Salud España , León, Mi茅rcoles, 03 de noviembre de 2010 a las 14:27

Un estudio en mayores de Castilla y Le贸n refleja la importancia de la actividad f铆sica en relaci贸n con su calidad de vida

El trabajo ha sido realizado por investigadores del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Le贸n (Ibiomed)

AMR/DICYT Los especialistas consideran que medida que se produce el progresivo envejecimiento de la población en los países desarrollados, el mantenimiento de la calidad de vida de los mayores se está convirtiendo en un problema de creciente preocupación para la sociedad y las administraciones. Un factor puede incidir en el bienestar de estas personas. "La inactividad física constituye un serio problema de salud pública y un objetivo a abordar para reducir la prevalencia de patologías crónicas y aumentar la calidad de vida relacionada con la salud y las expectativas de vida en los mayores", explica la investigadora del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) Sara Márquez Rosa. Por este motivo, científicos de este centro de investigación han estudiado la relación entre la práctica de actividad física y este indicador de calidad de vida en dos grupos de población mayor de Castilla y León, la región más envejecida de Europa según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

 

Según explica a DiCYT Sara Márquez un indicador para medir el bienestar de los individuos es "la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS), concepto que hace referencia a componentes físico, psicológico y social de la salud". Este índice entiende a estos componentes como áreas diferenciadas e influenciadas por las experiencias, creencias, percepciones y expectativas de las personas, incide la especialista. Algunos estudios han puesto de manifiesto que la institucionalización es un factor que se puede relacionar negativamente con la práctica de actividad física y que el sedentarismo es un fenómeno extendido en las residencias de mayores. Por ese motivo, los investigadores dividieron la población a estudio en Castilla y León entre "institucionalizados" y "no institucionalizados". Se entiende por 'institucionalización' el momento en el que una persona mayor acude a un establecimiento especializado (o institución) ante las dificultades de asistencia de sus cuidadores o familiares.

 

El estudio dirigido por la profesora Sara Márquez, presidenta de la Federación Española de Psicología de la Actividad Física y el Deporte, se publicará en breve en la revista Archives of Gerontology and Geriatrics. En él han participado 400 sujetos de ambos sexos y edades comprendidas entre los 65 y 98 años que respondieron a una batería de cuestionarios entre los que se incluía el SF-36 (el instrumento más ampliamente utilizado para el estudio de la CVRS), la escala de Depresión Geriátrica y el cuestionario de actividad física de Yale. Este último es un cuestionario específico para población mayor, cuya adaptación española y validación fue llevada a cabo hace ya algunos años por este grupo de investigadores.


Los resultados obtenidos indican que, tanto entre las personas institucionalizadas como en las no institucionalizadas, los sujetos más activos son los que muestran valores mejores en las escalas correspondientes a función física, papel físico, dolor corporal y funcionamiento social del cuestionario SF-36. Asimismo, las puntuaciones en la escala de Depresión Geriátrica resultaron más elevadas en los sujetos que practicaban menos actividad física.

 

"Los datos del estudio confirman, en consecuencia, que la actividad física se relaciona con respuestas positivas en los componentes físicos de la calidad de vida relacionada con la salud y, en menor medida produce también una mejora en los componentes psicológicos, reduciendo además los síntomas de depresión", resume la investigadora principal. Además, los resultados obtenidos enfatizan la necesidad de estrategias que estimulen en las personas mayores el desarrollo de estilos de vida en los que juegue un papel importante la actividad física. "La promoción de la práctica de actividad física debe ser un componente esencial de las actividades desarrolladas en las residencias para mayores, para que estos puedan disfrutar de una mayor calidad de vida y un mejor estado de salud", subraya Sara Márquez.