Los murciélagos, aliados del ecosistema
UNPSJB/DICYT En cercanías de la ciudad de Esquel, la bióloga de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSB) Analía Giménez ha logrado identificar hasta el momento cinco especies de murciélagos. Sin embargo, habría siete especies en total Histiotus macrotus, Histiotus montanus, Myotis aelleni, Myotis chiloensis, Lasiurus varius, todos pertenecientes a la familia Vespertilionidae; y Eumops patagonicus y Tadarida brasiliensis pertenecientes a la familia Molossidae).
La investigadora, perteneciente al Laboratorio de Investigaciones en Evolución y Biodiversidad (LIEB, Facultad de Ciencias Naturales, Sede Esquel) destaca que como todos los animales que habitan en el planeta, los murciélagos también tienen un rol importante en el mantenimiento del ecosistema.
Estos pequeños mamíferos voladores del sur de la Patagonia, se alimentan de insectos, muchos de los cuales llegarían a convertirse en plaga sin la presencia de estos animales. Hasta ahora se ha descubierto que la dieta de los murciélagos incluye dípteros, como los mosquitos, los coleópteros, escarabajos y los lepidópteros, mariposas.
Los murciélagos cordilleranos son de pequeño tamaño si se los compara con otras especies de regiones más cálidas y en cuanto a su peso, el mismo ronda entre 10 y 20 gramos dependiendo de la especie, si es macho o hembra y la época del año.
Pueden refugiarse en troncos de árboles, y en cuevas, así como en construcciones antiguas o deterioradas que posean entretecho donde escabullirse.
Algunos viven en pareja y se refugian en troncos huecos o en la corteza de los árboles. Otros murciélagos, prefieren vivir en colonias donde el número de integrantes puede ser de unos pocos o llegar a cientos de individuos.
La investigación que realiza la bióloga Analía Giménez se enmarca dentro del proyecto de tesis doctoral titulado Ecología comparativa de los ensambles de murciélagos de Patagonia Central que tiene como epicentro la ciudad de Esquel y se extiende a 200 kilómetros alrededor. Parte de la pesquisa consiste en la captura de los murciélagos en horas de la tarde-noche, mediante la colocación de redes de niebla similares a las utilizadas para la captura de aves.
Muestras fecales
Una vez atrapados, los murciélagos son introducidos en bolsas de tela para la obtención de muestras fecales que permiten determinar su dieta. Este material es trasladado hacia el laboratorio donde es analizado bajo lupa binocular mediante la utilización de diversas técnicas de indagación.
Para este trabajo cuenta con el asesoramiento del Dr. Marcelo Tejedor, director de tesis por la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Sede Esquel y del Dr. Norberto Giannini, co-director por la Universidad Nacional de Tucumán e Instituto Miguel Lillo, de gran experiencia con murciélagos.
Por su parte, la investigadora Analía Giménez es auxiliar ad honorem de la cátedra Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Naturales en Esquel. Becada por el CONICET con la categoría tipo 1 por tres años.
El estudio de la morfología de los murciélagos fue el trabajo de tesis mediante el cual Giménez recibió su título de grado. Ahora, con el análisis de la ecología de los murciélagos del noroeste de Chubut y la profundización en la morfología la joven bióloga espera obtener el grado de doctora.