Una investigación evalúa la calidad de la atención a la discapacidad en las universidades españolas
JPA/DICYT Una investigación que ha puesto en marcha la Universidad de Salamanca está tratando de evaluar la calidad de la atención a la discapacidad en las universidades españolas. El análisis de los servicios e infraestructuras que ponen las instituciones académicas a disposición de los discapacitados, entre ellas, el uso de nuevas tecnologías, y la percepción del problema que tienen distintos colectivos serán la base para proponer mejoras en todos los ámbitos para aumentar la calidad de la enseñanza y la atención a los discapacitados.
Según los datos de José Antonio Mirón Canelo, profesor del Departamento de Medicina Preventiva, Salud Pública y Microbiología Médica de la Universidad de Salamanca, cerca del 1 por ciento de los alumnos de las universidades españolas presenta algún tipo de discapacidad. En concreto, en la Universidad de Salamanca el número se eleva a 170. Para evaluar la calidad de la atención que reciben, ha recorrido 19 universidades españolas y ha comprobado que "la atención que reciben y la dependencia de estos servicios es muy heterogénea", según ha afirmado en declaraciones a DiCYT.
A la hora de realizar una evaluación científica, Mirón ha elaborado un instrumento de medida basado en el modelo EFQM de excelencia de la calidad total. Además, ha realizado encuestas a profesores y alumnos y ha llevado a cabo un exhaustivo anális de las infraestructuras y de los técnicos que atienden a los discapacitados en los distintos centros universitarios. En su opinión, en este campo, se ha hecho mucho, pero todavía queda mucho por hacer". Las mejoras se basan en que los servicios se están desarrollando con mayor profesionalidad, accesibilidad física, ayudas técnicas, más sensibilidad del profesorado, de los trabajadores de la universidad, de los estudiantes y de los equipos rectorales.
Oportunidad en los nuevos planes
Entre los resultados del estudio, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, destaca el hecho de que la mayoría de los discapacitados optan por carreras relacionadas con las Ciencias Sociales y las Humanidades, una situación que, en opinión del experto, habría que corregir, ya que el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior ofrece la oportunidad para ello. "Los nuevos planes tienen que estar adaptados a la diversidad del alumnado", apunta. En ese sentido, la apuesta por las nuevas tecnologías que realizan los planes europeos puede ser una de las claves, ya que en muchas ocasiones la solución para integrar a un estudiante o investigador pasa por mejoras técnicas.
Así, Mirón se ha encontrado en su estudio con que en el caso de la realización de un examen, el 64 por ciento de los profesores permiten a los alumnos discapacitados el uso de formatos alternativos. Las discapacidades más comunes son la física (27'3% de los casos), la visual (14'1%) y la auditiva (9'7%) y muchas de ellas se pueden solucionar con la incorporación de las nuevas tecnologías a la enseñanza, permitiendo grabaciones o disposición del material a través de internet, entre otras posibilidades.