Salud Cuba , Cuba, Jueves, 20 de julio de 2017 a las 09:12

Las políticas de control del tabaco han aumentado drásticamente en la última década, según un informe

4700 millones de personas – el 63% de la población mundial– están protegidas por políticas como la obligatoriedad de incluir advertencias gráficas contundentes, el establecimiento de lugares públicos sin humo y otras medidas

OPS-OMS/DICYT El último Informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la epidemia mundial de tabaquismo revela el aumento en el número de países que han puesto en marcha políticas de control del tabaco, desde advertencias gráficas en los paquetes y prohibiciones de publicidad al establecimiento de zonas en las que no se permite fumar.

 

Aproximadamente 4700 millones de personas –el 63% de la población mundial– están protegidas por al menos una medida integral de control del tabaco, una cifra que se ha cuadruplicado desde 2007, cuando solo 1000 millones de personas (el 15% de la población mundial) estaban protegidas. Las estrategias para aplicar tales medidas han salvado a millones de personas de una muerte temprana.

 

Sin embargo, la industria tabacalera sigue entorpeciendo los esfuerzos de los gobiernos por aplicar plenamente intervenciones que pueden salvar vidas y ahorrar costos, según se indica en el nuevo Informe OMS sobre la epidemia mundial de tabaquismo, 2017.

 

«Los gobiernos de todo el mundo no deben perder tiempo en incorporar todas las disposiciones del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco en sus programa y políticas nacionales de control del tabaco», señala el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «También deben atajar el comercio ilícito de tabaco, que exacerba la epidemia mundial de tabaquismo y sus consecuencia socioeconómicas y sanitarias.

 

El Dr. Tedros añade: «Colaborando entre sí los países pueden impedir que millones de personas mueran cada año por enfermedades provocadas por el tabaco que pueden prevenirse, y ahorrarse cada año miles de millones de dólares en gastos sanitarios evitables y en pérdida de productividad».

 

En la actualidad, 4700 millones de personas están protegidas por al menos una «práctica óptima» de control del tabaco derivada del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS), 3600 millones más que en 2007, según el informe. Este progreso ha sido posible gracias a que los gobiernos han intensificado la aplicación de las medidas principales del CMCT de la OMS.

 

En las Américas

 

En las Américas, 21 de 35 países miembros tienen implementadas al menos una de las medidas integrales de control de tabaco, lo que implica que casi 1000 millones de personas (o un 95% de la población de la región) se benefician de acciones contra el consumo de tabaco. Al menos 15 países de las Américas han puesto en práctica dos de estas medidas, lo que se traduce en un 59% de la población del continente protegida del consumo de tabaco.

 

La principal medida adoptada por los países de la región ha sido la implementación de ambientes libres de humo de tabaco, de la cual se benefician casi 500 millones de personas en las Américas (48,7% de la población) en 18 países. El uso de las imágenes de advertencia contra el consumo en los paquetes de producto de tabaco ha sido la segunda medida más usada en la región, implementada en 16 países de que reúnen al 55% de la población de las Américas.

 

Se estima que hay unos 69 millones de fumadores en la región, que representan el 6% del total de fumadores en el mundo. La prevalencia de consumidores de tabaco en las Américas ha venido disminuyendo en los últimos años. El 68% (47 millones) de los fumadores son hombres, y el 32% (22 millones) son mujeres. En ese sentido, la región es la segunda de la OMS que tiene mayor prevalencia de mujeres fumadoras en términos relativos, después de la región de Europa.

 

Estrategias para reducir demanda de tabaco

 

Las estrategias de apoyo a la aplicación de medidas de reducción de la demanda de tabaco recogidas en el Convenio Marco, como las medidas de «MPOWER», han salvado a millones de personas de una muerte temprana y han permitido ahorrar cientos de miles de millones de dólares en la última década. MPOWER se estableció en 2008 para promover la actuación de los gobiernos en seis estrategias de control del tabaco en consonancia con el CMCT de la OMS con objeto de:

 

• Vigilar el consumo de tabaco y las políticas de prevención;

• Proteger a la población del humo de tabaco;

• Ofrecer ayuda para el abandono del tabaco;

• Advertir de los peligros del tabaco;

• Hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio del tabaco; y

• Aumentar los impuestos al tabaco.

