Salud España , Salamanca, Martes, 17 de diciembre de 2013 a las 19:58

La investigación del IBSAL tendrá “el mayor impacto en los pacientes y con la mayor rapidez”

Los responsables del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, acreditado hoy por el IBSAL, trabajan para asociarse con otros científicos de la comunidad y ampliar las áreas de investigación

JPA/DICYT El Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) ha obtenido hoy la acreditación del Instituto de Salud Carlos III como Instituto de Investigación Sanitaria, un avance que supondrá que Salamanca “siga siendo referente en la investigación biomédica española”, al acceder a nuevas fuentes de financiación. Así lo ha destacado esta tarde el consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Antonio María Sáez, en compañía de varios representantes de un proyecto que integra a 561 investigadores de 57 grupos que abarcan diversas áreas biomédicas. A partir de ahora, se abre la posibilidad de asociarse con otros científicos de la región.


En opinión del consejero, el IBSAL es “una oportunidad de avanzar para que la investigación de Castilla y León avance en el ámbito de la excelencia”, tal y como se definen los institutos acreditados por el Carlos III, que integran los esfuerzos de diversos profesionales para trasladar a los pacientes el trabajo de los laboratorios. Por eso, el objetivo es que la investigación que se realiza en el IBSAL tenga “el mayor impacto con la mayor rapidez en los pacientes”, ha comentado en declaraciones recogidas por DiCYT.

 

Con la acreditación se abre la posibilidad de incorporar nuevas áreas a la investigación, por ejemplo, la Enfermería, y de seguir reforzando las que ya son importantes, como la oncología, la cardiovascular, la neurológica o la terapia génica y celular. En este sentido, en la reunión del Consejo Rector de ayer se trató la incorporación de cuatros nuevos grupos de investigación clínicos de Salamanca. Además, la intención del IBSAL es asociarse con otros investigadores de Castilla y León, por ejemplo, grupos de investigación del Sacyl y de otras universidades cuya vinculación al instituto les puede permitir acceder también a más fondos.

 

Equipos punteros

 

De los 57 grupos de investigación del IBSAL, 34 son consolidados, es decir, que cuentan con una trayectoria común en los últimos cinco años en cuanto a proyectos de investigación financiados en convocatorias nacionales del Plan Nacional de I+D+i o internacionales, y con un Factor Impacto Acumulado (FIA) superior a 50 puntos. El resto son “grupos emergentes”, ha señalado el consejero, de manera que tienen menos peso pero también una gran relevancia. El resultado que el nuevo instituto cuenta con “equipos punteros en todas las áreas”.

 

El instituto número 19 del Carlos III se ubica en la provincia con menor población de entre las que tienen alguno, lo que da idea de la importancia que tiene en su entorno, según sus responsables. “No todos los institutos lo consiguen, para nosotros era una prueba de fuego”, ha apuntado el consejero, que ha destacado la figura del primer director científico e impulsor del proyecto, Jesús San Miguel.

 

Por su parte, la vicerrectora de Internacionalización de la Universidad de Salamanca y hasta hace pocos días responsable del área de Investigación de la institución académica, María Ángeles Serrano, ha destacado la importancia de realizar “investigación de calidad” que tenga “traslación a los pacientes”. En su opinión, tras la acreditación hay que “repensar el proyecto para fortalecerlo”.

 

Desarrollo económico

 

En representación de los investigadores del CSIC, Atanasio Pandiella, subdirector del Centro de Investigación del Cáncer, ha hecho hincapié en que la investigación sanitaria también ayuda al desarrollo económico y que puede ayudar al tejido empresarial de la comunidad y del país. “La ciencia da resultados económicos a la larga, pero para ello hay que invertir”, apuntó.

 

En el mismo sentido, Rogelio González Sarmiento, director científico del IBSAL, aseguró que la acreditación es “importante para la ciudad” y que supone un nuevo reto para investigadores cuyo principal baluarte es que ya llevan muchos años trabajando juntos, de manera que la colaboración interdisciplinar que busca un instituto de estas características ya existía en Salamanca.