Un científico burgalés del CSIC identifica una estrategia de supervivencia de las crías peor nutridas de estornino
IGC/DICYT Un equipo de investigadores del CSIC dirigido por el científico burgalés Diego Gil ha descubierto que las crías de estornino negro peor nutridas potencian el desarrollo de las boqueras de las comisuras de sus picos para tratar de conseguir más alimento. El trabajo, que aparece publicado en la revista Proceedings de la Real Sociedad de Reino Unido en su edición sobre Biología, puede extrapolarse a otras especies con similar proceso de cría.
Según informó hoy el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) mediante un comunicado, el hallazgo realizado por Diego Gil, científico titular en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, y su equipo surgió gracias a una observación casual: “Durante nuestros estudios en una zona de la sierra madrileña, descubrimos un nido de estorninos negros que, pese a encontrarse en un pésimo estado de nutrición, presentaban una boqueras desproporcionadas con el resto de su cuerpo. Esto nos llevó a diseñar un experimento para verificar la existencia de esta plasticidad en el desarrollo”.
Según Gil, “es frecuente que los pollos de un mismo nido compitan intensamente entre ellos para obtener las cebas que les suministran sus padres. De hecho, cuando el alimento escasea, las crías más pequeñas pueden perder esa competición entre hermanos y morir de hambre”. Esta fuerza selectiva, apunta el investigador, explica que las crías de muchas especies de ave presenten grandes y llamativas boqueras a ambos lados de las comisuras del pico, con el fin de abrir éste con la mayor amplitud y acaparar, de esa forma, más comida.
El científico burgalés, cuya línea de investigación se centra en el estudio de la ecología evolutiva en aves, cree que las conclusiones del estudio podrían extrapolarse a otras especies con procesos de cría similares al del estornino negro, un ave común en la Península Ibérica. “Más allá del resultado concreto de esta investigación, el estudio avala la idea de que el desarrollo de los animales no es un proceso rígido e inamovible, sino flexible y con un grado considerable de plasticidad”.