A bordo del Joides

Hump-day

El significado de esta palabra en un buque norteamericano es el día en el que se cumple la mitad de la expedición. Hoy, 17 de diciembre, es la fecha. En pleno Golfo de Cádiz, recién terminada la tercera perforación en la que se ha podido alcanzar el tan “buscado” Mesiniense, mientras se realiza la operación de “loging” (para obtención de datos adicionales sobre la misma perforación, introduciendo instrumental en ella).

En el Hump-day se romperá la rutina de los turnos de trabajo. Una hora antes de la entrada del turno de noche y una hora después de la salida del de día, se celebrará una fiesta. Porque, en este buque, la treintena de científicos y la veintena de técnicos que los apoyan trabajan ininterrumpidamente de 12 de la mañana a 12 de la noche, y el contrario. La fiesta tendrá lugar en la sala de proyecciones, el pequeño cine en el que, tras la jornada, se puede disfrutar de alguna película, justo enfrente del gimnasio, el otro lugar frecuentado en tiempo libre, y al parecer habrá música para quienes quieran y se atrevan a bailar. La mar, el oleaje, se está portando muy bien con nosotros hasta el momento, y es de esperar que mañana no se confundan los pasos propios del ritmo con los obligados por el bamboleo del buque.

Para refrescar el acontecimiento, lo habitual a bordo, refrescos norteamericanos y zumo de frutas (“a partir de concentrado”), las patatas fritas, los cacahuetes… El JR (el apelativo cariñoso del Joides Resolution) es un buque “drug and alcohol free” y se lleva a rajatabla. Así que se brindará, se bailará, se reirá, con uno de esos vasos irrompibles que se estilan por aquí, relleno de algo de color oscuro, con mucho hielo, nada más. Y eso si algunos, los que tenemos el turno de noche, madrugamos algo y nos decidimos a que nuestro desayuno sea el que acabo de narrar.

José Abel Flores. Universidad de Salamanca.