Alimentación España , Segovia, Miércoles, 13 de febrero de 2008 a las 16:45

La Universidad SEK y la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos suscriben un acuerdo para proteger la especie

En España sólo quedan 400 ejemplares, lo que la sitúa en peligro de extinción inmediata

RGB/DICYT España registra tan sólo 400 ejemplares de quebrantahuesos, el único ave comedor de huesos del planeta. De este número, tan sólo 100 parejas logran reproducirse, lo que significa que la población de esta especie, concentrada en los Pirineos, está en de riesgo de extinción inmediata. Así lo puso de manifiesto hoy en Segovia el naturalista Gerardo Báguena Sánchez tras la firma de un acuerdo de colaboración entre la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) y la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad SEK, perteneciente al Instituto de Empresa, un convenio que tiene como objetivo avanzar en la recuperación de esta especie en el norte peninsular.

 

Según Gerardo Báguena Sánchez, director del proyecto de Recuperación del Quebrantahuesos en los Picos de Europa, la pérdida de este ave en el norte de España está documentada desde principios del siglo XX debido a causas antrópicas, es decir, originadas por la acción del hombre, que supusieron la pérdida de toda la población de esta especie en el sur de España.

 

El acuerdo, suscrito hoy en la sede de la universidad, tiene como objetivo conocer los problemas ambientales de los Picos de Europa que pueden constituir una amenaza potencial para el quebrantahuesos. Según el acuerdo, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos y la Universidad del Instituto de Empresa se comprometen a desarrollar, en concreto, la monitorización de ejemplares de buitre leonado (Gyps fulvus) y cuervo (Corvus corax) a través del empleo de radio-telemetría, ante la imposibilidad de concluir una de las acciones contempladas por el proyecto de recuperación del Quebrantahuesos en los Picos de Europa desarrollado por la FCQ desde julio de 2002 hasta diciembre de 2005, consistente en la monitorización telemétrica de buitres leonados y cuervos.

 

Material técnico y asesoramiento

 

La FCQ aportará gratuitamente el material necesario para el marcaje y posterior seguimiento de los individuos capturados. Por su parte, la universidad del Instituto de Empresa proporcionará asesoramiento científico sobre el área de estudio, aspectos etológicos, demografía y métodos de captura, marcaje y recolección de muestras (sanguíneas y plumas) de las especies a capturar. Además, colaborará en el diseño del método de estudio y seguimiento de los ejemplares marcados, analizará los datos obtenidos y elaborará, en colaboración con la fundación, la información científica derivada del trabajo, como borradores de artículos científicos para publicar en revistas de reconocido prestigio.

 

El responsable técnico por parte de FCQ es Gerardo Báguena Sánchez, mientras que el profesor Biología Pedro Pérez Olea asumirá la parte científica por parte de la institución académica. Profesores y alumnos de la Facultad de Ciencias Experimentales se implicarán directamente en un proyecto cuya meta es repoblar la cornisa cantábrica y los Picos de Europa de quebrantahuesos(Gypaetus barbatus) la única ave osteófaga (comedora de huesos) del planeta.

 

Una vida a más de 1.000 metros de altura

El nombre común "Quebrantahuesos" viene de la particular técnica de romper los huesos grandes para fraccionarlos en trozos de tamaño adecuado para su ingesta, que son lanzados desde el aire en zonas rocosas. Su silueta, muy característica, presenta alas estrechas y puntiagudas y larga cola en forma de rombo. Los ejemplares adultos tienen el dorso y las alas de color negro, y la cabeza y el vientre blancos, aunque rara vez se ven de este color, sino más bien amarillo - anaranjado debido a la costumbre que tiene de teñir su plumaje con barro.

 

El quebrantahuesos, de tres metros de envergadura, cría en cuevas situadas en grandes paredes a partir de los 1.000 metros y hasta los 2.500. Desarrolla un largo y costoso ciclo reproductor en los que invierte alrededor de cincuenta y seis días. Se calcula que, de cada diez quebrantahuesos, seis ejemplares se quedarán en el camino antes de llegar a la edad adulta. El quebrantahuesos adquiere su madurez sexual a los 11 años y suele vivir entre 35 y 40 años en cautividad y alrededor de 25 ó 30 años en libertad.