Ciencia México Monterrey, Nuevo León, Viernes, 01 de junio de 2012 a las 18:00

Javier Lozano, fundador de Clínicas del Azúcar, uno de los 10 mexicanos más innovadores

Fue elegido por su proyecto 'Tratamiento integral de la diabetes para comunidades con pocos recursos'

JST-Tec de Monterrey/DICYT A través de su publicación Technology Review, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) anunció a los 10 innovadores mexicanos más brillantes menores de 35 años ganadores del concurso "TR35 México: una selección de los jóvenes innovadores más brillantes menores de 35 años de edad". De entre cientos de jóvenes y los diez seleccionados, cinco son EXATEC y acudieron el 17 de mayo a la ceremonia de premiación que tuvo lugar en el Palacio de la Antigua Escuela de Medicina, en la Ciudad de México.

 

Javier Lozano, egresado de la carrera de Ingeniero Físico Industrial (IFI) del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, en 2003 y fundador de Clínicas del Azúcar fue elegido a sus 33 años, por su proyecto "Tratamiento integral de la diabetes para comunidades con pocos recursos".

 

A pesar de recibir lucrativas ofertas de trabajo tras su estancia en la escuela de negocios Sloan del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en Estados Unidos), Javier decidió regresar a su país natal con un objetivo claro: minimizar el impacto de la diabetes, principal causa de muerte en México. Sabía que tenía en sus manos el modo de lograrlo y eso fue más poderoso que cualquier otro incentivo.

 

"Cuando uno ve el impacto que su trabajo puede tener en la vida de miles de personas, no hay negocio, trabajo o proyecto en Estados Unidos que pueda dar la misma satisfacción y motivación", asegura. Y es que la experiencia de estudiar en MIT y en Harvard -dice- le ha permitido cambiar radicalmente su forma de pensar y sobre todo en lo que respecta a los talentos y capacidades que todos tienen para ayudar a transformar su país y al mundo.

 

Clínicas del Azúcar

 

Javier, que fue elegido como el TR35 Innovador Solidario de 2012, no había trabajado antes en proyectos relacionados con la salud. Su paso por el MIT tras graduarse como Ingeniero Físico en el Tecnológico de Monterrey le permitió asistir también a clases en la Escuela de Salud Pública de Harvard.

 

"Allí comencé a involucrarme en proyectos muy innovadores en salud y en diabetes para organizaciones de Boston, Tanzania y Sudáfrica" asegura el joven. Esta experiencia se unió a largas conversaciones con Julio Frenk, decano de la escuela de Harvard y ex secretario de Salud en México, y de ahí nació la idea de crear una red de centros especializados en diabetes para personas con pocos recursos.

Con el objetivo de materializar su idea regresó a México y, en diciembre de 2010 fundó las Clínicas del Azúcar, un modelo de gestión de clínicas de atención integral y de bajo coste especializadas en vigilar y erradicar las complicaciones de la diabetes. Desde ellas se busca y atrae al paciente para evitar los casos sin diagnosticar y facilitar el acceso a un tratamiento adecuado a un precio reducido. Teniendo en cuenta que más del 80 por ciento de las muertes por diabetes se registran en países de ingresos bajos y medios -según la OMS- debido en gran parte a un diagnóstico tardío o inexistente o a la imposibilidad de acceder a un tratamiento, una solución como la que propuso Javier permite atajar estos problemas y podría permitir salvar y mejorar la calidad de vida de miles de personas.

El modelo desarrollado por Lozano permite llegar a comunidades rurales y aisladas, donde el impacto de la diabetes es mucho mayor. "Más del 90 por ciento de los pacientes no puede costearse actualmente una atención de calidad", apunta. Sin embargo, una gran parte de ellos si podrá hacerlo, ya que gracias a la innovación en la forma en la que se presenta y costea la atención médica en las Clínicas del Azúcar asegura haber reducido su precio en más del 60 por ciento: de mil a 200 dólares.

Entre algoritmos y tecnología de emprendimiento social

 

Para llegar hasta donde lo ha hecho, Lozano se ha valido de nuevas tecnologías de software y análisis de datos y del desarrollo de algoritmos que intentan anticipar si los pacientes se encuentran en situación de control.

 

"Nuestros algoritmos ayudan en la toma de decisiones antes de que lleguen al médico, por lo que los empoderamos tanto a ellos como a la enfermera para que actúen a tiempo en caso de que haya alguna complicación", explica Lozano. Su empresa ofrece paquetes que incluyen todas las consultas especializadas, diagnósticos y apoyo con equipamiento de laboratorio que necesita un diabético durante un año.

