Tecnología México , Nuevo León, Viernes, 19 de junio de 2009 a las 16:43

Un investigador del Tecnol贸gico de Monterrey desarrolla supermateriales

Obtiene desde un superpl谩stico para disminuir el impacto en un choque automovil铆stico hasta un biomaterial 煤til en cirug铆as reconstructivas

TECNOLÓGICO DE MONTERREY/DICYT La investigación y aplicación de supermateriales que hace apenas unos años sólo se veían en la ciencia ficción, rinde frutos en el Centro de Investigación de Materiales Avanzados del Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla, donde el doctor Said Robles Casolco desarrolla desde un superplástico para disminuir el impacto en un choque automovilístico hasta un biomaterial útil en cirugías reconstructivas. Utilizada en puntos estratégicos del vehículo como el parachoques, la espuma metálica Metal Foams desarrollada por el investigador es capaz de absorber y minimizar el impacto de golpes.

 

El investigador se especializa en diseño de materiales superplásticos y en la obtención de nuevos métodos para el procesamiento de materiales con aplicaciones para el sector automotriz; su invento ya cuenta con una solicitud de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI). El uso de esta espuma metálica está enfocado impactar en el nivel de seguridad del sector automovilístico pero también el cuidado del medio ambiente.

 

De acuerdo al Instituto Nacional de Ecología, en México los recipientes de aluminio como las latas, se utilizan una sola vez para después ser reciclados o eliminados en los rellenos sanitarios. Una sola tonelada es suficiente para generar más de 60.000 latas, fabricar las carrocerías de siete automóviles o producir 40.000 discos de memoria de computadora. Todos productos susceptibles de convertirse en chatarra o, por lo contrario, llevarse a la industria del reciclado y con ello contribuir al cuidado del medio ambiente y al ahorro de recursos.

 

"El parachoques fabricado con esta espuma metálica, resulta más económico que los que actualmente se fabrican, ya que en su elaboración se utiliza aluminio, que puede obtenerse de latas; esto lo hace más costeable y permite además implementar el reciclaje", apunta Robles. Una vez que concluya el proceso de patente, se iniciará la explotación comercial. "Ya hay empresarios interesados en producirla a nivel masivo", señala Alejandro Romero Jiménez, director de la Escuela de Graduados e Innovación Campus Puebla.

 

Materiales superpoderosos y ecológicos

 

Los superplásticos son aleaciones de metales que se comportan como plásticos en ciertas condiciones, y como metales en otras. Esta propiedad se presenta cuando se encuentran a una temperatura cercana a la mitad de su punto de fusión. Desde hace alrededor de 40 años se ha venido estudiando el fenómeno de la superplasticidad y varias industrias de países desarrollados están utilizando materiales fabricados bajo este principio.

 

"El metal puede deformarse en tensión sin que aparezcan en la región extendida constricciones o ‘cuellos’ y permitir que el objeto alcance deformaciones de hasta un 10.000 por ciento sin romperse, es decir, pueden estirarse hasta lograr 100 veces su longitud original", señala el doctor Robles. Esto deriva en que el daño causado por un choque automovilístico de frente resulte menor para el propio vehículo y sus ocupantes, ya que el parachoques en lugar de rechazar el impacto, lo absorbe transmitiéndolo y distribuyéndolo en toda el área que por un momento se modifica. "En lugar de que el parachoques se rompa, se estira y distribuye las fuerzas de impacto en su superficie".

 

La deformación de un metal superplástico es parecido al estiramiento de un vidrio caliente, donde la parte deformada no presenta cambios en su diámetro. A diferencia de la mayoría de los metales, que al estirarse se quiebran, los superplásticos se pueden estirar de 10 a 100 veces su longitud, sin romperse ni perder sus propiedades. Además de su plasticidad o capacidad para ser deformados, tienen una resistencia mecánica tan alta como la del acero y son relativamente ligeros, como el aluminio. Otra ventaja es que se pueden reciclar muy fácilmente, lo que los convierte casi en metales ecológicos.