Ciencia España , Valladolid, Mi茅rcoles, 19 de enero de 2011 a las 18:35

Un doctorando de la Universidad de Valladolid desarrolla una c谩mara de simulaci贸n del ambiente marciano

El objetivo es experimentar con el espect贸metro Raman-Libs que viajar谩 a Marte en el marco de la misi贸n Exomars

Cristina G. Pedraz/DICYT La misión Exomars, puesta en marcha por las agencias espaciales europea y norteamericana (ESA y NASA) con el objetivo de buscar signos de vida en Marte, sigue adelante. La Unidad Asociada CSIC-UVA al Centro de Astrobiología, ubicada en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid) y que trabaja en el único instrumento español que viajará al planeta rojo, el espectómetro Raman-Libs, avanza en la definición de la ciencia que realizará este instrumento una vez que llegue a su destino. En el marco de la misión, uno de los doctorandos que trabaja en la Unidad, Alejandro Catalá Espí, está desarrollando una cámara de simulación del ambiente marciano con el fin de experimentar las condiciones reales que va a encontrar el instrumento.

 

“Estamos desarrollando una especie de cámara que nos permite simular dentro de un entorno cerrado las condiciones atmosféricas, de presión o de temperatura que se dan en Marte”, asegura el investigador, quien detalla que se analizará cómo las muestras de materiales que se introducen en la cámara varían bajo esas condiciones marcianas. “Al haber una baja presión, por ejemplo, se produce una alta deshidratación, lo que origina que la estructuración de los minerales varíe”, apunta, procesos que deben estudiarse para estar alerta de lo que puede encontrarse.

 

El proyecto, que se inició el pasado año, cuenta con una primera fase de definición de requisitos científicos, es decir, la determinación del rango de presión, temperatura o los gases que deben incluirse. Una vez establecidos esos límites, se decidirá qué materiales se necesitan o qué puertos para acceder a la muestra.

 

Como explica Alejandro Catalá, las pruebas que se realizarán en la cámara serán complementarias a las que se llevan a cabo en el Ártico, ya que allí “no se dan las condiciones exactas marcianas, aunque sí son muy parecidas”. En este sentido, la cámara tiene como ventaja que se pueden controlar las distintas variables y simular perfectamente las condiciones reales dónde va a operar el instrumento.

 

La Agencia Espacial Europea ha marcado 2014 como fecha en la que se debe entregar el prototipo final del espectómetro Raman-Libs. Hasta ese momento, se van a desarrollar diferentes prototipos y se tratará de afinar sus capacidades. Una vez que se entregue el instrumento, los científicos no descansarán, sino que seguirán realizando pruebas para estudiar el modo de operación una vez que haya llegado a Marte, se analizarán los datos que envíe la sonda y finalmente se elaborarán unas conclusiones en referencia a esa información.

 

Estudio del subsuelo

 

Según recuerda el investigador, la misión Exomars es la primera que realmente explorará el subsuelo de Marte. De este modo, se extraerá material de debajo de la superficie marciana, de lugares protegidos tanto de la radiación ultravioleta como de altas energías del Sol, lo que supone que “si hay algún nicho de vida en condiciones preservadas bajo la superficie, o si se dio en algún tiempo pasado, se puede haber mantenido”. Hasta el momento, las sondas enviadas buscan en la superficie. En esta misión, los científicos se adentrarán hasta dos metros bajo la superficie marciana, teniendo en cuenta que los efectos más importantes de la radiación ionizante se producen aproximadamente hasta el metro y medio. “Tenemos un margen de protección en el que podemos encontrar información útil”, subraya.

 

La Unidad Asociada CSIC-UVA al Centro de Astrobiología trabaja actualmente definiendo la ciencia que realizará el Raman-Libs al llegar a Marte. Así, llevan a cabo los experimentos científicos para dirigir la ingeniería hacia el prototipo final, que será fabricado por el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial).

 

El investigador Alejandro Catalá Espí, es doctorando de la Universidad de Valladolid y al mismo becario del Ministerio de Ciencia e Innovación dentro del programa de Formación de Personal Investigador (FPI). Formado en la Universidad Politécnica de Valencia, donde estudió Ingeniería de Telecomunicación, decidió dirigir su carrera hacia la astrofísica, su hobby desde niño. Tras realizar un Master en Astrofísica en Tenerife, tuvo la oportunidad de acceder a la beca para trabajar en la Unidad Asociada al Centro de Astrobiología, donde aporta sus nociones científicas y de ingeniería al avance de la exploración planetaria.