Tecnología España , Valladolid, Martes, 01 de septiembre de 2009 a las 16:52

Científicos vallisoletanos constatan en el Ártico el buen funcionamiento remoto del Raman

Cerca de 25 investigadores coordinados por la NASA y la ESA prueban en la zona los instrumentos que tratarán de encontrar vida en Marte

CGP/DICYT Tras tres semanas de intenso trabajo, Fernando Rull, responsable de la Unidad Asociada CSIC-UVA al Centro de Astrobiología, y Antonio Sansano, uno de los miembros de su equipo, han regresado satisfechos a Valladolid. El pasado 6 de agosto partieron rumbo al Ártico con el objetivo de probar el espectómetro Raman-Libs, uno de los instrumentos que se enviará a Marte en el marco de la misión Exomars, cuyo fin radica en encontrar signos de vida en el planeta rojo. Según ha precisado a DiCYT Fernando Rull, las expectativas “se han cumplido muy bien” y se ha constatado el funcionamiento del Raman en modo remoto a partir de 150 metros. 

 

Los científicos vallisoletanos han formado parte de la expedición Amase 2009, coordinada por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en ingles), junto con otros 25 investigadores de todo el mundo. Por tercer año consecutivo, se ha elegido la zona más septentrional de la Tierra y el barco científico noruego Lance para recrear las operaciones que se llevarán a cabo en Marte.

 

Hace apenas dos meses, la misión sufrió una drástica remodelación con la reducción a siete de los equipos que conformará el robot, frente a los 20 previstos inicialmente. No obstante, el Raman-Libs permanece en la misión y se prevé “que en primavera o verano del 2010 pase el examen de revisión de diseño del instrumento remodelado”. En el Ártico se ha ensayado “con buenos resultados” la aplicación de la espectroscopia Raman “en glaciar a distintas distancias” y ahora se pretende “combinar ésta con otras técnicas y también probar el Libs de forma remota”, ha asegurado Fernando Rull. El pasado año, el instrumento Raman remoto, desarrollado en su totalidad por la Unidad Asociadad CSIC-UVA en el Parque Tecnológico de Boecillo, fue capaz de conseguir espectros Raman del hielo a 120 metros de distancia en las condiciones ambientales del Ártico, lo que constituyó un “hito” en el progreso de a espectroscopia Raman remota.

 

Sin embargo, durante los días de trabajo en el Lance “se ha estudiado más la espectometria en contacto que en remoto” y el interés ahora reside en realizar “más pruebas en el hielo”, señala el catedrático, ya que la identificación precisa de este elemento es clave en la exploración del sistema solar. El sistema remoto implementado por la Unidad es pionero y puede jugar un importante papel en la exploración de satélites helados, como Europa o Encélado, y también en la exploración de la Luna para el análisis del posible hielo existente en las umbrías de los cráteres lunares, cuya confirmación aún no es definitiva.

 

Estudio de testigos

 

La reciente remodelación de la misión Exomars llevada a cabo por la ESA conlleva importantes modificaciones en el modo de operar en Marte. Así, los siete instrumentos que viajarán a Marte integrados en un único robot se centrarán en el estudio de testigos, pequeños cilindros de materia obtenidos por un sistema de perforación de hasta dos metros de profundidad.


Finalmente, las tres semanas de trabajo en el Ártico han servido para conjuntar los siete instrumentos que formarán parte de la misión. De este modo, se ha realizado bajo la dirección de la NASA una simulación general en campo de la operación científica que tendrá lugar en Marte.

 

Mineralogía y geoquímica en un mismo punto
Técnicamente, el Raman-Libs es capaz de hacer mineralogía y geoquímica prácticamente en un mismo punto y a escala muy pequeña, a 40 o 50 milésimas de milímetro. El instrumento ilumina la muestra con un láser que funciona de dos maneras: el modo Raman, que es continuo durante uno o dos minutos, y el modo Libs, que lanza pulsos más intensos. Con el Raman, precisa el investigador, la luz que remite la muestra “proporciona toda la información atómico-molecular que se necesita para identificar la estructura del compuesto”; mientras que el Libs “volatiliza la muestra y sus átomos remiten una luz que permite identificar exactamente todos los tipos de átomos químicos que hay”. De este modo, “es capaz de obtener la información estructural precisa que permite identificar casi sin ninguna duda cualquier fase mineral y al mismo tiempo saber la geoquímica de esas fases minerales”. El objetivo final es hallar indicadores de vida en el planeta rojo.