La Universidad Católica colabora con el Ayuntamiento de Ávila en la búsqueda de técnicas para expulsar a los estorninos del casco urbano
EC/DICYT Más de 200.000 estorninos llegarán en los próximos meses a Ávila y utilizarán la ciudad como dormidero, instalándose en los árboles de los parques abulenses para pasar la noche. Así se desprende del estudio realizado por la Universidad Católica de Ávila en colaboración con la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento, que tiene como objeto determinar las técnicas más eficaces para reducir la presencia masiva de este tipo de aves en la ciudad amurallada.
A estas alturas del año Ávila cuenta con una fuerte colonia de estorninos comunes y otra de palomas, a la espera de que regresen un gran número de estorninos pintos. Así, en unos meses la ciudad estará invadida por más 200.000 aves, que utilizarán el casco urbano para pasar las noches de invierno.
El estudio realizado por un equipo de investigación compuesto por el vicerrector de la Universidad Católica, Tomás Santamaría, y los profesores Carlos Alonso, Francisco Capos y Luis Corrales, ha concluido su primera fase, en la que se analizaron las rutas que realizan las aves todos los días para conseguir alimento. Y es que, a diferencia de las palomas, “los estorninos no permanecen durante el día en la ciudad, sino que buscan alimento en las afueras, y cuando llega la noche regresan a Ávila para dormir”, apunta Tomás Santamaría. Uno de los motivos por los que utilizan el casco urbano para pasar la noche es la diferencia de temperatura, más suave en la ciudad que en el campo.
Conclusiones
Una de las conclusiones a las que han llegado lso investigadores en la primera fase de su trabajo es que los estorninos no se desplazan a más de seis kilómetros de distancia de la ciudad, donde encuentran alimento tanto en granjas como en los campos de cultivo. La segunda conclusión es que no siguen una ruta preferente a la hora de desplazarse, sino que vuelan en todas las direcciones.
Para llegar a estas conclusiones se han realizado muestreos matutinos y nocturnos de los desplazamientos de los estorninos, en variables de dos en dos kilómetros en todas las direcciones, hasta un total de 12 kilómetros. De esta forma, los datos señalan que a partir de los seis kilómetros de distancia de Ávila “no se encuentra un gran número de aves”, apuntan los investigadores.
El objetivo último de la investigación es determinar la metodología más efectiva para desplazar los dormideros de los estorninos fuera de la capital abulense, con el objetivo “de crear en ellos el hábito de utilizar esos nuevos dormideros siempre y que no regresen a la ciudad”, explica Santamaría. Hasta ahora se han realizado muchos estudios sobre biometría y densidad de las aves, con otra finalidad diferente, “tomar medidas contra el crecimiento y la reproducción de las aves”, afirma el vicerrector de la universidad abulense.