Tecnología España , España, Lunes, 06 de julio de 2009 a las 12:53

“Una buena educación es la que deja ganas de seguir aprendiendo”

Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona

JPA/OEI-AECID/DICYT Javier Armentia (Vitoria, 1962) es astrofísico y director del Planetario de Pamplona, además de miembro de la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico. Involucrado en una materia tan ligada a la divulgación como la Astronomía, se ha embarcado en la tarea de ampliar la cultura científica desde varias perspectivas, puesto que colabora habitualmente en medios de comunicación y recibe visitas de escolares dispuestos a preguntarle por las estrellas. 

 

Pregunta: Estamos en 2009, una fecha de conmemoraciones científicas como el Año Darwin y el Año Internacional de la Astronomía. ¿Para qué sirven estas celebraciones?

 

Respuesta: Con el Año Darwin se está hablando más de Biología y de evolución, eso ya es bastante. En el caso de la Astronomía, el fenómeno es acumulativo, porque hay asociaciones de aficionados, planetarios y museos de la Ciencia que se ocupan de este tema. Además, los astrónomos son los científicos españoles que tienen más tradición divulgadora, dando conferencias y escribiendo libros. Nosotros en Navarra vamos con los telescopios a cualquier pueblo que nos lo pida y la respuesta es muy buena. En definitiva, si se aúnan voluntades, estos años sirven.

 

P: ¿El científico tiene la obligación de divulgar?


R: Tiene que explicar a la sociedad lo que hace, por qué lo hace y por qué tenemos que poner dinero para ello. Añadiría además una información que explique el alcance de su actividad, porque hay una percepción de que la Ciencia ha pretendido sustraerse a los debates ciudadanos y eso se arregla con más divulgación y más responsabilidad. Lewis Wolpert escribió en La naturaleza no natural de la Ciencia que los científicos no sólo tienen que presentar resultados a sus colegas, sino interesar a la sociedad en sus proyectos. Sin embargo, hay que establecer un criterio, no se puede primar el tipo de Ciencia o de Tecnología que sea más popular o de mayor interés empresarial, sino el que haga avanzar más el conocimiento.

 

P: ¿Tiene que decidir la sociedad sobre cuestiones científicas?

 

R: Sí. Circula en algunos foros una frase que dice que la Ciencia es algo demasiado importante como para dejarla sólo en manos de los científicos. También podemos decir que la divulgación científica es algo demasiado importante como para dejarla sólo en manos de los divulgadores. Estos asuntos tienen una capacidad transformadora de la sociedad importantísima, así que hay que decidirlos en el conjunto de la sociedad. Sin embargo, ¿eso significa que hay que someterlos a un plebiscito? Quizá no, porque el criterio de popularidad no siempre es el mejor. En una sociedad informada la opinión puede ser un método conveniente, pero la Ciencia tiene su metodología, sus revisiones y sus expertos. Los propios organismos públicos de investigación crean una red que también puede ser un mecanismo de decisión importante sin suplantar a la sociedad.

 

P: ¿La responsabilidad de incrementar esa cultura científica es de la escuela, los medios de comunicación, los museos…?


R: Y de los científicos. Juan Luis Arsuaga [codirector de las excavaciones de Atapuerca] me decía una vez que cuando escribe para una publicación científica lo hace de acuerdo con unas determinadas normas pensando en qué les interesa a sus colegas; que cuando escribe para un periódico piensa en el lector; y que cuando da una conferencia en un colegio sigue siendo el mismo científico y explica lo mismo, pero con las palabras adecuadas para que le entiendan. Pues bien, un científico con esa actitud es un gran divulgador.

 

P: ¿Cuál es el papel de la educación?


R: Un estudio realizado en Estados Unidos ha analizado los 100 términos científicos introducidos en el lenguaje en los últimos años. Pues bien, sólo una tercera parte de ellos se habían incluido en la educación obligatoria. El sistema educativo ha establecido un corpus que va por detrás de los temas que interesan a la sociedad. A mí no me hablaron nunca del cambio climático ni de genes, hay conceptos que van apareciendo y se convierten en importantes. Por eso, el papel de la educación es hacer que los escolares se interesen por los temas importantes. Después, la presencia de la Ciencia en los medios es muy escasa, sobre todo en televisión, y quien no tiene una formación amplia sufrirá bombardeos de política, de deportes o de economía, pero sobre Ciencia sólo le hablarán de Meteorología, así que es necesario interesar a los ciudadanos.

