La Universidad de León analiza 40 tipos diferentes de pólenes de las nueve provincias de Castilla y León
MJF/DICYT El Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de León analiza el grado de concentración de hasta 40 tipos diferentes de polen de las muestras que llegan a sus laboratorios, ya que la institución académica es la coordinadora de la red de vigilancia regional, que cuenta con captadores volumétricos en las nueve capitales de provincia de la región más las ciudades de Ponferrada y Miranda de Ebro. Las muestras son trasladadas a León, donde son sometidas a exhaustivos análisis que comprenden hasta cuatro barridos de cada una de ellas.
El proceso de control comienza con la instalación de captadores volumétricos que ya ha sido llevada a cabo en la mayor parte de las provincias de la región. Estos aparatos están dotados de unos tambores giratorios en los que van sujetas las bandas adhesivas en las que luego quedan pegadas las muestras que se van a analizar. La coordinadora de la red regional de polen y profesora del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de León, Delia Fernández, precisa que estos tambores funcionan a una velocidad de dos milímetros por hora (48 milímetros al día) y son recogidos una vez a la semana.
La profesora ha explicado a DICYT que el proceso continúa después en el laboratorio con el análisis de las muestras tomadas. Allí, las cintas contenidas en los tambores se cortan con una regleta en los fragmentos correspondientes a cada día para proceder después al análisis microscópico de cada una de ellas. Este análisis conlleva un laborioso trabajo que puede prolongarse entre dos y tres horas para distinguir hasta los 40 tipos de polen que se controlan en la actualidad, de los que entre 10 y 12 provocan alergia en los seres humanos.
Para ello, a cada muestra de polen se añade un tipo de colorante llamado glicerogelatina, que tiñe de color rosa a los granos de polen, de forma que ayuda a diferenciarlos del resto de las múltiples partículas inorgánicas existentes en cada muestra. Sobre cada una de ellas, se realizan un total de hasta cuatro barridos para obtener la mayor cantidad de información posible.
En cuanto a la colocación de los captadores volumétricos empleados para recoger las muestras, deben instalarse en lugares desprovistos de pantallas arquitectónicas (tales como paredes y edificios), que eviten la recepción de masas de aire, con lo que los lugares más idóneos suelen ser las azoteas. Del mismo modo, Delia Fernández resalta que los aparatos de recogida de muestras deben ubicarse en zonas representativas de cada población, como los situados cerca del centro, para que las muestras sean lo más completas posibles.
Con la puesta en marcha de este sistema regional de vigilancia Castilla y León se convierte en una de las últimas comunidades autónomas de España en disponer de un dispositivo de control de este tipo, a falta de Castilla La Mancha y Canarias.