 

«El tabaquismo provoca una de cada diez muertes en todo el mundo, pero esto podemos cambiarlo con las medidas de control del tabaco de MPOWER, que han demostrado ser sumamente eficaces», señala Michael R. Bloomberg, Embajador mundial de la OMS para las enfermedades no transmisibles y fundador de Bloomberg Philanthropies. «Los progresos logrados en todo el mundo –que quedan patentes a lo largo del informe– muestran que es posible que los países consigan cambios importantes. Bloomberg Philanthropies aguarda con interés trabajar con el Director General, el Sr. Ghebreyesus, y proseguir su colaboración con la OMS».

 

El nuevo informe, financiado por Bloomberg Philanthropies, se centra en la vigilancia del consumo de tabaco y las políticas de prevención. Revela que un tercio de los países cuentan con sistemas integrales para vigilar el consumo de tabaco. Si bien ello representa un aumento con respecto a la proporción de países (una cuarta parte) que vigilaban en 2007 el consumo de tabaco a los niveles recomendados, los gobiernos deben redoblar esfuerzos para dar prioridad o financiar esta labor.

 

Incluso los países con recursos limitados pueden vigilar el consumo de tabaco y aplicar políticas de prevención. Al generar datos sobre los jóvenes y los adultos, los países pueden, a su vez, promover la salud, ahorrar en costos sanitarios y generar ingresos para los servicios públicos, según se indica en el informe. Asimismo se añade que la vigilancia sistemática de la injerencia de la industria tabacalera en la tarea normativa del gobierno protege la salud pública al arrojar luz sobre las tácticas de la industria tabacalera. Entre estas se incluyen: exagerar el peso económico de la industria tabacalera, desacreditar los datos científicos demostrados y servirse de la litigación para intimidar a los gobiernos.

 

«Los países pueden proteger mejor a los ciudadanos, en particular a los niños, de la industria tabacalera y sus productos mediante sistemas de vigilancia del consumo de tabaco», señala el Dr. Douglas Bettcher, director del Departamento de la OMS para la Prevención de la Enfermedades no Transmisibles (PND).

 

«La injerencia de la industria tabacalera en las políticas de los gobiernos constituye un obstáculo mortal para promover la salud y el desarrollo en muchos países», señala el Dr. Bettcher. «Pero si vigilamos tales actividades y las frenamos, podemos salvar vidas y sembrar las semillas de un futuro sostenible para todos».

 

 

 

La principal causa de muerte prevenible

El consumo de tabaco es la principal causa prevenible de muerte en todo el mundo, pues provoca la muerte de más de 7 millones de personas cada año. Además, sus costos económicos son enormes y ascienden en total a más de US$1,4 billones en costos de atención de salud y en pérdida de productividad.

 

El Informe OMS sobre la epidemia mundial de tabaquismo se publicará el 19 de julio de 2017 en un acto paralelo del Foro político de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible, en Nueva York.

 

El control del consumo de tabaco es una parte fundamental de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye metas para fortalecer la aplicación del CMCT de la OMS en los países y reducir en un tercio las muertes prematuras por ENT, en particular las cardiopatías, las neumopatías, el cáncer y la diabetes. El consumo de tabaco es un importante y frecuente factor de riesgo para las ENT, que cada año provocan la muerte de 40 millones de personas, equivalente al 70% de todas las muertes en el ámbito mundial, en particular 15 millones de personas entre los 30 y los 69 años de edad. Más del 80% de esas muertes «prematuras» se producen en países de ingresos bajos y medianos.