetro", comenta, "de esta manera, conociendo uno de ellos (el nivel en nuestro caso), podemos calcular el segundo (el caudal)". Sin embargo, para realizar el primer cálculo del caudal no les queda más remedio que hacerlo manualmente en un río de algo más de seis metros de anchura.

 

La temperatura del agua

 

Las sondas miden también la temperatura del agua, ya que con valores por debajo de cero grados, el resultado es que el agua se congela, de manera que "no hay flujo y por lo tanto esos valores medidos se corresponden a procesos de congelación. Esto nos permite discriminar el proceso que nos interesa", señala la investigadora.

 

En este sentido, "por encima de cero grados, el hielo empieza a fundirse, pasando así de la fase sólida a la líquida", algo que también ocurre con el hielo de los glaciares, de manera que se funde. "A esta fusión del hielo es a lo que llamamos en glaciología descarga glaciar y en medir este parámetro es en lo que nos hemos especializado y centrado en el Proyecto Glackma", apunta. Y todo ello porque "cuando en su día comenzamos a estudiar este fenómeno, observamos que la elación que existe entre la temperatura del aire y la descarga glaciar es muy directa".

 

Para que los datos que obtienen sean realmente fiables, la red de estaciones con la que cuenta el proyecto, hasta ahora tres en el hemisferio Norte y tres en el Sur, están midiendo los datos cada hora durante todos los días del año. Por eso, Carmen Domínguez asegura que cuando le preguntan cuánto tiempo va a durar la investigación suele responder con otra pregunta: "¿hasta cuándo va a seguir el calentamiento global?".