Salud España , Salamanca, Jueves, 14 de julio de 2011 a las 20:00

Una experta advierte de que los probi贸ticos no mejoran la microbiota de una persona sana

Una investigadora del CSIC ha participado en el XXIII Congreso Nacional de Microbiolog铆a, que se celebra en Salamanca

JPA/DICYT Susana Delgado, investigadora del Instituto de Productos Lácteos de Asturias, un centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha explicado algunas claves de los microorganismos probióticos en la jornada de hoy del XXIII Congreso Nacional de Microbiología, que se desarrolla a lo largo de esta semana en Salamanca. La experta ha asegurado que, a pesar de que constituyen un ingrediente cada vez más habitual en la industria alimentaria, los probióticos no mejoran la microbiota de una persona sana, es decir, el conjunto de los microorganismos presentes en el cuerpo humano.

 

"Los probióticos son microorganismos que se adicionan a un alimento y pueden tener un efecto beneficioso para la salud", ha explicado en declaraciones a DiCYT. En teoría, este efecto consiste "en ayudar a restablecer o mantener el equilibrio microbiano intestinal que todos tenemos y que puede desequilibrarse en distintas condiciones".

 

Aunque últimamente los alimentos que contienen estos microorganismos probióticos son conocidos por constituir un reclamo publicitario, "los efectos de los probióticos no se pueden generalizar" asegura la experta, "hay que estudiar cada cepa de forma individual, porque pueden tener efectos positivos sobre la salud si cuentan con un mecanismo de acción particular, pero esto no es general ni aplicable a todos los microorganismos", afirma.

 

Por eso, "lo ideal sería que tuviesen una población diana sobre la que actuar, no tienen por qué ser consumidos de forma general, porque no mejoran la microbiota de una persona sana". Sin embargo, "durante un tratamiento con antibióticos o inmunosupresores, pueden tener un efecto", por ejemplo, cuando alguien viaja a un país y es susceptible de padecer una diarrea.

 

Desde el punto de vista científico, "es muy importante la búsqueda y selección de cepas y microorganismos que tengan características concretas". En la búsqueda de nuevos probióticos, lo normal es que se utilice la microbiota endógena del propio ser humano. En este sentido, es muy importante "que todos los probióticos que se venden tengan detrás estudios clínicos en los que se demuestre su validación y efectos beneficiosos", algo que en su opinión sí llevan a cabo las empresas lácteas que conoce, aunque no hay garantías de que lo hagan todas las empresas alimentarias ante el uso generalizado que se está haciendo de los probióticos en todo tipo de productos.
 

 

En busca de una nueva vacuna contra la tuberculosis
 
La jornada de hoy en el Congreso Nacional de Microbiología ha contado con asuntos variados, entre ellos, la búsqueda de una nueva vacuna contra la tuberculosis, de la mano de Carlos Martín, de la Universidad de Zaragoza. "Trabajamos en vacunas vivas atenuadas, buscamos que protejan mejor contra las formas respiratorias de la enfermedad", ha declarado.

 

El fallo de la vacuna actual es "que no protege contra las formas respiratorias, que es la forma de transmisión de la enfermedad", aunque sí es efectiva contra las formas graves de meningitis y tuberculosis miliar y "salva a gran número de niños en todo el mundo". Por eso, varios grupos europeos persiguen el objetivo de lograr una mejor vacuna.

 

"Es una enfermedad que se cree que está erradicada, pero en realidad hay dos millones de muertos al año y 10 millones de nuevos enfermos", asegura, lo que sucede es que "en nuestro medio no tenemos miedo porque los tratamientos son muy efectivos".


Sin embargo, "la tuberculosis es un termómetro social", señala Carlos Martín, porque la enfermedad está latente y se desarrolla en condiciones de trabajo duras, falta de alimento o en asociación con sida, que altera el sistema inmunológico. En ese sentido, considera que "la crisis aumentará la tuberculosis", aunque "en el momento actual no hay picos en nuestro medio", pero se cuenta con la experiencia de casos anteriores en los que ha sucedido, como en los países del Este con la caída del comunismo, o en Estados Unidos, cuando en los años 80 disminuyó el dinero destinado a salud pública.


Además, los científicos están preocupados por las cepas resistentes a los fármacos es el peligro en la actual y abogan por un "tratamiento eficaz y rápido de los pacientes para que no haya contagios". En cualquier caso, "una vacuna efectiva ayudaría a erradicar la enfermedad", objetivo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha marcado para 2050.