Salud España Madrid, España, Viernes, 27 de enero de 2006 a las 14:03

Los expertos apuestan por la implantación de un balón intragástrico para los obesos que dejan el tabaco

Un 60% de los exfumadores gana peso tras abandonar la nicotina

AVPR/DICYT Cerca de un 60% de los fumadores que abandonan la nicotina gana peso una vez que ha cesado el hábito. El dato, ofrecido por la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad del Hospital Madrid-Montepríncipe, desanima a muchas personas obesas que se proponen dejar de fumar sin que ello les genere un problema de salud. Para facilitar la recuperación de hábitos de vida saludables a estas personas los expertos recurren cada vez con mayor frecuencia a la instalación de un balón intragástrico.

El doctor Gontrand López-Nava, director de la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad del Hospital Madrid-Montepríncipe explica cómo “mientras se es adicto a la nicotina, ésta quema aproximadamente unas 300 calorías diarias sin hacer el más mínimo esfuerzo. Se trata de una sustancia capaz de acelerar la velocidad del metabolismo basal, así como de reducir la ansiedad del fumador. Cuando cesa el consumo de tabaco la velocidad del metabolismo basal vuelve a la normalidad, mientras la ansiedad aumenta”.

A pesar de lo que pueda parecer, la falta de nicotina es responsable tan sólo de un 30% de la ganancia de peso. El otro 70% se debe, según los expertos, a un aumento de las calorías ingeridas. "De hecho existen estudios que han demostrado que el exfumador aumenta en 300 kilocalorías diarias su dieta durante los meses posteriores al abandono del tabaco debido a factores psicológicos relacionados con la ansiedad del síndrome de abstinencia, y otros físicos como la mejoría sensitiva del olfato y gusto por la comida", señala el doctor López-Nava.

Balón intragástrico

En este contexto es en el que los expertos recurren a la implantación de un sistema interno regulador del apetito que facilita no sólo el seguimiento de un régimen a las personas obesas, sino también la ingesta de alimentos asociada a la ansiedad que les produce el abandono del tabaco. Se trata de un dispositivo que se introduce en el estómago sin cirugía, a través de endoscopia digestiva, y que sirve como complemento a una dieta hipocalórica y a un programa de modificación de las conductas alimenticias.

Pero este sistema no está indicado para todo tipo de pacientes. El balón intragástrico sólo se incorpora a aquellos pacientes con un índice de masa corporal por encima de 30, lo que equivale a unos 15-20 kilos de sobrepeso en un adulto.

 

 

Una mezcla explosiva
La obesidad, al igual que el tabaquismo, constituyen en la actualidad graves problemas de salud pública. Se estima que en España el 14'5% de la población es obesa (y hasta el 50% tienen sobrepeso), y un 31% de los españoles son fumadores. Ambos problemas de salud están directamente relacionados ya que, potencian los efectos perjudiciales metabólicos, respiratorios, locomotores y cardio-circulatorios, que tienen por separado. Por otro lado, engordar es la mayor preocupación de los que se proponen dejar de fumar. De hecho, según una encuesta realizada por el Club de la Farmacia entre 220 farmacéuticos de toda España, en el 64% de los fumadores, el miedo a engordar es su mayor preocupación, seguido de los efectos de su adicción a la nicotina (25'86%) y del precio del tratamiento para dejar de fumar (6'89%).