“Los transgénicos son igual o más inocuos que los alimentos convencionales”
CGP/DICYT Pese a que en países como China la producción de alimentos transgénicos (aquellos modificados genéticamente con el fin de aportar nuevas propiedades) es creciente, sobre todo para responder a la demanda alimentaria de su población, en Europa aún existen dudas acerca de su conveniencia para la salud y el medio ambiente. Daniel Ramón Vidal, experto en tecnología de los alimentos, director científico de la empresa Biópolis y Premio Europeo de Divulgación Científica recuerda en declaraciones a DiCYT que los transgénicos “son igual de inocuos o más que los convencionales”, ya que los controles que pasan son más estrictos.
“No podemos asegurar que su riesgo es cero, como tampoco podemos decirlo de los orgánicos o de otro tipo”, subraya, al tiempo que añade que con todos los transgénicos comercializados hasta la fecha “se han hecho los mayores controles sanitarios”. “Ojalá se hiciera igual con todos los alimentos funcionales”, insiste. Respecto al impacto medioambiental, las liberaciones controladas de todos los productos que han obtenido el permiso de comercialización han sido positivas puesto que el impacto “no ha sido mayor que con las plantas convencionales”. Por ello, el experto considera que la extensión de estos alimentos a Europa es solo “cuestión de tiempo”.
Además de abordar la relación riesgo-beneficio, Vidal ha detallado el trabajo que realiza Biópolis, compañía que tiene entre sus socios al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). “Usamos la biotecnología de forma indirecta, es decir, utilizamos transgénicos para evaluar ingredientes funcionales, como una herramienta que no está presente en el producto final”.
El investigador, quien ha publicado más de un centenar de artículos científicos en revistas internacionales, ha puesto como ejemplo de las líneas de trabajo de la empresa un proyecto para determinar cómo afectan los polifenoles de cacao a una ruta relacionada con el envejecimiento. “Lo hemos podido demostrar de forma rápida y conclusiva utilizando modelos animales muy sencillos. En concreto, primero hemos utilizado una levadura con la que se hace el pan, la cerveza y el vino, y con el conocimiento molecular que hemos adquirido hemos dado el salto a un gusano muy pequeño, que mide un milímetro, y en él hemos podido comprobar la ruta en la que está actuando”, precisa.
Arranca el Congreso de Biotecnología Agroalimentaria
La ponencia de Daniel Ramón Vidal ha sido una de las que ha abierto el I Congreso de Biotecnología Agroalimentaria. Durante la jornada de hoy y la de mañana jueves, la Feria de Valladolid se convertirá en un espacio para la divulgación de productos innovadores con aplicación en viticultura, galletería, levaduras, industria farmacéutica, alimentación humana y de mascotas, mermeladas, lácteos, harinas, hortalizas o detección de toxinas. En total, 16 compañías estarán representadas en la zona expositiva.
A lo largo del congreso alrededor de 300 especialistas participarán en las ponencias, mesas redondas y talleres que conforman el programa de actividades. La relación de asistentes incluye, además de los ponentes, profesionales procedentes del País Vasco, Andalucía, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Cataluña, Canarias, La Rioja y Madrid. El objetivo general no es otro que dar a conocer las posibilidades que la biotecnología ofrece, su capacidad para aportar soluciones y dar respuesta a los retos de futuro que se plantean al sector.
Entre las posibilidades de la biotecnología en la industria agroalimentaria se incluye la obtención de nuevos principios activos, la elaboración de ingredientes alimentarios más saludables, la garantía de calidad y seguridad de los alimentos, la mejora de los procesos biotecnológicos clásicos, disminuir el impacto ambiental derivado de su actividad industrial o la revalorización de sus residuos.