Tecnología España , Valladolid, Jueves, 04 de marzo de 2010 a las 15:56

La espectroscopia Raman permite ampliar el conocimiento en torno al patrimonio de la región

La técnica evita la destrucción de las muestras y sirve para caracterizar materiales, lo que posibilita ahondar en la historia

Cristina G. Pedraz/DICYT La cooperación entre historiadores y científicos es clave para conocer nuevos datos relacionados con el patrimonio. La aplicación de técnicas como la espectroscopia Raman a la caracterización de materiales históricos permite no sólo optimizar el proceso de restauración de pinturas murales o manuscritos, si no también obtener nueva información sobre épocas pasadas. En la Universidad de Valladolid, el Grupo de Espectroscopia Raman e Infrarrojo de Cristales y Minerales coordinado por Fernando Rull colabora especialmente en el estudio de pigmentos, donde la espectroscopia Raman ofrece numerosas ventajas, con historiadores como Carmen García Merino, profesora del Área de Arqueología e investigadora especializada en la Hispania romana.

 

La técnica se basa en irradiar la muestra de material que se desea analizar con un pequeño láser. El espectrómetro mide la luz que difunde y esos datos sirven para conocer, entre otros aspectos, la composición del material que se observa.


Una de las claves en el estudio del patrimonio es que la técnica empleada apenas corrompa la muestra, ya que en determinadas ocasiones casi no se dispone de ellas, y en la misma línea que necesite una cantidad ínfima de material para realizar los análisis. “Las espectroscópicas tienen como ventaja respecto a las técnicas clásicas que necesitan una mínima o nula cantidad de muestra, y además no son en absoluto destructivas, ya que el estudio se puede realizar sin contacto físico entre el instrumento y el material”, asegura Fernando Rull.


En este sentido, Carmen García Merino apunta que la espectroscopia Raman ofrece mayores posibilidades respecto a otro tipo de técnicas como la difracción de rayos X o la espectroscopia de absorción atómica, que requieren reducir la muestra a polvo, por lo que el material seleccionado termina siendo destruido. Esta característica es muy importante, por ejemplo, en el estudio de las miniaturas presentes en manuscritos medievales, de fragmentos de pinturas murales o de joyas, donde es necesario que no se produzca ninguna perturbación.


Caracterización de pigmentos


Otra de las ventajas de la espectroscopia Raman radica en la posibilidad de estudiar los materiales a escala macroscópica o microscópica según convenga, ya que es posible acoplar el sistema espectroscópico a un microscopio. De este modo, “se pueden observar incluso los pequeños granos minerales o la combinación de ellos que el artista ha empleado para crear un determinado color”, detalla Rull. Esta información, que puede parecer irrelevante, posibilita indagar en la historia.

 

“En lo que respecta a las pinturas de épocas romanas es importante conocer estos aspectos técnicos de cara al establecimiento de talleres, si se utilizan siempre los mismos materiales, o la detección de diferentes manos en diversas épocas sobre una misma pintura”, subraya la investigadora, quien añade que determinar también la composición de los morteros puede orientar sobre si los artistas utilizaban materiales que portaban desde sus talleres itinerantes o si aprovechaban los existentes en el lugar de trabajo. Asimismo, tiene implicaciones económicas. “Si en una pintura mural se observa que los pigmentos son de una calidad extraordinaria, en el caso del rojo obtenido a partir de cinabrio, eso quiere decir que el precio de la obra ha sido altísimo y ofrece datos sobre quien lo encargó”, incide García Merino.


Los investigadores, que han trabajado juntos desde los años 90, prevén retomar algunos trabajos para obtener nuevos datos sobre fuentes de abastecimiento, contactos entre talleres y redes comerciales, aspectos que aún no se saben con exactitud y que requieren el examen de multitud de muestras en un mismo punto.

 

La ciencia en época medieval

 

Uno de los resultados más sorprendentes que han obtenido los investigadores tiene como origen un trabajo llevado a cabo en la ermita mozárabe de San Baudelio de Berlanga, en Soria. Mediante espectroscopia Raman se identificaron los diferentes pigmentos empleados en la decoración, entre ellos óxidos de plomo (PbO) para los tonos rojizos, cuya preparación a partir de carbonato de plomo requería conocimientos específicos. El óxido de plomo más estable, denominado masicote, se consigue a alta temperatura, pero existe otra fase menos estable conocida como litargio que se forma a temperaturas intermedias.

 

En la ermita de San Baudelio se detectaron ambas fases, “lo que plantea la interesante cuestión de si los maestros que decoraron esta bella ermita sabían como preparar estos compuestos o si bien fue producto de la casualidad”, resalta Fernando Rull. Los científicos reprodujeron en el laboratorio la preparación del compuesto y corroboraron el hallazgo, que fue el tema de un artículo publicado en común y sometido a controversia en la comunidad científica. Para ahondar en esta cuestión, los investigadores tendrán que analizar la decoración de las ermitas de San Miguel de Gormaz y Maderuelo, en Segovia.