Las patentes de la Universidad de León representan cerca del 1% de todas las registradas por la Oficina Española de Patentes
MJF/DICYT Las patentes registradas por la Universidad de León representen alrededor del 1% del total de las inscritas en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Así lo asegura uno de los técnicos examinadores de dicha entidad, Gabriel González, que esta mañana ha intervenido en la Jornada sobre Propiedad Industrial que se ha celebrado en la Universidad de León.
La técnico de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), María José Barrios, ha anunciado en dicho foro que la Universidad de León está pendiente de la concesión de dos nuevas patentes, de las que ha rehusado adelantar nigún tipo de información, ya que uno de los criterios de adjudicación de las mismas es precisamente el carácter de novedad hasta que sean inscritas en la Oficina Española de Patentes y Marcas. En cuanto a las ya registradas hasta el momento por parte de la Universidad de León, Barrios ha indicado a DICYT que están relacionadas con todo tipo de temáticas, desde procedimientos biológicos y síntesis de compuestos a otras dedicadas a temas electrónicos y determinados aparatos.
El proceso de solicitud de una nueva patente contempla un largo proceso que comienza con la elaboración de una memoria en la que hay que dar respuesta a preguntas sobre lo que se pretende hacer, el modo en que se realizará, su utilidad final y lo que le diferencia de lo existente en el momento en el mercado. A pesar de esta exhaustividad, María José Barrios asegura que lo más complejo no es este proceso, sino la inclusión de las posibles modificaciones sobre el mismo y sobre la manera en la que hay que realizarlas.
Normativa
La normativa vigente sobre Propiedad Industrial cobra una especial importancia respecto a la polémica suscitada en torno a la propuesta de Directiva sobre Patentabilidad de Software. El técnico examinador de Patentes de la Oficina Española de Patentes y Marcas, Gabriel González, reconoce que se trata de un asunto al que califica como "complejo", al mismo tiempo que matiza que "lo que se intenta regular no es el software en sí, si no aquel software que sirve para llevar a cabo una invención". Sin embargo, admite que "los problemas surgen si cada vez que se hace un programa hay que estar pensando si se infringen los derechos de alguien o no, que evidentemente dificultaría bastante el poder avanzar en este campo".
Gabriel González asegura que es un asunto que está siendo sometido a debate no sólo por parte de parlamentarios europeos, sino también de los sectores implicados para intentar regular todas estas cuestiones. Todo ello, según explica, para intentar, por un lado, mantener el equilibrio que persigue el sistema de propiedad industrial entre rendimiento público y rendimiento privado y, por otro, para proteger aquello que sería realmente nuevo y que tendría una capacidad de protección. Esto serviría, según señala, para no impedir el progreso de nuevos software en cuanto a hacer un programa en el que hubiera que estar pensando cada vez que se utiliza un comando a quien se debe pagar.
A falta de una resolución definitiva sobre el tema, la nueva normativa sobre patentabilidad de software es todavía sólo un proyecto de directiva que tendrá que ser aprobado por el Parlamento Europeo, al que se han presentado una serie de enmiendas.