Salud España , Valladolid, Martes, 29 de mayo de 2012 a las 17:22

Un implante inyectable permitir谩 regenerar tejidos y recuperar la funcionalidad de las articulaciones

El material inyectable, desarrollado por la spin-off de la Universidad de Valladolid TPNBT, iniciar谩 la fase precl铆nica con la financiaci贸n de Genoma Espa帽a

Cristina G. Pedraz/DICYT La spin-off de la Universidad de Valladolid Technical Proteins Nanobiotechnology (TPNBT) ha anunciado hoy el inicio de los ensayos preclínicos para llevar al mercado un implante inyectable en seres humanos para la regeneración de tejidos. Se trata de un biomaterial de origen proteico que contiene células madre mesenquimales para regenerar cartílago y recuperar la funcionalidad total de una articulación, evitando así recurrir a la colocación de una prótesis. Los ensayos preclínicos contarán con una financiación de 267.500 euros por parte de Genoma España y los investigadores prevén que el implante pueda estar en el mercado en un plazo aproximado de cinco años.


Según ha detallado en declaraciones recogidas por DiCYT el catedrático de Física de la Materia Condensada José Carlos Rodríguez Cabello, gerente de la empresa y coordinador del proyecto, se trata de un sistema inyectable para la regeneración de defectos osteocondrales generados en el cartílago articular, una terapia “que ahora no existe” y que permitirá “una recuperación funcional completa de la articulación”.


Hasta el momento, cuando se producen este tipo de lesiones en el cartílago a causa de la edad, como es el caso de la artrosis, o por traumas en personas jóvenes, el tratamiento se centra en una intervención para la eliminación de la articulación y la colocación de una prótesis “con las complicaciones asociadas a estos procesos y la pérdida de calidad de vida de estos pacientes”, detalla el investigador.

 

La spin-off TPNBT, surgida en el seno del Grupo Bioforge de la Universidad de Valladolid, ha desarrollado fruto de sus años de investigaciones un implante inyectable basado en polímeros naturales de origen proteico. El implante, líquido a temperatura ambiente, se solidifica con la temperatura corporal al ser inyectado y promueve la regeneración del tejido afectado, siendo reabsorbido y recuperando la funcionalidad total de la articulación.

 

Así, a la importancia de cara al paciente de ser una intervención “mínimamente invasiva” como es la inyección del implante frente al procedimiento quirúrgico agresivo que supone la colocación de una prótesis, se suma la ventaja de recobrar la funcionalidad habitual de la articulación tras el periodo de rehabilitación, lo que no se produce con la prótesis. “Los tiempos de recuperación son diferentes, ya que cuando se coloca una prótesis la recuperación es el tiempo en que cierra la herida y la articulación no se regenera, la funcionalidad no es la misma, mientras que con esta terapia si se regenera y en un par de meses la funcionalidad es completa”, apunta.

 

Éxito en animales

 

El producto se ha ensayado con éxito en rodillas de animales aunque también podría aplicarse a otras articulaciones, como la cadera. “Si usamos el implante en la zona de defecto no se aprecia donde se ha producido. Con el paso del tiempo se observa una regeneración completa del tejido del animal y los estudios microscópicos revelan que es un cartílago normal, algo que no se consigue con otros procedimientos terapéuticos incluso con los tratamientos más avanzados”, subraya Rodríguez Cabello.

 

El investigador recalca que estos prometedores resultados “no se pueden quedar aquí” y que una terapia que funciona en animales “puede llegar a los seres humanos y ayudar tanto a las personas mayores con artrosis como a los jóvenes con lesiones de rodilla”.

 

En cuanto al material desarrollado el gerente de TPNBT, que se ha trasladado recientemente al nuevo edificio del Parque Científico, recuerda que presenta “diversas propiedades que se combinan juntas para llegar a un material ideal”. El biomaterial está formado por células madre mesenquimales de médula ósea, lo que posibilita el proceso de regeneración del tejido.

 

Por otro lado, respecto a la realización del ensayo preclínico, asegura que tiene como objetivo “demostrar que el material es válido y que la terapia no tiene efectos colaterales en el ser humano”. Asimismo, se analizará la producción del material en las condiciones que exige la legislación. Tras esta fase, que contará con la aportación de 267.500 euros por parte de Genoma España, se iniciarían los ensayos clínicos. “En un plazo de unos cinco años el material podría estar en el mercado”, ha avanzado el investigador, quien ha estado acompañado durante la presentación por el director general de Genoma España, Rafael Camacho; el rector de la Universidad de Valladolid, Marcos Sacristán, y el vicerrector de Investigación, José Manuel López.