Tecnología España , Burgos, Martes, 03 de enero de 2012 a las 16:50

La Universidad de Burgos participar谩 en un proyecto europeo para crear un raticida menos t贸xico

El plan contempla investigar sobre feromonas que sean capaces de atraer a los mam铆feros, un aspecto poco desarrollado

RAG/DICYT La Universidad de Burgos (UBU) participará en el proyecto europeo PiedPiper (Flautista de Hamelín en inglés), integrado por cuatro empresas y tres centros de investigación de España, Francia, Países Bajos y Reino Unido, y en el cual se pretende desarrollar un raticida menos tóxico que los que se están disponibles en el mercado en la actualidad. La Institución académica burgalesa también se encargará de investigar sobre feromonas que sean capaces de atraer a estos roedores hacia la trampa. El uso de estas sustancias es habitual en seres "más primarios" como los insectos, sin embargo, para los mamíferos no existe un producto que se sirva de estos compuestos para la erradicación de sus plagas.

 

La idea del proyecto parte de una nueva normativa europea (Biocides Directive 98/8EC Revision COM (2009) 267) que pretende regular el uso, entre otras, de las sustancias empleadas como raticidas. Las más utilizadas actualmente son las anticoagulantes, pero se ha demostrado que su uso prolongado les hace perder eficacia a consecuencia de la adquisición de resistencia por parte de los roedores. Además, pueden provocar la conocida como mortalidad secundaria o no deseada si otros animales -como los perros- se alimentan de los cadáveres de las ratas que previamente las hayan ingerido, ha explicado a DiCYT Roberto Quesada, investigador responsable del proyecto en la Universidad de Burgos.

 

Además de en el desarrollo de este raticida menos tóxico, la UBU investigará dentro de este proyecto en feromonas que sean capaces de atraer hacia el raticida a los animales a los que se quiera eliminar Éstas son compuestos químicos, "normalmente pequeños", capaces de provocar una reacción en un animal, que puede ser de atracción, de repulsión o de indicación de un peligro, entre otras. Es una molécula que normalmente se acopla a un tipo de receptor y desencadena una conducta o reacción en el individuo, ha afirmado el también miembro del Grupo de Investigación Nuevos materiales Heterocíclicos y Química Supramolecular (SUPRABUR).

 

En los mamíferos habitualmente entran al cuerpo a través del olfato o del gusto, y hacen que se activen una serie de mecanismos corporales que generen una reacción. "Si tienes un plato favorito y lo ves, a ti esa visión te activa unos mecanismos que harán que tengas ganas de comer eso. También existen perfumes que incluyen feromonas para la atracción sexual". La labor de estas sustancias está muy bien documentada en el caso de los insectos, "pues son animales más primarios o básicos", sin embargo, "queda mucho por desarrollar" en lo que se refiere a otros animales como pueden ser los mamíferos, ha incidido.

 

Raticida único

 

Roberto Quesada ha precisado que el raticida que se va a utilizar en el proyecto es único, y ya existe un compuesto candidato que por razones de interés industrial aún no se ha hecho público. En los próximos meses se trabajará para fijar la dosis idónea y la forma de aplicarlo, es decir, cómo se va a conseguir que entre en contacto con las ratas. Por lo general, el roedor lo que hace es ingerir el raticida, pero en este proyecto se investigará en técnicas alternativas, ha apuntado.

 

El fin último de este plan será el generar un prototipo que funcione como trampa para ratones, a la que el ratón debe estar tentado a acudir. "Se va a investigar desde la fabricación del aparato en sí hasta qué nuevos raticidas se van a utilizar y cómo se va a conseguir que ratas y otros animales se acerquen a este nuevo sistema", ha concluido.

 

Las empresas participantes en el proyecto de investigación son Biotronics (Reino Unido), Cellvax (Francia), Helios Biosciences (Francia) y Sunmit Europe (Holanda), además de las universidades de Burgos y Aston (Birmingham, Reino Unido), y el Centro de Desarrollo Tecnológico IRIS de Cataluña. Financiado al 75 por ciento dentro del Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico (7PM) de la Unión Europea, su presupuesto está cercano al millón de euros.