Un nuevo método determina las áreas más adecuadas para el manejo del tití león negro
AGENCIA FAPESP/DICYT – El tití león negro o tamarino león negro (Leontopithecus chrysopygus) ya habitó en buena parte de los bosques del estado de São Paulo (en el sudeste de Brasil), pero actualmente ocupa tan solo algunos fragmentos del Bosque Atlántico remanente. En los últimos años, tras diversos estudios sobre esta especie endémica de este estado brasileño, la ONG ambiental Instituto de Pesquisas Ecológicas (IPÊ) reubicó a algunos grupos en áreas donde la especie había desaparecido. Y nuevas iniciativas en tal sentido cuentan ahora con un refuerzo.
Un grupo de investigadores de IPÊ, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp) y de la Universidad Federal de Mato Grosso (UFMT) cruzó una serie de datos climáticos y de cobertura vegetal (paisaje) para determinar cuáles son los lugares más adecuados para la vida de estos animales, lo que podrá servir de base para nuevas traslocaciones, que es cuando se retira a un grupo de un lugar en donde ya existe una población sana y se lo traslada a un área en donde la referida especie ha dejado de existir.
Este estudio, que contó con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo- FAPESP, salió publicado en el American Journal of Primatology.
“Utilizamos datos climáticos y del paisaje para intentar prever qué áreas son adecuadas para la supervivencia del tití león negro, dentro de la distribución original de la especie. Los modelos más aplicados en la actualidad normalmente utilizan datos climáticos. La novedad de este trabajo consistió en juntar estos datos a los del paisaje. Este abordaje permite identificar las áreas teóricamente más adecuadas y compararlas con aquellas donde realmente se encuentran los animales”, explica Laurence Culot, docente del Instituto de Biociencias (IB) de la Unesp en la localidad de Rio Claro, y coordinadora del estudio.
La investigadora encabeza el proyecto intitulado “El efecto de la fragmentación sobre las funciones ecológicas de los primates”, financiado por la FAPESP. Y la primera autora del estudio es Gabriela Cabral Rezende, quien realizó este trabajo como parte de su doctorado en el IB-Unesp, con beca de la FAPESP.
El tití león negro habitaba originariamente en una larga franja longitudinal situada entre las regiones sudoeste y central del estado de São Paulo, pero en la actualidad se lo considera en peligro de extinción. El modelo que crearon los investigadores mostró que en este momento un área de solo 2.096 kilómetros cuadrados (km²) es adecuada para la vida de la especie, cuando los animales se encuentran efectivamente presentes en tan solo un 40% de ella. Originariamente, ese territorio se extendía por 92.239 km². Por ende, el tití león negro ocupa hoy en día menos del 1% de su área original de distribución.
“Estos números son bastante alarmantes, pero al mismo tiempo nos suministran una perspectiva de que existen áreas adecuadas donde la especie no está presente actualmente. Con base en esa información, delineamos estrategias mejor orientadas”, afirma Cabral Rezende.
La restauración forestal
A los efectos de determinar las áreas más adecuadas para la especie, los investigadores aplicaron una metodología en la cual cruzaron datos de los lugares donde existen poblaciones de estos animales en la actualidad con datos climáticos y del paisaje actual del área originariamente ocupada por la especie. Y el modelo apuntó más áreas adecuadas desde el punto de vista climático que del paisaje, tales como las regiones de Pontal do Paranapanema, en el sudoeste del estado, y de Alto Paranapanema, en el sudeste.
“Estas áreas deberían priorizarse en lo concerniente a la restauración forestal, a los efectos de conectar los fragmentos remanentes del bosque en donde esta especie se encuentra presente, lo cual favorecería incluso a otros animales”, dice Culot.
A su vez, las áreas adecuadas tanto desde el punto de vista climático como del paisaje son las mayores candidatas a contemplar iniciativas de translocación, dado que los grupos que se introduzcan en ellas tendrán muchas más posibilidades de componer poblaciones sanas ecológica y genéticamente. Tanto al sudoeste cuanto hacia el sudeste del estado de São Paulo, algunas áreas se encajaron en este criterio, lo cual indica que esas zonas son prioritarias para la conservación de la especie.
Los investigadores llaman la atención al respecto de la necesidad de pensar en lugares que serían adecuados para los tamarinos ante el panorama de cambios climáticos previsto para las próximas décadas. Un estudio de otro grupo ya apuntó que un área ubicada al sur de donde actualmente vive una población, en el área montañosa de Serra de Paranapiacaba, sufrirá alteraciones que la volverán más adecuada climáticamente para la existencia en el lapso de entre 30 y 60 años.
Por tratarse de un gran macizo forestal, ese lugar figura en el actual estudio como altamente adecuado en términos de paisaje. Por ende, el área exhibe un gran potencial para albergar poblaciones de titíes en el futuro y asegurar así su viabilidad.
Al tití león negro se lo conoce por su relativa plasticidad para adaptarse a alteraciones en el clima y en el paisaje, aunque no se sabe a ciencia cierta de qué manera esto afecta a su fisiología. La especie puede tener dietas más basadas frutas o en pequeños vertebrados, dependiendo de la disponibilidad. Y también puede moverse a través de alrededor de 180 metros en el piso entre un fragmento de bosque y otro, aunque de ese modo sus ejemplares corren más riesgo de ser atropellados, depredados o atacados por animales domésticos. La especie posee a su vez un importante papel en la regeneración forestal, al dispersar semillas que pasan intactas por su tracto digestivo.
Para las investigadoras, ante un panorama en el cual los recursos para la conservación de especies son cada vez más escasos, la priorización de áreas y la orientación de estrategias adquieren aún más relevancia, pues así las acciones ganan en la relación costo-efectividad.
“Este trabajo muestra de qué manera pueden emplearse en forma práctica los modelos teóricos para servir de base en la planificación de políticas y de acciones de conservación e incrementar las posibilidades de éxito de tales medidas. Pese a que se enfoca en una especie específica, este abordaje se erige como una poderosa herramienta que puede utilizarse para fijar prioridades de conservación en lo concerniente a otras especies.”