Ciencia España , Valladolid, Viernes, 08 de marzo de 2013 a las 13:16
8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA

Las universidades advierten del sesgo de género en la producción y transmisión del conocimiento científico

La Red de Igualdad de Género para la Excelencia Universitaria, de la que forma parte la Universidad de Valladolid, presenta su manifiesto

CGP/DICYT La Red de Unidades de Igualdad de Género para la Excelencia Universitaria (RUIGEU), formada por 39 universidades públicas españolas, entre ellas la Universidad de Valladolid, ha presentado un manifiesto conjunto en el marco de la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El documento advierte que, en el contexto de la crisis económica, las políticas de igualdad continúan siendo “esenciales” en la agenda de las universidades y del resto de instituciones públicas.

 

Asimismo, señala que todavía hay que erradicar las desigualdades existentes en el seno de las propias instituciones académicas, como el sesgo de género en la producción y transmisión del conocimiento científico. “La investigación realizada por mujeres y la investigación que aborda nuevas cuestiones o fenómenos como los estudios de género no se valora de forma equitativa en relación a otras temáticas, especialmente en determinadas disciplinas”, asegura el manifiesto, lo que afecta de manera “decisiva” a la promoción de la carrera profesional de las investigadoras. Además, la organización propia del trabajo científico “se caracteriza por la creación de redes o círculos informales de colegialidad y de poder donde las mujeres permanecen todavía excluidas o su participación es escasa”, añade.

 

Por otro lado, la RUIGEU subraya que existen brechas de género en las retribuciones del personal docente y del personal de administración y servicios “derivadas de los complementos económicos vinculados a los méritos de investigación, o por la desigual distribución de las horas extras, y pluses, e indirectamente, por el disfrute de excedencias o permisos para la atención de familiares”.

 

En la misma línea, el documento incide en que existe una “clara” segregación vertical en la universidad española, donde son todavía “pocas las catedráticas y pocas las mujeres en los órganos de representación y gobierno, en las direcciones de grupos de investigación, en los reconocimientos honoríficos (como doctorados honoris causa) y en los puestos directivos de gestión administrativa de la universidad”.

De igual forma, aseguran que se produce una segregación “horizontal” que se manifiesta en la distribución del alumnado, ya que las ingenierías y las carreras técnicas “se nutren en altísimos porcentajes de estudiantes varones, mientras que las mujeres siguen optando por las ciencias de la salud o los grados relacionados con la educación infantil o el trabajo social”. “Esta especialización vinculada a los roles de género tiene también su reflejo en la asignación del profesorado a las áreas de conocimiento y en distribución de trabajadores y trabajadoras en los distintos servicios”, agregan.

En el ámbito científico, el documento también recoge que la universidad “sigue haciendo un uso sexista del lenguaje y no apuesta decididamente por visibilizar las aportaciones de las mujeres a la ciencia y al conocimiento”.