La Universidad de Valladolid investiga la reutilización del agua residual en industrias alimentarias
CGP/DICYT Investigadores del Centro de Tecnología Azucarera (CTA) y del Grupo de Tecnología Medioambiental de la Universidad de Valladolid trabajan conjuntamente en la reutilización del agua residual que se genera en las industrias alimentarias, el principal problema al que se enfrentan este tipo de fábricas. En concreto, centran sus esfuerzos en las azucareras, aunque sus investigaciones pueden aplicarse a la elaboración de vinos, la preparación de pastas, la fabricación de cacao, chocolate y confitería o la conservación de pescado. Según ha explicado a DiCYT María Teresa García Cubero, directora del CTA, se trata “de mejorar sus procesos y realizar una asesoría técnica cuando se les plantee alguna dificultad”.
En el caso de las azucareras, tanto el producto con el que se trabaja, la remolacha, como el método de producción requieren una gran cantidad de agua, lo que genera a su vez un gran volumen de residuos líquidos. De hecho, son los vertidos que más inconvenientes plantean a las azucareras, frente a los sólidos y los orgánicos. En este sentido, la principal línea de investigación en la que trabajan es el desarrollo de procesos de tratamiento para lograr la reutilización de las aguas con el fin de mejorar la gestión y emisión de residuos.
Como detallan los investigadores, a medida que avanza la sensibilización general respecto a los vertidos se están buscando métodos de trabajo más restrictivos que eviten en la medida de lo posible tanto los propios vertidos como los olores. En este sentido, recuerda Cubero, en el CTA “vienen desarrollando su actividad de forma habitual distintos profesores de la Universidad, y algunos del Departamento de Ingeniería Química centran su investigación en el tratamiento de aguas residuales y en particular en azucarera”.
En concreto, en colaboración con Azucarera Ebro trabajan en un proyecto que pretende mejorar los sistemas de prevención integrada de la contaminación a través de la experimentación en una fábrica tipo, donde se intentan adelantar medidas que será necesario adoptar en cuanto entre en vigor la nueva Ley de Prevención Integrada de la Contaminación que, además, requiere un enfoque global para los tratamientos.
Cierre de circuitos
Otra de las líneas en las que se están concentrando más esfuerzos es la que trata de lograr un mayor cierre en los circuitos de producción del azúcar, de modo que se pueda reutilizar la mayor cantidad posible de agua, evitando que acabe como vertido y consiguiendo un menor aporte de aguas. Sin embargo, este proceso presenta diversos problemas puesto que, al tratarse de una industria alimentaria, es necesario tener en cuenta los aspectos sanitarios y de calidad del producto.
Según precisa la experta, se trata también “de investigar para que los procesos sean lo más eficaces posibles”. En la actualidad, estas plantas tienen un problema de ajuste de los parámetros a la normativa y el grupo de investigadores les ofrece asesoramiento en cuanto a condiciones de operación y mejora del proceso “para que puedan cumplir con esa legislación”. “Se trata de la reutilización de agua y también de cerrar circuitos para que consuman menos”, concluye.
Entre los sectores e industrias que pueden estar interesadas en estas aplicaciones se encuentran las de preparación y conservación de frutas y hortalizas, la industria cárnica, las industrias lácteas, la elaboración de vinos, cerveza, malta y otras bebidas alcohólicas, la fabricación de productos de panadería y pastas alimenticias, la elaboración de aguas y bebidas no alcohólicas, la fabricación de grasas y aceites, productos de molinería, almidones y productos amiláceos, el procesado y conservación de pescados o la fabricación de productos para la alimentación animal.