Javier también ha desarrollado otros instrumentos, entre los que se encuentran un sistema de análisis automatizado para diagnosticar problemas en los ojos o un software de nutrición predictivo de gustos y necesidades del paciente.

Las Clínicas del Azúcar son sin duda el proyecto con más repercusión y potencial de Lozano -que espera contar con 50 centros más tanto en México como en Latinoamérica en un plazo de cinco años- pero no es el único.

 

Con apenas 17 años comenzó a trabajar en proyectos solidarios con una comunidad indígena de la Sierra Tarahumara, una de las más pobres de México. Allí desarrolló proyectos de educación y agricultura sostenible de gran impacto social, como la creación de huertos biointensivos para terrenos con tierra muy pobre.

"Durante más de un año allí, viví la pobreza y me di cuenta de primera mano de la dificultad para acceder a diagnósticos y servicios de salud de calidad. Vi a varias personas morir por la falta de estos servicios y esta sensibilidad me ha hecho estar constantemente pensando y buscando nuevas y mejores vías de llevar servicios básicos a distintas comunidades. Además, aprendí como la tecnología puede ayudar mucho a bajar los costos y crear acceso", agrega.

Tras esta experiencia, Javier trabajó durante tres años en la multinacional Verzatec, dedicada a la producción de aluminio y productos plásticos donde, como gerente de Mejora Continua, recibió la medalla de oro por implementar uno de ellos tres proyectos más innovadores a nivel mundial.

Poco después, tras haber terminado su carrera, su interés por tener una mayor visión de cómo solucionar los problemas de la sociedad y el país le llevó al MIT para buscar soluciones más creativas e innovadoras. Allí ganó el Development Track del concurso de planes de negocio 'MIT 100K' por el desarrollo de dispositivos de cultivo para ser usados por pequeños agricultores. La idea no se quedó en un proyecto potencial sino que le llevó a cofundar en 2009 en Tanzania la empresa Global Cycle para permitir el uso de este sistema en África.

Estas y otras iniciativas y premios reflejan el convencimiento de Lozano de que "solo con nuevas tecnologías logaremos acercar más y mejores servicios a todos los niveles socioeconómicos", especialmente en el ámbito de la salud.

 

"En este tipo de proyectos se aprecia un impacto real y siempre queda la satisfacción de decir que el trabajo que uno desarrolló previno enfermedades, amputaciones, cegueras o muertes y ayudó a que más personas puedan acceder a nuevos diagnósticos y por ende vivir una vida con más paz" sostiene.

 

"Vale mucho la pena vivir apasionadamente por el bien y la contribución que uno puede hacer; el dinero es solo temporal, pasajero y para el bienestar de un solo individuo, mientras que proyectos como estos pueden mejorar la vida de millones de personas", concluye Lozano.

5 de 10

 

Los otros cuatro jóvenes EXATEC seleccionados por la publicación Technology Review, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) son:

 

  • Juan Pablo Esquivel, de 30 años y actualmente estudiante en el Instituto de Microelectrónica de Barcelona, fue elegido por su proyecto de "Fuentes de energía miniaturizadas para dispositivos de diagnóstico portátiles". Se graduó de la carrera de Ingeniero en Mecatrónica del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, en 2005.
  • Ana Laborde, de 31 años y fundadora y directora de la empresa BioSolutions, fue elegida por su proyecto "Bioplásticos sostenibles fabricados con residuos de tequila". Es egresada de la Maestría en Innovación Empresarial y Tecnológica, del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, en 2009.
  • José Manuel Aguilar, de 30 años, coordina un grupo que investiga la producción de proteínas recombinantes para atenuar efectos negativos en la salud de productos alimentarios comerciales en el Tecnológico de Monterrey, y fue elegido por su proyecto "Plataforma biotecnológica para obtener vacunas de forma más rápida y económica". Es graduado de la Maestría en Ciencias con especialidad en Biotecnología (2007) y del Doctorado en Ciencias de Ingeniería (2011) del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey.
  • Jorge Soto, de 26, es fundador de Citivox y fue seleccionado por su proyecto "Software móvil para nuevos modelos de gobernabilidad y empoderamiento". Es egresado de la carrera de Ingeniero en Sistemas Electrónicos del del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, en 2009.