Tecnología España , Salamanca, Lunes, 21 de julio de 2008 a las 17:53

"Los principios de la literatura científica clásica valen también para internet"

El experto Javier Sanz Valero, en la apertura del curso 'Biblioteca Virtual en Ciencias de la Salud'

José Pichel Andrés/DICYT Los cambios que han introducido las nuevas tecnologías en la comunicación científica no deben modificar los estrictos criterios de calidad que han utilizado siempre los profesionales en los formatos clásicos. Así lo ha manifestado hoy en Salamanca el experto Javier Sanz Valero, especialista en Historia de la Ciencia de la Universidad Miguel Hernández y la Universidad de Alicante, que ha participado en el curso de verano Biblioteca Virtual en Ciencias de la Salud.

 

La primera jornada de esta actividad formativa de la Universidad de Salamanca han puesto de manifiesto que internet y las nuevas tecnologías han revolucionado casi todo en la comunicación científica. "A principios de los años noventa, con la aparición de la web y los formatos html representaron un cambio total, con el hipertexto, la imagen y la consulta interactiva de cualquier documento", ha declarado a DiCYT Sanz Valero. "Antes rellenábamos fichas para solicitar un préstamo que podía no llegar nunca, no existía la inmediatez. Ahora, cualquiera desde su ordenador puede entrar en una biblioteca virtual, bajarse un documento en PDF y poderlo consultar en breves segundos", afirma.

 

En concreto, en el área de Ciencias de la Salud "hay bases de datos para ver lo último que se ha publicado sobre un área temática o por un autor, algo impensable hace años". Sin embargo, "tenemos que convenir qué principio de calidad debe regirnos", reclama el experto, recordando que existen millones de blogs en todo el mundo. "Si vamos por la calle y encontramos un libro sin tapas y sin editorial, lo más seguro es que no lo citemos como científico. Del mismo modo, si entramos en una página de la que no sabemos qué autor, qué institución o qué método está detrás, no deberíamos citarla", apunta.

 

En definitiva, "los mismos principios de calidad que valen para la literatura científica clásica valen también para internet, da igual que el contenido esté en formato digital o en papel, lo importante no es el soporte, sino la información científica". El científico puede fiarse de las viejas fuentes de información, ahora presentes en internet, o de las nuevas fuentes, para las que se generan unos principios mínimos de calidad, igual que pasa con las revistas. Sin embargo, "para tener esa facilidad de acceso de la que siempre se habla, ha habido un proceso de almacenamiento que es igual de importante, la indización, porque si no, no hay recuperación posible de la información", agrega Sanz Valero. Por eso, en Ciencias de la Salud, existen en internet fuetnes de referencia como las bibliotecas virtuales de universidades españolas y extranjeras, es decir, "cientos de medios para acceder a documentos bien clasificados".

 

En cuanto al proceso de publicación, ocurre lo mismo que en el proceso de consulta. "Comunicar el conocimiento tiene el mismo valor, pero ahora contamos con ventajas", explica. "Si Cervantes hubiese tenido un procesador de textos para escribir el Quijote, hubiera tachado menos, manejar la Informática no permite escribir el Quijote, pero lo facilita la labor a quien sabe hacerlo, lo que tenemos son nuevas herramientas que nos facilitan muchísimo el trabajo", afirma. En este sentido, para los científicos españoles la gran dificultad sigue siendo el idioma, ya que "cuando publicamos en una revista anglosajona de alto impacto, los revisores nos dicen perfile usted su inglés, ya no que lo corrijamos, sino que lo perfilemos, dirigiéndolo al Reino Unido o a Estados Unidos, por ejemplo".

 

Dos tendencias 
 
Javier Sanz Valero percibe dos tendencias en la comunicación científica, relacionadas con el acceso y con el uso que se le da a la comunicación científica. Por una parte, se está potenciando el acceso abierto a la información científica con proyectos como el Open Access Iniciative, que empezó en Budapest en 2002. "La idea es que nosotros generamos la comunicación científica, así que deberíamos colgarla en acceso abierto y gratuito para otros colegas, y vamos camino de hacerlo. Por otra parte, la comunidad científica y los usuarios en general aún están en un proceso de "familiarización digital", en opinión del experto. Por ejemplo, debemos usar bien el lenguaje html, estamos acostumbrados a imprimirlo todo y según datos de la FAO se está consumiendo más papel que antes. Debemos acostumbrarnos al nuevo documento con ventajas como el hipervínculo, las anotaciones, los múltiples datos datos, la posibilidad de mandarlos on line y todas estas ventajas corresponden a la alfabetización digital", afirma.