Tecnología España , España, Martes, 22 de febrero de 2005 a las 12:27

El voto electrónico fracasa también en Castilla y León

Cuéllar, con un 4'91%, fue el municipio más participador, y Ponferrada (0'33%) el que menos

IR/DICYT La experiencia del voto electrónico en el pasado referéndum sobre la Constitución Europea ha registrado una muy escasa participación. Los nueve municipios de la región que acogieron esta iniciativa han registrado unos resultados inferiores en todos los casos al 5%. En total fueron 1.652 los castellanoleoneses que se acercaron a votar por Internet en la experiencia piloto que el Gobierno puso en marcha a lo largo de este mes. En el conjunto de España fueron 10.543 votantes los que participaron en la prueba, lo que supone un un 0’54%, porcentaje valorado positivamente por los responsables de la Dirección General de Política Interior.

 

En cuanto a los resultados, no hubo apenas diferencias con el voto presencial: el 78’52% apostó por el Si a la Constitución, frente al 13% que la rechazó y el 8’48% que votó en blanco. Cuéllar, en Segovia, registró la participación más alta de la comunidad, con 373 votos.

El voto de Cuéllar supuso el 4’91% del total, seguido de cerca por Guardo (Palencia), que registró el 4’72% de participación, con sus 312 votos. En el extremo opuesto se sitúa Arévalo, en Ávila, con tan sólo 82 votos electrónicos emitidos (1’35%). En términos relativos, el municipio menos representativo fue Ponferrada, en León, donde la participación se situó en el 0’33% del total con 176 votantes. Por su parte, Béjar (Salamanca) registró una participación de 166 ciudadanos (1’30%); en Almazán (Soria) se acercaron a votar 148 personas (3’23%) y la localidad zamorana de Benavente registró 100 votos (0’71%). Medina del Campo (Valladolid) y Miranda de Ebro (Burgos) registraron 151 y 144 votos respectivamente, el 0’90% y el 0’49% de sus respectivos censos.

 

Valoración positiva

La Dirección General de Política Interior ha señalado a DICYT que valora positivamente la experiencia, planteada como la primera prueba realizada en territorio nacional que permitiera evaluar el comportamiento de un dispositivo tan amplio. Según los responsables, los bajos niveles de participación no deben ser tenidos en cuenta, dado que la experiencia no tenía validez jurídica y que el objetivo no era conseguir una alta participación, sino analizar una de las posibles tecnologías aplicables al ámbito de los procesos electorales.

La experiencia se ha planteado desde la Dirección General de Política Interior como el instrumento para analizar distintas cuestiones, tales como el interés real de los ciudadanos por el voto electrónico, las dificultades a las que se enfrentan a la hora de votar por Internet, las opiniones de estos mismos ciudadanos acerca de las ventajas y desventajas del voto electrónico y del sistema que lo hace posible o las diferencias de opinión en función de las distintas características de los votantes. Las conclusiones de estos análisis serán presentadas próximamente.