Salud España , Valladolid, Lunes, 04 de junio de 2012 a las 17:20

Una nueva empresa ofrece ayuda a la prevenci贸n y diagn贸stico de c谩ncer hereditario

AC-Gen aplica la secuenciaci贸n masiva al estudio de genes inmersos en enfermedades hereditarias

Cristina G. Pedraz/DICYT La tecnología más puntera también puede contribuir a la mejora de la calidad de vida de cualquier ciudadano. Sobre esta base se asienta la empresa AC-Gen, creada por dos jóvenes emprendedores leoneses, Alberto Acedo y Adrián Ferrero, quienes tratan de aprovechar las posibilidades que ofrece la tecnología de secuenciación masiva para ofrecer un servicio de ayuda a la prevención y diagnóstico de enfermedades hereditarias.


El proyecto surge en el día a día de Alberto Acedo, investigador predoctoral contratado por el CSIC a través de una beca de la Junta de Castilla y León en el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de Valladolid. Acedo trabaja en el Grupo de Investigación dirigido por Eladio Velasco centrado en el estudio del cáncer de mama y ovario hereditario. “Siempre me han gustado las nuevas tecnologías y me he interesado y formado en tecnologías incipientes. Además uno piensa en el futuro, en qué va a pasar después de la tesis, y una de las formas en que yo veía el crecer como profesional es haciendo genética y usando estas nuevas tecnologías”, señala.


Tal y como detalla a DiCYT, la secuenciación masiva permite obtener un gran número de secuencias de forma rápida. “Empecé a pensar si esto se podría aplicar a un paciente o a varios a la vez y ví que era factible, que la tecnología iba evolucionando y que nos permitía hacer este tipo de cosas a través de una especie de código de barras molecular con el que podemos marcar las secuencias de ADN de cada persona”, recuerda.


Después, se preguntó qué patologías hereditarias podrían tener una mayor interés para la salud pública y si la tecnología sería capaz de realizar estos análisis con diferentes enfermedades y con varias personas a la vez.


“En base a esta idea fui sometiendo el proyecto empresarial a diferentes niveles”, relata el joven investigador, quien añade que lo primero fue acudir a las empresas que ofrecen la tecnología y buscar la más avanzada que se pudiera aplicar.


Tras comprobar la viabilidad en el apartado científico, a finales de 2010 llevó la idea al Programa Bioemprendedores de Genoma España donde “valoraron la idea, la posibilidad de negocio, y realizamos un curso para la elaboración de un plan de empresa”. Asimismo, contactó con un amigo, Adrián Ferrero, experto en el ámbito de la financiación, quien se involucró como socio. “En septiembre de 2011 concluimos el plan de empresa, lo distribuimos para su revisión y empezamos a hacer contactos que han sido claves en el desarrollo del proyecto”, destaca Alberto Acedo.


De este modo, contactaron con proveedores para conocer los costes de la tecnología y analizar la viabilidad económica, y con especialistas de centros tan prestigiosos como la Universidad de Harvard o el Royal London College para evaluar también el planteamiento científico. Además, entraron en contacto con la asesoría a emprendedores del Parque Científico Universidad de Valladolid, que le dio su apoyo, y con empresas del sector. “Empezaron a surgir sinergias y encontramos algunos apoyos incluso por escrito. Tal es así que el director de Imgen, una empresa del ámbito de los análisis genéticos, se encuentra en trámites para ser también nuestro socio”, agrega. A nivel autonómico, los emprendedores también han contado con el apoyo de ADE Inversiones y con agrupaciones de pacientes como la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en León.


En etapa de financiación


Por otro lado, a finales de 2011 el proyecto de empresa fue premiado por Genoma España con una cantidad de 30.000 euros. Según apunta su promotor, se trata de un proyecto “complejo y costoso” dado que solo el equipamiento del laboratorio conlleva una inversión cercana a los 200.000 euros, por lo que aún se encuentran en búsqueda de financiación.


“Estamos en una etapa de financiación incluyendo nuevos socios para obtener la cantidad mínima que hemos estimado para adquirir los equipos e iniciar la actividad”, asegura Acedo, quien espera que esto se produzca lo antes posible para comenzar el periodo de prueba y puesta a punto de los equipos. No obstante, la empresa se ha constituido formalmente a finales de febrero y ya ha entrado a formar parte del Cluster de Oncología de Castilla y León Biotecyl.


Del mismo modo, cuentan con un espacio de trabajo reservado en el Centro de Transferencia de Tecnologías Aplicadas (CTTA) del Parque Científico Universidad de Valladolid.


Nicho de mercado


Según el emprendedor, el nicho de mercado que han hallado radica en la mejora y ampliación de los análisis genéticos que se realizan en los programas oficiales de prevención de enfermedades hereditarias, como el tiempo en devolver los resultados, que en la actualidad es cercano a seis meses. “En una o dos semanas podríamos tener los resultados del estudio de muchos genes a la vez, entre 15 y 20”, resalta.


Otra ventaja de la secuenciación masiva es la reducción de costes. “Con la metodología tradicional cualquier empresa que estudie BRCA1y BRCA2 puede cobrar unos 800-1.000 euros por gen, mientras que el precio de nuestro servicio sería de unos 1.000-1.500 euros por muestra, un ahorro significativo”, concluye.

 

 

 

Ampliación de los estudios genéticos incluidos en los planes oficiales

Castilla y León cuenta con un plan específico para la prevención de enfermedades hereditarias y con dos unidades del Consejo Genético en Salamanca y Burgos, cuyas muestras se analizan en el IBGM de Valladolid. A estas unidades “acuden pacientes que tienen un historial importante en cáncer de mama y ovario hereditario y colorrectal no polipósico”. En el IBGM, y en el caso del cáncer de mama y ovario hereditario, se estudian los dos principales genes de predisposición, BRCA1 y BRCA2. Entre otras técnicas se realiza secuenciación, pero no masiva, lo que complica “poder estudiar más genes de predisposición por persona”.


“Esto es un hecho importante ya que en cáncer de mama y ovario hereditario están descritos entre 15 y 20 genes de predisposición”, añade. Si bien es cierto que BRCA1 y BRCA2 son los de mayor predisposición a la enfermedad, “hay otros de media y baja predisposición que no son estudiados”. En este sentido, subraya, se considera que “pequeñas variantes en genes de media o baja predisposición pueden hacer que cada variante no sume, sino que se multiplique, y llegar a riesgos potenciales altos”. El fin último de la iniciativa es avanzar en la “medicina personalizada”, ofreciendo a cada paciente una atención específica a sus necesidades. No obstante, para acudir a la empresa a realizar un análisis es obligatoria la prescripción médica.