Ciencia Colombia , Bogotá D.C., Jueves, 12 de julio de 2012 a las 12:01

Detectan una fuerte actividad del Sol en los últimos días

El registro más reciente indica que hay tres manchas solares, una grande y dos pequeñas, así como un agujero coronal.

UN/DICYT La misión de observación solar Stereo (Solar TErrestrial Relations Observatory, en inglés), lanzada por la NASA, registraba el pasado 2 de julio, a las 3.45 p.m, tres manchas y un agujero coronal. El incremento de la complejidad de la actividad del astro rey durante el ciclo solar 24 (cada ciclo dura 11 años), transmitido en 3D por los satélites Stereo A y B durante estos días, tiene que ver con una mancha solar grande y dos pequeñas, lo que significa que hay explosiones moderadamente altas en intensidad. Por otra parte, en el agujero hay una máxima velocidad del viento solar.

 

Así lo constató el físico y astrónomo colombiano Juan Carlos Martínez-Oliveros, investigador del Space Sciences Laboratory de la Universidad de California en Berkeley (E.E. U.U.), durante la jornada de inauguración de la primera Escuela Internacional de Astrofísica Solar que se lleva a cabo en el país desde el 3 hasta el 19 de julio, a cargo del Observatorio Astronómico Nacional, con sede en la ciudad universitaria en Bogotá.

 

Con respecto al fenómeno actual, y según la página spaceweather.com de la NASA, “una mancha solar grande AR1515 hizo erupción el 2 de julio a las 10:52, produciendo una llamarada solar de clase M5.6 (una de las clasificadas como más potentes), que casi cruzó el umbral en el denominado territorio X”.

 

Se menciona, igualmente, que “el Observatorio de Dinámica Solar (Solar Dynamics Observatory -SDO) de la NASA grabó el flash de extremo ultravioleta. Un pulso de rayos X y de radiación ultravioleta de la llamarada iluminó la atmósfera superior de la Tierra, produciendo ondas de ionización sobre Europa”, y que “tales ondas alteraron la propagación de las transmisiones de radio de baja frecuencia”. Por ejemplo, “en Lofoten (Noruega), Rob Stammes registró la perturbación ionosférica usando un receptor de 60 kilohertzios (kHz)”.

 

Por otra parte, y según la misma fuente, “la erupción también envió una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) hacia el espacio, pero no directamente hacia la Tierra. La nube que viaja hacia el Sur podría dar un golpe a la magnetósfera del planeta” hoy (4 de julio de 2012), o mañana.

 

Según Martínez-Oliveros –quien realizó estudios de Física en la UN durante cuatro años, es astrónomo de la Universidad Estatal de San Petersburgo (Rusia) y doctor de la Universidad de Monash (Australia) –, la gran pregunta de la Física Solar, aún sin respuesta, y que tiene que ver con estas grandes fluctuaciones, es “si el campo magnético del Sol es el que las produce”. Agrega que gracias a este interrogante fue que se construyó el satélite Rhessi (Reuven Ramaty High Energy Solar Spectroscopic Imager, por sus siglas en inglés), observatorio de la NASA que actualmente recoge información sobre los rayos X emitidos por el Sol.

 

Por eso, insiste en que es importante conocer cómo funciona esta estrella (el Sol), porque así “podemos exportar ese conocimiento a otras estrellas”. Y dice que para estar preparados para eventuales tormentas geomagnéticas, hay vigilancia y monitoreo constantes por parte de diferentes misiones, ya que además de la dosis de radiación y la situación de riesgo que estas provocan, por ejemplo en los pasajeros de vuelos por el Ártico, también hay que saber cuándo “apagar o cambiar de órbita los satélites de comunicación”. Esto, según diferentes expertos, podría evitar el caos tecnológico en el planeta.

 

Otros picos de actividad solar reportados

 

Cabe recordar el conocido “evento Carrington”, como lo mencionó otra de las invitadas a la Escuela Internacional, la profesora argentina Cristina Mandrini, quien hizo toda su carrera en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y pertenece al Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) de la misma institución.

 

Según la experta, este fenómeno –que ha sido el más potente de la historia– fue reportado en 1859. “Fue la primera fulguración y no se sabía por qué había ocurrido, y a partir de allí comenzó a observarse el Sol”. Esta vez, la tecnología perjudicada en mayor medida, fue el sistema de telégrafos, en diferentes lugares del globo.

 

Como parte de la preparación para el curso, el profesor Benjamín Calvo-Mozo, investigador del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Colombia y coordinador del Grupo de Astrofísica Solar (GoSA, por sus siglas en inglés) de la UN, ya había hablado con la Agencia de Noticias UN, acerca de eventos en el Sol (como las erupciones), y había reforzado la idea de que emiten grandes cantidades de energía e impactan directamente en las tecnologías de algunos países. Su ejemplo, posterior al “Carrington”, tuvo lugar en 1989, en Québec (Canadá); en esta ocasión, la potencia de las partículas que alcanzaron la Tierra causaron un apagón en el sistema hidroeléctrico.

