Salud España , Valencia, Viernes, 18 de septiembre de 2009 a las 13:15

"Los tiempos de aparici贸n de las enfermedades emergentes son cada vez m谩s breves"

Santiago Mas-Coma, presidente de la Federaci贸n Europea de Parasitolog铆a y asesor de la OMS, reflexiona sobre la incidencia del cambio clim谩tico en la salud

JPA/OEI-AECID/DICYT Santiago Mas-Coma es el presidente de la Federación Europea de Parasitología, donde se encarga de coordinar a científicos de cerca de una treintena de países, algunos de ellos asiáticos, en la lucha contra las enfermedades parasitarias. El jefe del Departamento de Parasitología y Biología Animal de la Universidad de Valencia es también asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como experto en trematodos y sobre todo en fascioliasis, una enfermedad ocasionada por un parásito transmitido por caracoles que está emergiendo en todos los continentes. Todo indica que esta emergencia tiene que ver, como en el caso de otras patologías relacionadas con parásitos, con el cambio climático.
 

"La primera premisa es que el cambio climático está demostrado y las herramientas de predicción indican que e irá a más", afirma. "Lo segundo que nos tenemos que plantear es si las enfermedades infecciosas, y dentro de ellas las parasitarias, pueden o no verse afectadas por el cambio climático. Desde hace mucho tiempo sabemos que estas patologías tienen unas interrelaciones muy marcadas con las principales variables climáticas, como temperatura, precipitaciones, nubosidad, insolación, irradiación… Todos estos factores influyen en los parásitos, en los agentes infecciosos y en las enfermedades que producen", declara a DiCYT.

 

Finalmente, "tenemos que ver cómo se produce este cambio climático, porque la gente piensa que el calentamiento global va a ser uniforme en todo el mundo, pero en algunos lugares subirá la temperatura y en otros bajará. El cambio climático es heterogéneo y se dejará sentir más en unos sitios que en otros", comenta Mas-Coma.

 

El experto de la Universidad de Valencia explica que el efecto sobre las enfermedades se materializa en modificaciones en tres aspectos: prevalencias, intensidades y distribución geográfica. En el primer caso, el porcentaje de humanos o animales afectados por la enfermedad, en muchos sitios subirá. "Varios modelos matemáticos, de laboratorio y geoespaciales que tenemos nos indican que sólo con que la temperatura se incremente un grado, aumentarán las prevalencias. Sin embargo, en algunos lugares puede ser que la prevalencia decrezca, depende de cada patología".

 

Más tiempo para infectarse

 

En cuanto a la intensidad, "es un concepto que hace referencia al número de parásitos o agentes infecciosos que va a tener el organismo que los padezca". También las previsiones indican que "habrá más probabilidades de contaminaciones altas, los individuos se infectarán mucho más. Por ejemplo, pongamos que una enfermedad parasitaria, debido a la temperatura, se podía transmitir a lo largo de tres meses; pues bien, si se alcanzan las temperaturas necesarias antes y después, el periodo de transmisión se hace mucho más largo. Esto lo estamos viendo en España en otras cuestiones como la vegetación, cuando las plantas florecen antes de lo habitual, o cuando en Levante vemos mariposas en febrero o marzo", afirma.

 

El último punto es la distribución geográfica. "Debido a las características del vector, el mosquito o caracol que transmite una patología, invertebrados muy dependientes de las características climáticas, hay enfermedades que sólo se dan en aquellos lugares del mundo en los que puede vivir ese vector específico para transmisión de la enfermedad. Al modificarse las características climáticas, estos vectores ven modificada su distribución geográfica, a veces aumenta, se reduce o simplemente se traslada". Así que en zonas del mundo en las que una enfermedad no se podía encontrar, ahora empieza a detectarse. Por ejemplo, la dirofilariosis o la leishmaniasis se están empezando a detectar en el Norte de Europa y la malaria se está extendiendo. En cuanto a la fascioliasis, "estamos detectando una emergencia terrorífica", asegura, en lugares como Cuba o Vietnam. "Son enfermedades que se creían estables y están emergiendo en donde no las esperábamos, de golpe aparecen con miles de casos", añade.

 

Cambio climático y cambio global

 

En cualquier caso, Mas-Coma advierte de un concepto muy importante: no confundir cambio climático y cambio global. Este último hace referencia a las modificaciones del medio esencialmente producidas por el hombre. Para explicar la relación con su especialidad, el investigador pone el ejemplo de la construcción de una presa en el río Senegal para convertir el desierto en una zona de regadío. "En esa zona no había malaria, pero al haber agua dulce llega ahora el mosquito que la transmite y se establece. En ese ambiente propicio para cultivar aparece un problema con el que no se contaba. Así, una infraestructura multimillonaria resulta un fracaso, porque aparecen enfermedades que hacen que no se pueda vivir allí. Por lo tanto, cambio climático y cambio global son cosas diferentes pero interrelacionadas, por eso, cuando detectamos modificaciones en una enfermedad es muy difícil dilucidar qué es lo que está cambiando, porque todo está interconectado. Para averiguarlo, se precisan especialistas multidisciplinares: climatólogos, ecólogos, botánicos, entomólogos, parasicólogos, médicos, veterinarios…"

 

El experto reflexiona también sobre las enfermedades que han aparecido en las últimas décadas. "En 1980 empieza la pandemia del virus del sida. En realidad, ya se habían detectado enfermos 20 años antes en África, lo que pasa es que nunca había salido de allí la enfermedad, pero alguien la debió llevar en avión a California. Mucho tiempo después apareció la enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido. Por cierto, qué más fácil que aislar una enfermedad que una isla, pues bien, no pudimos, y se extendió por Europa. Después, llegó el SARS y desde la OMS tuvimos que poner en cuarentena a una ciudad como Toronto para evitar que se extendiera por el continente americano. Más tarde, la gripe aviaria, que aún está en expansión, y ahora la gripe A. Si uno se para a analizar, los tiempos de aparición entre estas enfermedades emergentes, muchas relacionadas con el cambio global y el cambio climático, son cada vez más breves. Esto nos indica que el mundo cambia cada vez más rápido y que cada vez nos enfrentaremos más a estas situaciones", concluye.