Un proyecto para tener internet y redes sociales en el reloj de pulsera
JPA/DICYT Francisco Javier Cuena, estudiante de la Universidad Pontificia de Salamanca, ha desarrollado un proyecto que permitiría tener conexión a internet y redes sociales en la muñeca, una especie de reloj de pulsera denominado Mini Me!. Este informático, que ayer mismo recogió en Valladolid el primer premio Campus Emprende en la modalidad Idea Empresarial por esta iniciativa, ha pensado en un desarrollo de ámbito local, que sería muy útil para fomentar las relaciones personales, así como el envío de información y mensajes por parte de instituciones y empresas.
Se trataría de un reloj de pulsera con pantalla táctil que básicamente funcionaría como cualquier dispositivo móvil de última generación, al permitir la conexión a internet, aunque con funciones más limitadas debido a su menor tamaño. "Podríamos conectarnos a internet y sobre todo a otros Mini Me!", señala el informático en declaraciones a DiCYT, puesto que se trata de un proyecto que tendría fundamentalmente una dimensión local y que pretende fomentar la conexión entre personas de la misma ciudad.
La ventaja está clara: disponer de un dispositivo de tan reducido tamaño y que no sería necesario sacar del bolsillo o del bolso facilita estar permanentemente conectado. Las utilidades concretas es lo que Francisco Javier Cuena propone desarrollar en su proyecto, ya que la conexión a internet puede servir para disponer al instante de toda la información de una ciudad a través de una red social específica.
Además, "si tienes una empresa y sabes que los ciudadanos llevan este dispositivo puedes tener ahí una plataforma para lanzar anuncios", señala, sin contar las múltiples posibilidades de insertar información turística que podría incluir itinerarios o restaurantes, asegura el ganador del concurso Campus Emprende, una iniciativa de la Junta de Castilla y León a través del Proyecto de Transferencia de Conocimiento Universidad-Empresa (T-CUE).
En definitiva, la idea es implantar el sistema a nivel local para explotar diversos servicios, pero para llevarla a cabo haría falta un equipo multidisciplinar, según explica. Por una parte, un grupo que se dedique al desarrollo del dispositivo, que podría estar integrado por ingenieros industriales y de telecomunicaciones y que técnicamente no tendría excesivas complicaciones, puesto que algunas grandes empresas ya han tenido experiencias en este sentido. Por otra parte, harían falta ingenieros informáticos que desarrollasen aplicaciones y que podrían estar apoyados por expertos en márketing. Finalmente, un grupo que podría incluir desde antropólogos a sociólogos y psicólogos que valoren y evalúen el impacto del proyecto. Estos últimos estudiarían la manera en la que las personas utilizarían esta innovación, el tipo de interacción que establecerían con el dispositivo.
Francisco Javier Cuena considera que el proyecto podría servir sobre todo para desarrollar una "nueva manera de sincronizarse con amigos" que no dan los ordenadores ni los móviles y que para el usuario corriente estaría orientado sobre todo al ocio y el tiempo libre, aunque para entidades como empresas o el propio ayuntamiento de una localidad puede ser una interesante manera de comunicarse o lanzar ofertas.