 

De otro lado, también en marzo del presente año, informaciones de prensa reportaron apagones en las comunicaciones radiales en Australia, China e India, después de una intensa actividad en el Sol.

 

A su turno, el físico colombiano y profesor de la Universidad de los Andes, Santiago Vargas, cuya tesis doctoral fue desarrollada con el Instituto de Astrofísica de Canarias (Tenerife - España), explicó que justamente su labor en la Escuela, es introducir a los estudiantes en el lenguaje de programación que se utiliza en Física Solar, pues de allí surgen las rutinas para analizar los datos y observaciones reales del Sol, “el primer objeto celeste del cual podemos conocer mucho”, para así determinar cómo las emisiones y radiaciones pueden afectarnos en la Tierra.

 

Una de sus experiencias para contribuir con esta observación, se dio gracias a su tesis doctoral en Canarias, la cual consistió en lanzar (desde Kiruna, Suecia) un telescopio en un globo, cuyos costos fueron diez veces menores a los de un satélite. Según refirió, este “debió salir de la atmósfera para evitar las turbulencias que dañan la imagen”. El artefacto le dio media vuelta a la Tierra durante cinco días, y las posibilidades que generó consistieron en poder “observar las cosas más pequeñas, los bloques fundamentales de la estructura solar”.

 

Vargas concluyó explicando que ya prepara un segundo lanzamiento, dado que los instrumentos se recogieron en Canadá y no quedaron en tan mal estado. Esta nueva fase consiste en “analizar el comportamiento del Sol en regiones muy pequeñas, ya que lo determinante sucede en estas escalas”. El “misterio” que aún persiste, según el experto, es “el problema del calentamiento coronal, pues el exterior es más caliente que la superficie”. Conseguir una respuesta será cuestión de contar “con instrumentos cada vez mayores y de mayor resolución”.

 

La Escuela Internacional

 

De hecho, con el curso Solar Astrophysics: Modern Trends and Techniques, se busca preparar a investigadores en Astrofísica Solar para “determinar cómo proteger las tecnologías de la Tierra de las partículas que en forma violenta expulsa el Sol ocasionalmente”. También se espera fomentar y difundir la investigación y sus desarrollos temáticos con alto impacto a nivel nacional e internacional.

 

De este modo, los estudiantes de pregrado y posgrado, provenientes de diferentes partes del mundo, podrán conocer y aplicar las principales técnicas en Astrofísica para el estudio del Sol.

 

Solar Astrophysics se dicta en el marco de la Escuela Internacional de la UN, coordinada por la Dirección Académica y la Dirección de Investigación de la Sede Bogotá.

 

El profesor Calvo también mencionó que este durará aproximadamente tres semanas. La primera de ellas comprenderá una parte introductoria, con el fin de que todos los asistentes alcancen el mismo nivel. En esta etapa, se contará con temas como “fundamentos de estructura estelar, teoría de electrodinámica de emisión y el dínamo”, así como una introducción general al Sol, a cargo de Cristina Mandrini; y finalmente, el software, que estará a cargo de Santiago Vargas Domínguez (de la Universidad de Los Andes), Dominik Utz (del Instituto de Astrofísica de Andalucía) y Martínez-Oliveros (programación en Phyton, un software libre).

 

En su totalidad, el curso contará con más de 15 expertos de las universidades de California (Berkeley), Stanford y George Mason, así como del consorcio de investigación astronómica CoRA NWRA y del Instituto de Astrofísica de Andalucía, entre otros.

 

Entre los conferencistas estará Guillermo Stenborg, de la Universidad de George Mason, quien trabaja los temas de clima espacial. Su grupo de investigación, en particular, utiliza un modelo 3D para seguir las partículas emitidas por el Sol, prever posibles colisiones de estas contra la Tierra y evaluar afectaciones en el mundo.

 

En las charlas también participará Stuart Bale, del Space Sciences Laboratory de la Universidad de California (Berkeley), e investigador de varios instrumentos a bordo del satélite Rhessi, junto con Martínez-Olivera. Una de las personalidades destacadas de la misma institución, así como investigador del CoRA NWRA, es Hugh Hudson, quien además de especializarse en campos magnéticos, es uno de los creadores de la Física Solar.

 

Los invitados coincidieron en que la Escuela reúne gente de muy diversas experiencias en diferentes áreas, y que esto es clave, pues, según lo aseguró Santiago Vargas, “las colaboraciones, y el hecho de compartir e intercambiar conocimiento, permite impulsar estas áreas de investigación y es una motivación para los estudiantes”, más aun, teniendo en cuenta que “hay gente de mucho peso en Física Solar” y que es “algo que nos atañe como civilización”.