Alimentación España , León, Viernes, 12 de febrero de 2010 a las 18:42

Emplean la provincia de Le贸n como modelo para mostrar el desequilibrio entre los 谩mbitos rural y urbano

Un estudio cient铆fico presenta los avances del uso de sistemas de geoposici贸n para construir indicadores sobre diferencias territoriales

AMR/DICYT Empleando la cartografía y varios indicadores sobre actividades económicas, nivel educacional, o dinámica general de población, el mapa de la provincia de León se muestra bifocal: la capital y Ponferrada (junto a sus áreas de influencia inmediatas) son dos islas dentro de un mar de municipios rurales. El trabajo científico, en el que colaboran las universidades de León y Valladolid y Twente (Países Bajos), además de Agencia de Protección Civil y Consumo de la Junta, no sólo pone en negro sobre blanco esta realidad, también presenta los avances en el uso de sistemas de geoposición para construir índices que muestren las diferencias territoriales.

 

"Es importante establecer indicadores basados en sistemas cartográficos que muestren las diferencias de actividades económicas, demográficas o de la educación de los habitantes de un territorio", explica a DiCYT uno de los responsables del estudio, Alfonso Fernández Manso, de la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria (Estia), de León. Según indica, este sistema "explica los procesos de abandono del ámbito rural y de la importancia de implementar medidas para frenarlo". Estas acciones son importantes porque existen ciertas causas-efecto en la concentración de la población de una zona sólo en las áreas urbanas: "Cuando se abandonan los usos agrícolas, se produce una pérdida de calidad medioambiental asociada a estos manejos. Al final, la terminarán ocupando otros individuos preocupados en otras actividades".

 

El equipo científico, que ha publicado sus resultados en el último número de Spanish Journal of Rural Development, creó una base de datos a escala municipal de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En ella incluyeron 140 variables de los 211 municipios de la provincia. Posteriormente, extrajeron una serie de indicadores (densidad de población, actividad laboral territorial, nivel de educación, actividad agrícola, dinámica general de la población, desempleo o nivel de telecomunicaciones, entre ellos) y los situaron sobre un sistema de posicionamiento geográfico denominado GIS. De esta manera, elaboraron mapas en los que se mostraban las diferencias de actividad agrícola, de educación, de dinámica de población y de actividad laboral territorial.

 

Nuevos criterios

 

Estos indicadores han sido capaces, según los autores en su trabajo, "de explicar la desigualdad rural-urbana en el área de estudio". Así, los científicos han mostrado que, junto con el criterio de densidad de población utilizado habitualmente para definir las zonas rurales, también hay otros como la actividad laboral territorial o la dinámica de población que explica las diferencias. Otros criterios segregadores de ambos mundos, el urbano y el rural, son también el nivel educativo, la actividad agrícola o el sistema de telecomunicaciones de cada municipio. Los expertos muestran que la labor agrícola se lleva a cabo, fundamentalmente, en la zona del Páramo y en algunos municipios de El Bierzo donde se cultivan frutales; que los municipios cuyos habitantes tienen mayor nivel educativo circundan las dos grandes ciudades y que la dinámica de población crece precisamente en los alfoces de León y Ponferrada y se mantiene invariable en el resto de la provincia.

 

Los investigadores, además, establecen un nuevo criterio para establecer en el futuro políticas de fomento de las actividades agrícolas, para evitar la pérdida de cultivos y de los ecosistemas que soportan. Lo han denominado índice potencial agrícola. La provincia de León posee un gran potencial en este indicador: todo el sudeste junto con comarcas de la montaña poseen, bajo este criterio, la posibilidad de expandir las actividades agrícolas. Los municipios que comprenden esta zona, que forma un eje transversal desde La Montaña de Luna a Esla-Campos, la actividad agrícola aún persiste y la propiedad del territorio está fraccionada.