Alimentación España , Valladolid, Martes, 31 de mayo de 2005 a las 19:31

La Diputación investiga las posibilidades económicas de las plantas aromáticas y medicinales en Torozos y Tierra de Campos

La Universidad de Valladolid colabora en el proyecto con la valorización e investigación de las especies

Beatriz G. Amandi/DICYT La Diputación Provincial, en colaboración con la Universidad de Valladolid, ha puesto en marcha un proyecto de valorización, investigación y desarrollo de plantas aromáticas y medicinales en las zonas de Tierra de Campos y Montes Torozos. Se trata de analizar cuáles serán las especies más adecuadas para desarrollar una industria en la zona relacionada con el cultivo y explotación de estas plantas.

El proyecto comenzó en el año 2004, con diferentes acciones preparatorias que han contado con la colaboración de la cooperativa Cocope de Peñafiel y de Asaja, que se ha comprometido a extender los cultivos una vez obtenidos los resultados de investigación y las pautas más adecuadas de cultivo y explotación.

Según ha explicado a DICYT el jefe del Servicio de Medio Ambiente de la Diputación, Juan Antonio Olmedo, la finalidad del proyecto es triple. Se trata, por un lado, de realizar un estudio recopilatorio de las especies vegetales de carácter aromático y medicinal de carácter autóctono, determinando sus posibilidades de aprovechamiento y recolección. También se plantean aprovechar el conocimiento de las características ecológicas de las zonas en que se encuentran las plantas, con el objetivo de plantear otras posibilidades en cuanto a plantas o cultivos. Y el tercerl objetivo, el más práctico, es la puesta en marcha de iniciativas económicas de explotación, transformación y comercialización de este tipo de plantas.

El proyecto está estructurado en fases. La primera de ellas ha permitido analizar los aceites esenciales contenidos en las especies lavandín super, lavandín abrial, mejorana, jara y romero y se han considerado viables todas menos la jara. El análisis de los aceites esenciales ha sido dirigido por la investigadora del departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Valladolid, María José Cocero, mediante una planta piloto basada en la destilación por arrastre de vapor.

Esta planta piloto ha permitido conocer la cantidad de aceite esencial conseguido respecto a la cantidad de la masa de planta usada, así como también identificar algunas de las variables que influyen en el proceso como son el nivel de compresión de la planta y el caudal de vapor de agua.

 

Diferentes posibilidades de explotación


Además, la caracterización de las plantas estudiadas ha permitido conocer la cantidad de agua presente en cada tipo de planta, las características organolépticas o la densidad de los aceites esenciales obtenidos, entre otras variables, lo que ha servido para determinar las que presentaban características adecuadas para su explotación.

En estos momentos, el proyecto se encuentra en la fase de cultivo de las plantas antes mencionadas, con el objetivo de comprobar algunos otros aspectos y características antes de proceder a su recomendación para cultivos. Además, está previsto que se realice también un estudio de mercado, con el objetivo de conocer las diferentes posibilidades de comercialización que pueden presentar las plantas.

Estas posibilidades de comercialización son variadas, desde la extracción de los principios activos para ser empleados en la fabricación de pesticidas e insecticidas naturales, a la venta como aromáticas para empresas del sector, que pueden ser tanto de la zona como lejanas. El objetivo final es plantear la zona una producción agraria especializada que ponga en valor tanto el capital humano como el territorio y que sirva de alternativa a las generaciones futuras.

 

Una vez finalizada esta parte, está previsto que se analicen nuevas plantas. Según Juan Antonio Olmedo, el grupo de plantas analizadas permiten la elaboración de compuestos químicos con acción farmacológica, pero algunos también tienen funciones dietéticas y todos estos aspectos serán analizados y tenidos en cuenta en las recomendaciones que se harán al final de la experiencia. Otro aspecto que se tendrá en cuenta será el interés medioambiental y paisajístico, así como su capacidad de adaptación a los suelos y la climatología.

En esta última fase está previsto que se analicen especies como el hinojo, la salvia, arrayan, espino albear, siempre viva y, de nuevo, la mejorana, a la que se someterá a nuevas pruebas.