Science Spain Santa Cruz de Tenerife, España, Wednesday, June 07 of 2006, 18:47

La Agencia Espacia Europea sigue la desintegración de un cometa desde el observatorio del Teide

Una revolucionaria cámara acoplada al telescopio ha permitido a los investigadores registrar lo que ocurre en el interior del cometa

AVPR/DICYT La instalación en la Estación Óptica de Tierra que la Agencia Espacial Europea mantiene en  el Observatorio  del Teide, del Instituto de Astrofísica de Canarias, ha hecho posible el seguimiento detallado de la desintegración del cometa 73P/Schwassmann-Wachmann 3. Bajo esta compleja denominación se esconde un cuerpo celeste que se acerca al Sol cada 5'4 años y cuyo núcleo se ha ido dividiendo en siete piezas desde 1996.


Su paulatina desintegración está siendo exhaustivamente registrada gracias a la cámara SCAM, un dispositivo ultrarrápido de conteo de fotones desarrollado por la Agencia Espacial Europea y capaz de mantenerse frío a una temperatura de 300 milésimas de grado por encima del cero absoluto, lo que permite a sus sensibles detectores electrónicos registrar casi cada uno de los fotones que la golpean. Según advierte el departamento de comunicación de la ESA, el instrumento ha sido diseñado para detectar cambios rápidos y débiles en los fragmentos del cometa. "Cada pocos segundos la cámara 'lee' el número y color de los fotones que llegan. Gracias a la precisión sin precedentes de la cámara, los científicos de la ESA han cartografiado durante dos horas la evolución de las cubiertas de gas y polvo asociadas con cada fragmento".

Entre los cambios más significativos se encuentran los que se han observado recientemente, cuando el núcleo de 73P/Schwassmann-Wachmann 3 apareció dividido en siete fragmentos en lugar de los cinco que se contabilizaron a su paso la última vez que pudo observarse desde la Tierra, lo que indicaba que de nuevo el cometa se estaba desintegrando. Pero la instalación de la nueva tecnología ha revolucionado la información recogida en investigaciones anteriores, permitiendo observar a los astrónomos cómo aparecían más fragmentos ante sus ojos. Sólo una de las piezas generó al menos siete nuevos pedazos, siendo en este momento visibles unos 40 fragmentos, la mayoría de los cuales son probablemente muy pequeños y con actividad irregular y de poca duración.