La Sierra de Francia está habitada por una especie de lagartija única y muy amenazada
José Pichel Andrés/DICYT Un grupo de científicos del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Salamanca, liderado por Miguel Lizana Avia, estudia una especie de lagartija exclusiva de la Sierra de Francia, en el sur de la provincia salmantina, que guarda una relación directa con otras especies de zonas de alta montaña de la Península, pero de las que se ha diferenciado genéticamente al haberse separado de ellas hace millones de años.
Hasta hace una década, los científicos pensaban que todas las especies de lagartija serrana (Iberolacerta monticola) que existen en España eran la misma, sin embargo, los estudios genéticos han revelado que, "a pesar de su aspecto similar, todas son distintas tras millones de años de separación física y diferente evolución", ha declarado Lizana a DICYT.
Después del periodo glaciar, algunas poblaciones de este reptil quedaron aisladas en varios sistemas montañosos de la Península Ibérica, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central y los Pirineos. Pero, "curiosamente, las lagartijas presentes en la Sierra de Gredos y la Sierra de Guadarrama se consideran de la misma especie y aunque no hay contacto entre sus poblaciones, sí que se puede hablar de subespecies. Sin embargo, a pesar de la cercanía que mantienen con las de la Peña de Francia, ésta es muy diferente, más emparentada con la Sierra da Estrela (Portugal) y suficientemente alejada evolutivamente para considerarse como especie propia", apunta el profesor.
La lagartija batueca (Iberolacerta martinezricai) es exclusiva de la Sierra de Francia y constituye, además, uno de los vertebrados más amenazados de España. Por eso, Miguel Lizana le propuso hace más de un año a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León un estudio en profundidad de la situación actual que atraviesa este animal, investigación que finalmente comenzó en la primavera pasada. Uno de los datos más llamativos que el grupo de científicos ha conseguido recopilar hasta el momento es el hecho de hallar ejemplares no sólo en la cumbre de la Peña de Francia, como creían al comienzo, sino en otros lugares cercanos, ya que en determinadas condiciones aparece también en zonas como el Valle de Las Batuecas. "En teoría, esta lagartija únicamente habitaría entre los 1.600 y los 1.700 metros, pero hemos observado algunos ejemplares que aparecen también en pedregales de ladera con humedad elevada a alturas de entre 1.000 y 1.300 metros, aunque su hábitat principal sigue siendo las zonas altas", declara.
En ese sentido, "la población no está tan concentrada como pensábamos, la densidad es baja y los individuos están muy repartidos, así que calculamos que hay unas diez poblaciones diferentes, aunque el estudio está aún en marcha", indica el científico. Con estos datos, una conclusión preliminar lleva a pensar que la situación de este reptil no es tan crítica como cabía suponer, aunque ni mucho menos carente de peligro.
Ahora, uno de los interrogantes es cómo le puede afectar a esta especie el cambio climático. En primer lugar, la reducción de la humedad lleva inexorablemente a una reducción de su hábitat. Asimismo, al suavizarse las condiciones climatológicas de la alta montaña, otras especies de lagartija, como la lagartija colilarga y la lagartija ibérica, pueden llegar a altitudes superiores y competir con la especie amenazada. Lo mismo ocurre con ciertos depredadores, como un tipo de serpiente, la culebra lisa europea, que comparte hábitat con las lagartijas y se alimenta casi en exclusiva de ellas. "Hemos observado pocas serpientes, pero sí aparecen víboras a pesar de que esta especie es más de terrenos secos", indica, una evidencia de que el ascenso de la temperatura media ya está teniendo algunas consecuencias.
Posibles actuaciones
En opinión del zoólogo, poco se puede hacer ante el cambio climático, salvo acciones concretas como, por ejemplo, retirar a los depredadores. "Por el momento, hay que conocer con mayor exactitud cuántos ejemplares hay y dónde se localizan", declara. Como último recurso, si la especie realmente estuviese muy amenazada, habría que recurrir a la reproducción en cautividad.
Con Miguel Lizana trabajan Javier Carbonero Ciria, Pablo García Díaz e Isabel Mateos Aquilino, contando con la colaboración del descriptor de la especie, Óscar Arribas. En la actualidad, la investigación se encuentra en una fase de recopilación de datos y análisis estadístico. Para completarla, sería necesario realizar estudios sobre otros aspectos de su biología, como la alimentación y la reproducción, algo que podría llevar de tres a cuatro años. Por el momento, el proyecto concluirá con la presentación de un informe a final de año a la Consejería.
La supervivencia de una comedora de insectos | |
La Iberolacerta martinezricai se alimenta de varios grupos de insectos, de acuerdo con los estudios que el equipo ha hecho hasta la fecha, basados en los excrementos encontrados. En la búsqueda de alimento compite con otros reptiles de la zona, especialmente con otras lagartijas, que en algunos casos comparten su hábitat. La totalidad de las poblaciones hasta ahora detectadas entran dentro de los límites del Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia, cuestión que propicia una adecuada conservación de su hábitat. |