Alimentación España , Salamanca, Martes, 17 de enero de 2012 a las 17:13

Dos meses de investigación en aguas del Atlántico

El buque Joides Resolution, con dos científicos de la Universidad de Salamanca, llega hoy al puerto de Lisboa después de recoger datos para estudiar los cambios climáticos del pasado

José Pichel Andrés/DICYT Tras dos meses de navegación, hoy, 17 de enero de 2012, llega al puerto de Lisboa el buque Joides Resolution, el barco de investigación oceanográfica más importante del mundo. Atrás queda la Expedición Científica 339 del IODP (Integrated Ocean Drilling Program o Programa Integrado de Perforación Oceánica), la que mayor protagonismo español ha tenido nunca dentro de una de las principales iniciativas de estudios geológicos del mundo. La Universidad de Salamanca ha aportado dos investigadores senior, algo que no había conseguido ninguna institución académica española en una expedición del IODP. José Abel Flores y Francisco Javier Sierro han trabajado junto a científicos de varias nacionalidades para saber un poco más sobre los cambios climáticos del pasado analizando las profundidades oceánicas.

 

Sin embargo, la expedición no sólo ha servido para investigar, sino también para divulgar la Ciencia. Desde el barco se han organizado videoconferencias para institutos, universidades y museos de ciencia de todo el mundo y, particularmente, los científicos españoles han colaborado en la difusión de su trabajo a través del blog que ha puesto en marcha la Agencia DiCYT, 'A bordo del Joides' (http://www.dicyt.com/blogs/joides/), donde han dejado sus impresiones todos los participantes por parte de España y algunos de otros países.

 

Desde que salieron de las Islas Azores el pasado 17 de noviembre, los investigadores se han dedicado a recoger muestras de sedimentos del fondo marino (conocidas como 'testigos') en distintos puntos del Golfo de Cádiz y de la costa situada al Sur de Portugal gracias a la potente infraestructura de perforación del Joides, que cuenta con una torre de 62 metros de altura, lo cual permite llegar a cientos e incluso a miles de metros de profundidad.

 

"Es como un viaje en el tiempo que nos permite leer los archivos que han quedado grabados en los sedimentos del fondo", comentaba hace días Francisco Javier Sierro en uno de los post del blog. "Toda la información va siendo registrada en un ordenador a bordo, y desde aquí se envía directamente, vía satélite, a Texas", añadía.

 

El trabajo a bordo es muy duro sea cual sea la especialidad de cada investigador. "Se trabaja todos los días, y algunos días ni siquiera sales a cubierta para ver el sol o la luna, no tienes las cañas de los sábados por la tarde o el relax del domingo que rompen la monotonía del paso del tiempo", explica. "La torre de perforación no para nunca, 24 horas al día. Sólo en nuestro turno desde las 12 de la mañana a las 12 de la noche, se perforaron casi 300 metros, cada 20 minutos sacaban un nuevo testigo" e inmediatamente pasa a los laboratorios para su análisis.

 

José Abel Flores explicaba que la expedición tenía dos claros objetivos: "uno es la reconstrucción climática de aproximadamente el último millón de años en secuencias sedimentarias marinas, y el segundo estudiar cómo se ha producido la comunicación entre el Atlántico y el Mediterráneo, después de un episodio de cierre entre ambas cuencas, y en qué medida este nuevo escenario dio lugar a variaciones de corrientes, así como la influencia de esas aguas mediterráneas en el Atlántico y por ende en la dinámica oceánica global".

 

El jefe de la expedición, Javier Hernández Molina, comentaba que los retos de esta aventura en el Atlántico. "Los resultados obtenidos hasta la fecha son de gran interés científico, y con ellos el equipo científico a bordo del JR pretende contestar a preguntas tan importantes para nuestro entendimiento de los procesos climáticos pasados y presentes, tales como: ¿Cuando comenzó a salir la masa de agua a través del Estrecho de Gibraltar?, ¿Cómo ha fluctuado en los últimos millones de años?, ¿Cuáles fueron los efectos climáticos debidos a aporte de grandes volúmenes de agua caliente y cargada en sal en el Atlántico Norte?, ¿Cuál es el espesor de las capas de arenas generadas por la masas de agua mediterránea?, ¿Podrían estas capas ser un nuevo objetivo de interés exploratorio para gas y petróleo en el futuro?".

 

Francisco Jiménez-Espejo, un científico de la Universidad de Granada que participa como miembro del equipo IODP de Japón, señaló que "cuando se abren los testigos de sedimento lo que se ve son capas. Unas capas de barro y otras de arena, con límites nítidos o difusos. Cuando se mira más en detalle se ve que la relación entre las capas se repite a lo largo de millones de años". Sin embargo, "yo estoy aquí para estudiar un evento muy cálido y excepcional que ocurrió hace poco más de un millón de años".

 

Sin embargo, no todo es trabajo en un barco científico y menos cuando pillan de por medio las fechas navideñas. Por eso, científicos como Estefanía Llave, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), y María Fernanda Sánchez Goñi, de la Universidad de Burdeos (Francia) y algún otro de la pequeña comunidad española a bordo también han contado que en el Joides no ha faltado el jamón, las uvas, los regalos y hasta una botella de anís para hacer música y amenizar las fiestas al estilo español.