 

P: La Ciencia y los niños tienen en común la curiosidad…


R: Sí, pero el sistema educativo parece consagrado a quitarnos la capacidad de preguntar. Nosotros recibimos a muchos niños en el planetario y he observado que todos los de Primaria y primeros cursos de Secundaria tienen una capacidad de razonamiento muy grande y una curiosidad inmensa y que agradecen sobre todo que un adulto se pare a escucharles una pregunta y les conteste. Cuando pasan de 13 ó 14 años el grupo mira mal al que hace preguntas y no se atreven. Sin embargo, a veces acabas y se acerca alguno a preguntar. En cualquier caso, hay una cierta tendencia a intentar explicarlo todo, pero yo creo que una buena educación es la que deja ganas de seguir aprendiendo, como cuando acabas un libro y quieres leer una segunda parte.

 

P: ¿La Astronomía es un libro más atractivo que otras ciencias?


R: A todas las culturas humanas les ha fascinado y les ha aterrorizado la noche, porque es ajena a nosotros; habla de esas cosas que representan otro mundo, porque hemos interiorizado un concepto del que hablaba Aristóteles: el cielo es eterno e inmutable y es la Tierra lo que cambia. Incluso las personas que no saben nada de este tema sienten sorpresa y extrañeza, basta con que se haga de noche y mirar al cielo. Aparte de esto, la Astronomía está muy relacionada con la naturaleza, la agricultura y la navegación, tiene un papel central en todas las culturas. Por otra parte, tiene el carácter de ciencia muy avanzada, con misiones espaciales y telescopios, algo que resulta muy llamativo también y que es importante en los medios de comunicación audiovisuales: una imagen del telescopio Hubble cierra muy bien un telediario. Además, entronca con las grandes preguntas de la Humanidad: quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos. En resumen, que la Astronomía es llamativa en todos los aspectos y además tiene palabras fetiche como Big Bang y agujero negro.

 

P: Muy gráficas. ¿El lenguaje de la Astronomía ha logrado ser divulgativo?


R: Sí. Otro concepto que explica muy bien es el de año luz. Nadie tiene percepción de la velocidad de la luz, pero sabemos que es muy grande y finita y podemos llegar a entender que, cuando nos llega luz de la Luna, la estamos viendo como era hace un segundo y que, cuando nos llega luz del Sol, la vemos como era hace ocho minutos. El concepto está claro y sirve para entender la enorme distancia a la que puede estar una estrella, es un término gráfico y divulgativo, tanto que los astrónomos no lo usan, puesto que no es una unidad habitual de medida, ya que las revistas científicas usan el pársec, que equivale a 3’26 años luz. En Estados Unidos se intentó cambiar el nombre de Big Bang y hasta hicieron votaciones durante un año, pero llegaron a la conclusión de que no debían cambiarlo. Cualquier publicista te diría que si tienes una buena marca no la cambies.

 

P: Desde Galileo, ¿cuánto ha aumentado el conocimiento de Astronomía?


R: Todo. En la época de Galileo comenzamos a darnos cuenta de que el espacio es espacio, es decir, que hay distancias, pero no hubo una conciencia del tamaño de la Vía Lactea hasta Herschel. Después, hasta la década de 1920 no se confirma que la galaxia en la que vivimos es una pequeña parte del Universo. Más tarde descubrimos que el Universo se expande. Todo eso podría haberlo llegado a entender Galileo porque entra en el concepto mecánico que tenía del Universo, pero tendría más dificultades para entender los dos grandes descubrimientos conceptuales de esta ciencia en el siglo XX, la Teoría de la Relatividad y la Teoría Cuántica.

 

P: ¿Qué hay que hacer para explicar bien Astronomía?


R: Lo mismo que para cualquier cosa: pensar a quién se lo quieres explicar y por qué. Como decía antes, otra norma es contarlo de forma que queden ganas de seguir preguntando. En general, hay que resaltar el valor instrumental de la Ciencia para conocer y hay que evitar estereotipos como el de Frankenstein y los del científico inmoral e irresponsable capaz de hacer experimentos que acaben con el planeta. Las investigaciones sobre percepción de la Ciencia indican que se ve como algo positivo pero potencialmente peligroso, así que tenemos el deber de explicarla. Cada vez que Televisión Española reponía la serie Cosmos había más matriculaciones en las facultades de Física. Ahora, un programa como El Hormiguero convierte la Ciencia en espectáculo, cosa que no está mal si después se acompaña de una explicación, pero parece que en televisión no cabe.