Ciencia España , Salamanca, Miércoles, 31 de octubre de 2007 a las 18:29

Científicos salmantinos estudian los componentes de unas pinturas rupestres de Las Batuecas

El análisis está encaminado a su conservación, ya que cada material se comporta de forma diferente ante la degradación

JPA/DICYT Científicos del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca analizan la composición de unas pinturas rupestres y de las rocas sobre las que se asientan, localizadas en una zona de abrigo de la comarca de Las Batuecas, con el objetivo de contribuir a su conservación. Para ello, la investigadora Milagros Bartolomé ha obtenido una beca de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León y cuenta con el asesoramiento de los profesores de Geología, Gaspar Alonso Gavilán y de Prehistoria, Julián Becares Pérez.

 

Las pinturas rupestres pertenecen al periodo Calcolítico, de una antigüedad de entre 3.500 y 5.000 años. Se trata de dibujos esquemáticos con tonos rojos, motivos a base de barras y puntos, y representaciones antropomórficas y zoomórficas, sobre todo de cabras, en este último caso. La labor de los investigadores se centra en "estudiar las rocas como soporte, rocas que son cuarcitas ordovícicas, y determinar la composición de las pinturas, tanto en la fase de pigmento como de aglutinante", ha explicado a DICYT Milagros Bartolomé. El trabajo se desarrolla en la Facultad de Ciencias de la institución académica salmantina en colaboración con el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales ubicado en Simancas (Valladolid), donde los científicos cuentan con la posibilidad de aplicar varias técnicas de análisis.

 

Poca porosidad

 

El estudio, avalado por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, está encaminado a la conservación de las pinturas. El conocimiento exhaustivo de los componentes de la pintura y de la roca permitirá "saber si estas dos partes se degradan de forma diferente o si, por el contrario, se ha producido una interacción entre la pintura y la roca" de manera que se haya creado "una tercera cosa" distinta. Por el momento, las primeras observaciones apuntan a que la porosidad de estas rocas es mínima, de forma que está claramente separada de la pintura. Como cada material se comporta de forma distinta ante las agresiones externas, conocerlos resulta esencial para plantearse una estrategia de conservación.

 

La zona en la que se encuentran las pinturas son abrigos, abiertos al público, a los que se llega por senderos, de manera que los geólogos han comprobado que las rocas quedan deterioradas por la acción humana, que destruye la roca y la pintura hasta el punto de que incluso han aparecido pintadas sobre las piedras. Pero las agresiones también pueden ser orgánicas, en ocasiones causadas por líquenes, por lo que en el trabajo se van a incluir biólogos. El agua, las sales y otros elementos también influyen en el proceso.

 

Múltiples técnicas

Para realizar los análisis, los científicos recogen pequeñas muestras, a menudo aisladas y desprendidas. Las técnicas que utiliza para ver los componentes de la pintura son la microscopía óptica, la microscopía petrográfica, la microscopía electrónica de barrido con analizador de energía dispersiva, la espectrometría de infrarrojos y la cromatografía de gases. Aunque algunas de las técnicas de análisis se realizan en Simancas, por citar algunos ejemplos de su trabajo, los científicos explican que con la cromatografía de gases puede identificar compuestos orgánicos dispersando la muestra en un agente y comprobando el tiempo que tarda en sedimentarse. Por su parte, la microscopía electrónica de barrido permite identificar qué minerales hay en cada lugar, algo muy importante porque no todos los elementos se alteran con la misma facilidad.

 

Las rocas sobre las que están las pinturas rupestres son cuarcitas dentro de una zona geográfica que presenta una alternancia entre este tipo de rocas y las limolitas, de un tono rojo que podría coincidir con la pintura utilizada. "Tenemos que ver si la roca que utilizan para pintar es la autóctona del lugar, teniendo en cuenta que la propia pintura contiene pigmento y aglutinante", puntualiza Milagros Bartolomé.