Ciencia España , Salamanca, Viernes, 09 de abril de 2010 a las 18:56

La Universidad de Salamanca estudia la historia geol贸gica de Galicia

Expertos de Salamanca y de la Universidad Complutense participan en un proyecto conjunto acerca de hechos geol贸gicos del Paleozoico

José Pichel Andrés/DICYT Expertos en Geología estructural de la Universidad de Salamanca, junto con especialistas en Petrología de la Universidad Complutense de Madrid trabajan en un proyecto Consolider que busca enriquecer el conocimiento científico que existe sobre la historia geológica de Galicia en un periodo concreto del Paleozoico Superior, hace entre 400 y 300 millones de años. Esta época tiene un especial interés para los investigadores, ya que en ese momento Galicia representaba un extremo del continente Gondwana, que chocó contra otro continente llamado Laurasia, lo cual explica el tipo de rocas que se encuentran en la actualidad.

 

"El proyecto trata de reconstruir la historia paleozoica de Galicia e integrarla en la historia geológica de la Tierra", explica a DiCYT José Ramón Martínez Catalán, investigador del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca. Además, se trata de una iniciativa auspiciada por el IGCP (International Geological Correlation Program) de la Unesco, que trata de fomentar el conocimiento de la geología global del planeta. Por eso, "intercambiamos información con colegas de todo el mundo para estudiar una gran cadena montañosa que llegaría, según los continentes actuales, desde Asia hasta Centroamérica y Sudamérica, miles de kilómetros que se denomina Cinturón Varisco". En este contexto, "aportamos nuestro granito de arena a la estructura y a la interpretación general.

 

La gran cadena se formó en el Paleozoico Superior, en concreto, en el Devónico y Carbonífero, entre 400 y 300 millones de años. "Es complicado formar una cadena de montañas, llevó unos 100 millones de años", aclara el especialista.


Para realizar esta aportación científica, los investigadores se apoyan en numerosas técnicas que se plasman en la realización de geológicos de diferentes zonas, acompañados de cortes y perpendiculares al terreno para ver la estructura interna. Se trata de conocer la edad de las rocas con mediciones radiométricas y isotópicas, así como de realizar estudios de geoquímica de las rocas, para conocer su composición, o llevar a cabo mediciones geofísicas, como los perfiles sísmicos profundos.

 

Para poner un ejemplo sencillo de una parte de su trabajo, los investigadores explican que viendo cómo es la superficie de una zona se puede saber con exactitud qué hay debajo. Es decir, que viendo cómo un pliegue rocoso se corta en la superficie, se puede adivinar la estructura profunda con técnicas geométricas. "Por supuesto, cuando hay sondeos, aunque no sean muy profundos, obtenemos más información, pero sólo con técnicas de cartografía podemos llegar a interpretar cómo son las profundidades de 10 ó 15 kilómetros", asegura el experto.

 

Dos funciones


En todo ello, la colaboración interdisciplinar es clave y, en este caso, está muy delimitado cuál es el trabajo de cada una de las dos universidades del proyecto. Los expertos de Salamanca realizan geología estructural, mientras que el equipo de Madrid realiza petrología, dos disciplinas que se complementan. La clave son los estudios geoquímicos de las rocas, un trabajo que realizan los especialistas en Petrología a partir del cual los geólogos de Salamanca reconstruyen la historia geológica, "Nosotros no podríamos avanzar sin el conocimiento que aportan ellos por medio del análisis químico o del microscopio", asegura Martínez Catalán.
 

En este proyecto, la colaboración ayuda a saber qué ocurrió en una época marcada por los desplazamientos de continentes. Cuando dos continentes están a punto de chocar, uno "se mete por debajo del otro", un fenómeno conocido como proceso de subducción. En este caso, Galicia representa el extremo de Gondwana, que chocó con un ensamblaje de continentes que estaba formado por Norteamérica y Báltica (Escandinavia y parte de Rusia) que se llama Laurasia. Esto deja una huella en las rocas que quedan por debajo, porque se forman ciertos de minerales concretos. Por eso, los estudios petrológicos indican con precisión la presión y la temperatura a la que se formaron las rocas, algo que sirve para que los expertos en geología estructural interpreten "hasta qué profundidad bajaron y desde qué profundidad salieron".