Alimentación España , Ávila, Viernes, 16 de octubre de 2009 a las 12:30

Un estudio etnoecol贸gico identifica plantas silvestres comestibles de 脕vila

La investigaci贸n de la Universidad Cat贸lica de 脕vila, a煤n en marcha y realizada a partir de encuestas y trabajo de campo, ha registrado ya cerca de 50 especies

María Espeso/DICYT Un proyecto de investigación realizado desde la Facultad de Ciencias y Artes de la Universidad Católica de Ávila ha logrado identificar cerca de 50 plantas silvestres comestibles de la provincia abulense. El trabajo etnoecológico, que arrancó hace un año y medio y al que todavía le queda otro año, se enmarca en una línea de búsqueda de nuevos productos para introducir en el mercado alimentario y en la contribución al desarrollo de las comunidades locales que acojan los nuevos cultivos que puedan surgir del estudio, inédito hasta el momento en Ávila.

 

El decano de la facultad, Pedro Manuel Díaz, es uno de los profesores que han participado en el proyecto, desarrollado a partir de encuestas realizada a recolectores de plantas silvestres comestibles de la provincia, seguidas de trabajos de campo para identificar las especies dudosas. Desde julio de 2008 ya suman 85 encuestas y los resultados (de momento sobre 75) han permitido obtener información sobre las especies que se recolectaban en el pasado o todavía se recolectan, nombres populares, hábitat donde se desarrollan, época de recolección, técnicas de extracción, partes de la planta aprovechadas y preparación para su consumo.

 

A su vez, se ha podido analizar el contexto de transmisión de conocimientos entre personas mayores, sus hijos y sus nietos, y con ello se ha podido comprobar "la pérdida de información intergeneracional debida a los cambios sociales", explica el profesor, que justifica este estudio tanto por los resultados, que "pueden contribuir al desarrollo económico de la sociedad", como "por la urgencia de la investigación", ya que las personas que "han acumulado este tipo de saberes van desapareciendo sin haberlos transmitido”.

 

Los resultados obtenidos "corresponden a la fase inicial de la investigación", pero "ya es posible apuntar algunas conclusiones y ofrecer un interesante catálogo de especies comestibles y sus nombres vernáculos, algunas de ellas poco conocidas en otras publicaciones en la materia", detalla el decano de Ciencias y Artes.

 

Hierbas con fines alimenticios

 

Hasta el momento se han registrado 28 especies diferentes de hierbas silvestres que se utilizan con fines alimentarios en los medios rurales. La mayor parte de ellas son recolectadas para el consumo in situ y la preparación de ensaladas, o para ambos casos en una misma planta, como es el caso de pan y queso (Ornithogalum umbellatum). Otra elaboración que se da en cuatro de las especies es la tortilla, siendo el más popular el cardillo (Scolymus hispanicus), seguido de los espárragos trigueros (Asparagus acutifolius) y los zarzaleros (Tamus communis) y, en menor medida, las ortigas (Urtica). De la Malva sylvestri, por ejemplo, se pueden consumir diferentes partes de la planta. En cuanto a frutos silvestres, se ha registrado el uso de 19 especies que se recolectan para su consumo directo o para su conservación o elaboración de licores y mermeladas.

 

Si se analizan los datos por comarcas, más del 65% de los encuestados proceden de la comarca del Valle Amblés y Sierra de Ávila, perteneciendo más de la mitad de ellos a Ávila. Las siguientes comarcas según el número de encuestas son Valle del Tormes y Valle Alberche-Tierra de Pinares. La Moraña y Valle del Tiétar son, de momento, las menos representadas.

 

La popular boruja 
La boruja o pamplina (Montia fontana) fue recogida por todos los encuestados y es el vegetal más apreciado, recibiendo nombres diferentes según el área geográfica de la provincia, como boruja, borujo, burraguillo, buruja, coruja, corujo, maruja, marusa, moruja, puntillas y pamplina. Precisamente, con ella comenzó el estudio. “Empezamos a preguntar sobre ella y nos dimos cuenta de que la gente mayor hablaba de más plantas que utilizaban para completar su dieta”, de ahí que se decidiera ampliar la investigación.