Ciencia España , Burgos, Lunes, 17 de abril de 2006 a las 18:37

Un estudio revela que los vidrios de la Catedral de Burgos fueron fabricados en distintos lugares de Europa

Expertos de la universidad burgalesa están a punto de publicar los resultados del análisis del rosetón de la fachada del Sarmental

Beatriz G. Amandi/DICYT Expertos de la Universidad de Burgos están a punto de publicar un estudio científico que describe la composición y aporta datos sobre la procedencia de los vidrios presentes en el rosetón de la fachada del Sarmental de la Catedral, cuyo autor se desconoce. Se trata de un trabajo iniciado hace algunos años, con motivo de la restauración que implicó diferentes trabajos en el monumento, y que proporcionó a los investigadores la posibilidad de analizar los vidrios originales.

La investigación de los vidrios del rosetón de la fachada del Sarmental de la Catedral de Burgos ha demostrado que su procedencia es diversa y que, ya en el siglo XIII, se desarrollaban unas técnicas muy perfeccionadas para conseguir los colores deseados en cada una de las partes. Estas son algunas de las conclusiones obtenidas por un estudio que está a punto de publicarse y que ha sido llevado a cabo por el Grupo de Análisis Instrumental de la Universidad de Burgos, dirigido por Jesús López Palacios.

Palacios ha explicado que se trata de un trabajo para cuya realización han contado con la colaboración de los vidrieros-restauradores Hermanos Barrio, y cuyo objetivo también plantea un mejor conocimiento de su grado de deterioro y un estudio en detalle de las estructuras de los vidrios.

El trabajo comenzó con la puesta en marcha de un proceso de restauración del rosetón en el año 2001, que permitió obtener pequeños trozos de vidrio procedentes de los originales, y que el equipo de Jesús López Palacios utilizó para su análisis. Este análisis se realizó empleando tres métodos fundamentales basados en el estudio de la naturaleza de los vidrios, su descripción morfológica por microscopia electrónica de barrido y el análisis cuantitativo de la composición química de las vidrieras mediante fluorescencia de rayos X.

El experto ha explicado a DICYT que el estudio de las estructuras de los vidrios está muy vinculado al conocimiento de la procedencia de los mismos: “Pueden ser piezas de un solo color o bloques incoloros con una o varias capas coloreadas encima”, señala como ejemplo, y explica que colores como el rojo eran muy difíciles de conseguir sin que las piezas resultaran demasiado oscuras e impidieran el paso de la luz. En estos casos se empleaban diferentes técnicas en función de los maestros vidrieros que los realizaran y eso es utilizado por algunos expertos para identificar la procedencia de algunos de los materiales empleados.

Sin embargo, Palacios señala que “la mejor manera de clasificar los vidrios no es por su color, como se podría pensar, sino por los componentes incoloros del vidrio”. Añade, a modo de ejemplo, que el análisis de cuatro componentes fundamentales del vidrio, el sodio, el potasio, el calcio y el silicio, resulta muy interesante para clasificar los vidrios: “Ninguno de esos componentes aporta color y, sin embargo, la relación entre ellos resulta ser característica de un origen concreto”.

Todos los vidrios analizados en este rosetón se clasifican en tres únicos grupos: el primero, que contiene una mayor cantidad de sodio, un elemento presente en las algas marinas que se empleaban como fundente por los maestros vidrieros de las zonas costeras. Una segunda clase de vidrios fabricados en el interior y zonas boscosas, como muestra su alta composición de potasio, elemento presente en las cenizas de madera de bosques del interior también empleada por los fabricantes de siglos pasados como fundente para conseguir el vidrio. Finalmente, existe un grupo de cristales cuyo origen, por su composición, se relaciona con restauraciones anteriores realizadas en el rosetón, en los siglos XVI y XVIII.

Se trata de un estudio muy minucioso, que se ha servido de modernas técnicas como la microscopia electrónica, la fluorescencia de rayos X y diferentes métodos matemáticos de análisis de datos (principalmente análisis en componentes principales).

El riguroso estudio también incluyó el análisis del grado de corrosión y deterioro de las vidrieras en algunas zonas, detectando diferentes fases de formación y crecimiento de pequeñas burbujas en el interior del vidrio, que cada vez ocupan más espacio y terminan por romperse al alcanzar la superficie del cristal, formando crestas y cráteres en la misma.