Un proyecto trata de recuperar los árboles frutales adaptados al clima de la provincia de León
Antonio Martín/DICYT El severo clima de la provincia de León, con heladas en invierno y veranos cortos e intensos, ha endurecido los árboles frutales que se han plantado en zonas rurales. La progresiva despoblación del mundo rural ha afectado a estos árboles, abandonándose en muchos casos su cuidado. Por cuestiones de preservación de esta diversidad genética, la Fundación +Árboles ha comenzado un proyecto para plantar un bosque de árboles frutales con esguejes de ejemplares autóctonos. Los promotores de la iniciativa negocian actualmente la cesión de terrenos comunales con ayuntamientos en el entorno del río Curueña, para comenzar la plantación en junio.
La iniciativa comenzó en la presentación de la Fundación +Árboles en octubre. A aquella reunión acudieron asociaciones y sindicatos agrarios y forestales. Entonces se plantearon cuestiones en torno a la diversidad genética de las plantaciones de la provincia. Entre las ideas, surgió la creación de un bosque de especies frutales autóctonas de la provincia de León, que los promotores afirman que se hallan en peligro de extinción. "Existen perales que resisten en zonas de montaña las heladas, y que ahora, por la despoblación del mundo rural, se están viendo abandonados, por lo que su herencia genética se perderá", relata a DiCYT Carlos Alfaro, de la Fundación +Árboles.
Esta idea se empezó a materializar a primeros de enero de 2011, en una nueva reunión del grupo de octubre en la que se repartieron tareas para la creación de ese futuro bosque de frutales autóctonos: un socio, Matías Llorente, buscaría un terreno público de una o dos hectáreas y el resto de asistentes se organizaría en equipos para hacer un trabajo de campo en pueblos, buscar los árboles y obtener datos de su origen y al menos cuatro varas de cada uno a fin de plantar en macetas o injertar. En estos momentos, el grupo tiene unas 200 varas plantadas echando hojas en una finca en la ribera del río Bernesga. Hay recogidas muestras de guindos, cerezos, manzanos, perales y membrilleros.
Dado que la época para recoger varas terminó en marzo, ya que en primavera los árboles comienzan a brotar, se planteó la necesidad de improvisar una primera fase, a fin de no perder el año. La segunda fase, más sosegada, sería el momento de redactar un proyecto (tratando de recuperar no sólo la realidad física de los árboles sino también su identidad, incluyendo su genoma y su memoria histórica) y planificar las posteriores intervenciones. En estos momentos, los promotores están buscando un terreno para ubicar su bosque, con el fin de comenzar la plantación de los esguejes en junio. El proyecto se plantea para que los frutales sean cuidados por mayores de la localidad donde se ubique, como forma de ocio para este colectivo y para contribuir a la mejora de su estado físico.
Recogida de varas en marzo
La recogida de varas se realizó por pueblos de la ribera del Esla, La Aldea del Puente, Quintana de Rueda, Villahibiera, Fuentes de Peñacorada y caseríos aislados. El grupo recolector se adentró incluso en el monte y tomó varas de árboles salvajes, cuidando de que las zonas no estuvieran contaminadas por el fuego bacteriano. Los campesinos de la zona ayudaron a diferenciar las especies autóctonas de las que no lo eran, mostraron árboles centenarios, ayudaron para el acceso a huertos abandonados en los que los árboles sobrevivían con dificultades. En esa fase se recogieron unas 180 varas pertenecientes a medio centenar de árboles.
En la actualidad, los árboles están evolucionando con normalidad, informa Alfaro, "en ellos han brotado hojas y se perfilan como futuros ejemplares que producirán las frutas" que los responsables del proyeto califican como "de toda la vida”. El equipo también se ha propuesto fotografiar el florecimiento de los ejemplares de procedencia, con el fin de conocer la evolución de los mismos.
Aunque en un principio se planteó la idea de recoger el ADN de los ejemplares de los que se tomaron las varas, los promotores de la iniciativa no realizarán esta actividad "por el momento" debido a su coste. Todo el proyecto se realiza con recursos económicos propios. En una segunda fase, en 2012, se pretende ampliar el bosque con 200 ejemplares más. Paralelamente, uno de los participantes, el botánico y naturalista Manuel Durruti, ha planteado la creación de un parque de bosques temáticos que llevará el nombre de Botanicum Europa.