Salud España , Castilla y León, Lunes, 11 de enero de 2010 a las 16:22

Un estudio evidencia el riesgo de los músicos profesionales de sufrir traumatismo acústico

Doctores del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínico de Valladolid examinaron a 65 músicos de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León

CGP/DICYT Al igual que otros trabajadores, los profesionales de la música clásica se encuentran sometidos a sonidos intensos que, pese a ser armónicos y agradables, pueden provocar lesiones auditivas. Doctores del Servicio de Otorrinolaringología y la Unidad de Apoyo a la Investigación del Hospital Clínico Universitario de Valladolid han estudiado a 65 miembros de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y han comprobado que las intensidades que soportan se encuentran por encima de lo que la ley establece como riesgo para la audición, por lo que consideran que el traumatismo acústico debería reconocerse como enfermedad profesional en este colectivo de trabajadores.

 

Darío Morais, jefe del Servicio de Otorrinolaringología, ha explicado a DiCYT el método de estudio, basado en la realización de audiometrías, la valoración de la intensidad y la presión sonora. En cuanto a las audiometrías, fueron practicadas a primera hora de la mañana para garantizar un número suficiente de horas libres de exposición a ruido y fueron acompañadas de una otoscopia y la realización de un cuestionario en busca de antecedentes familiares, personales y síntomas subjetivos óticos y de otro tipo. Del total de 97 músicos que compone la orquesta se examinaron 45 varones y 20 mujeres con una media de edad de 36’37 años.

 

Posteriormente se analizó la intensidad y mediante un sonómetro se registraron los niveles de presión sonora en decibelios A, una unidad de medida que intenta aproximarse más a la realidad auditiva humana filtrando el sonido y conservando sólo las frecuencias más dañinas (el oído no percibe igual las distintas frecuencias y alcanza la mayor percepción en las medias).

 

Durante el estudio también se agruparon los instrumentos teniendo en cuenta la intensidad sonora, entre toros factores. De este modo, se establecieron cuatro grupos: violín y viola; trompeta y trombón; clarinete, flauta, fagot, percusión y oboe; y bajo, chelo y arpa.

 

Oído izquierdo, más dañado en instrumentistas de viola y violín

 

Tras realizar las pruebas, el tratamiento estadístico y valorar los datos obtenidos, los investigadores determinaron que las intensidades que los músicos soportan se encuentran por encima de lo que la ley establece como riesgo para la audición y que, en uno de los percentiles de normalidad, los músicos de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León presentaban una pérdida auditiva en 4.000 hertzios que supone el doble de lo esperado para la edad (el 10’8 por ciento frente al 5 por ciento esperado).


Respecto a la valoración clínica, 13 de los músicos presentaron un escotoma o pérdida de audición por trauma acústico en 4.000 hertzios, siete pertenecían al grado E de la escala ELI (indicio de sordera) y 1 al grado D (sospecha de sordera), mientras que dos correspondían al grado C (normal) y tres al grado B (normal-buena). Finalmente, la encuesta realizada a los músicos reflejó que el 32’3 por ciento padecía hiperacusia (síndrome por el cual se perciben mucho más intensos sonidos con volumen normal) y el 16’9 por ciento acúfenos (percepción de un sonido sin que exista fuente sonora), mientras el estrés auditivo alcanzó al 38’46 por ciento.

 

Por otro lado, el estudio recoge que el oído izquierdo es el más afectado en los instrumentistas de violín y viola, una situación que no se demostró en el resto de instrumentos. Por todo ello, los especialistas recomiendan llevar a cabo un seguimiento audiométrico al menos una vez al año, así como tomar medidas con el fin de reducir el riesgo de pérdida auditiva: usar tapones, instalar pantallas, intercalar piezas musicales con diferentes niveles sonoros, adecuar las salas de ensayo desde el punto de vista sonoro, realizar cambios en la ubicación de los músicos dentro de la orquesta o tomar descansos cada poco tiempo.