El Gobierno protegerá de interferencias la antena espacial de Cebreros
Marta Martín Gil /DICYT El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, por medio de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la sociedad de la Información, ha acordado la puesta en marcha de una serie de medidas que garanticen la adecuada protección radioeléctrica de la Estación de Seguimiento de Satélites de Espacio Profundo de la localidad abulense de Cebreros, una de las principales protagonistas de la misión Venus Express.
Si bien en su día el astronauta español Pedro Duque, presente en la inauguración de la antena en septiembre de 2005, subrayó lo acertado de la elección de su emplazamiento por la ausencia de interferencias, el Gobierno ha querido tomar estas medidas por motivo de seguridad pública.
Y todo porque debido a las enormes distancias entre la Tierra y los vehículos espaciales, las señales que recibe la estación de espacio lejano en Cebreros son extremadamente débiles. Por eso, los receptores tienen una extraordinaria sensibilidad en las bandas de frecuencias de interés y, por consiguiente, resultan especialmente vulnerables a las interferencias provenientes de otros sistemas radioeléctricos.
En este sentido, resulta imprescindible asegurar la protección radioeléctrica de la estación espacial abulense, estableciendo las limitaciones a la propiedad y a la intensidad de campo eléctrico, así como las servidumbres que sean necesarias. Medidas, todas ellas, que aparecían publicadas esta misma semana en el Boletín Oficial del Estado.
Si salen adelante todas las acciones que el Gobierno pretende poner en marcha, se hará más fácil la recepción de los datos de la misión Venús Express, en la que se están tomando imágenes por medio de infrarrojos para crear un mapa del planeta homónimo y poder estudiar así su condiciones atmosféricas, además del efecto invernadero allí registrado, su lento movimiento y la rotación del planeta.
Última apuesta de la Agencia Europea del Espacio | |
La Antena Espacial de Cebreros es la última apuesta de la Agencia Europea del Espacio (ESA) para dar un mayor y mejor conocimiento del espacio profundo. Esta antena fue definida en su día por Valeriano Claros, jefe de infraestructuras de la estación, como “la ventana, la oreja y la boca de la ESA y de sus científicos para poder oír lo que dicen sus satélites, recibir imágenes y transmitirles las órdenes que queremos darles”. Para ello cuentan con un dispositivo de 35 metros de diámetro y casi 3.000 metros cuadrados de superficie, que recoge la energía del satélite para después, enviar la información. Para poner en marcha este proyecto fue necesario un presupuesto de 30 millones de euros, de los cuales, 22 se invirtieron en la antena. |