Tecnología España León, León, Lunes, 03 de diciembre de 2007 a las 16:13
Juan Cifuentes Rodríguez, responsable de Producción de la central térmica asturiana de Lada

"Al sector eléctrico se le ha pedido el mayor esfuerzo para reducir las emisiones de CO2"

Los investigadores ven en las técnicas de captura de dióxido de carbono una solución a medio plazo

IGC/DICYT Las centrales térmicas convencionales, las que utilizan el carbón como combustible, son las que más energía producen en España y, a la vez, las industrias que más CO2 emiten a la atmósfera. Para intentar resolver esa contradicción, los científicos están desarrollando una serie de tecnologías para hacer del carbón una energía más limpia. Según Juan Cifuentes Rodríguez, ingeniero de la central térmica que Iberdrola tiene en Lada (Asturias), estas tecnologías se están implantando ya en muchos casos, y en otros, como el secuestro y captura de CO2, "son el futuro a medio plazo". Cifuentes impartió el pasado viernes una conferencia titulada Las centrales térmicas en España en la Escuela de Minas de la Universidad de León.

 

- ¿Cómo ha sido la evolución de las centrales térmicas en España?

J. C. R.: Se distinguen dos fases muy claras. En cuanto a las centrales de carbón, desde los años 60 su número ha ido creciendo paulatinamente hasta 1997, fecha a partir de la cual no se ha construido ninguna nueva central convencional. Desde el año 2002 ha habido un 'boom' de las centrales de ciclo combinado (que funcionan con carbón y gas). Ahora mismo hay tanta energía instalada en ciclo combinado como en carbón.

 

- ¿Cuánta energía aportan cada uno de los dos tipos de central térmica?

J. C. R.: Ambas tecnologías aportan prácticamente la misma cantidad de energía. El carbón aporta a la producción eléctrica española un 24 por ciento, al igual que las centrales de ciclo combinado.

 

- ¿Qué líneas de investigación se están desarrollando para evitar la contaminación producida por las centrales térmicas?

J. C. R.: Hay dos líneas de investigación para tratar de que las térmicas sean menos contaminantes. Una es evitar la emisión de CO2 a través del secuestro, y otra es evitar la emisión de los contaminantes típicos, como son las partículas, óxidos de nitrógeno y óxidos de azufre. En esta segunda línea de trabajo ya hay tecnologías que se están implantando: sistemas de optimización de la combustión, desulfuradoras y electrofiltros. Sin embargo, las tecnologías para el secuestro de CO2 no están desarrolladas a nivel industrial. Se ha creado un mercado europeo de CO2 en el que las instalaciones que tienen derechos de emisión pueden producir y las que no deciden no producir o comprar esos derechos a otras compañías.

 

- ¿Qué perspectivas de futuro ve en la tecnología de secuestro y almacenamiento de CO2?

J. C. R.: El futuro de esta tecnología puede ser a medio plazo. Tras el boom de las centrales de ciclo combinado tiene que volver el carbón, pero tiene que ser un carbón limpio, con tecnologías que lo hagan menos contaminante. Las centrales térmicas son las segundas en rentabilidad, por lo que tienen que seguir funcionando. Pero hasta medio plazo no creo que se vuelvan a construir centrales de carbón.

 

- ¿Qué coste tiene para la industria la implantación de estas tecnologías?

J. C. R.: Una desulfuradora cuesta unos 60 millones de euros, y un sistema de optimización de la combustión ronda el millón.

 

- ¿Qué porcentaje de emisión de CO2 procede de las centrales térmicas?

J. C. R.: Al sector eléctrico se le ha pedido el mayor esfuerzo para reducir emisiones de CO2. Para 2007, el cupo de emisiones para el sector es de 86 millones de toneladas. En España hay 24 térmicas que producen más de 250 Megawatios que se consideran rentables. El resto ha sido destinado al cierre entre 2008 y 2015, como parte del Plan Nacional de Reducción de Emisiones. De estas 24, 19 están instalando desulfuradoras y 16 están involucradas en proyectos de optimización de la combustión. Entre este año y 2009 se tienen que adecuar todas las emisiones.