Ciencia España , Salamanca, Martes, 21 de marzo de 2006 a las 13:47

Investigadores salmantinos desarrollan protocolos de actuación para tratar conductas problemáticas en adultos con discapacidad intelectual

Los protocolos están siendo incorporados a la Red de Servicios Asistenciales de la Junta de Castilla la Mancha

Ana Victoria Pérez/DICYT Un equipo de investigadores del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Salamanca ha desarrollado, bajo la coordinación del profesor Ricardo Canal Bedia, una serie de protocolos destinados a sistematizar y mejorar los tratamientos que los profesionales de la Psicología y la atención social utilizan para tratar conductas problemáticas en adultos con discapacidad intelectual. El trabajo de los investigadores salmantinos ha llamado la atención de la Red de Servicios Asistenciales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que desde 2002 mantiene un programa formativo para incorporar estos protocolos al trabajo diario de sus profesionales.

En la actualidad, la Red de Servicios Asistenciales castellanomanchega mantiene un modelo mixto en el que conviven los grandes centros residenciales con pisos tutelados. En total presta atención a unos 3.800 usuarios, y según explica a DICYT Ricardo Canal, "los estudios preliminares que desarrollamos en 2002 revelaban que el porcentaje de discapacitados intelectuales adultos afectados por algún tipo de conducta problemática era bastante alto, variando entre el 15% y el 19%".

Se inicia así la primera fase del proyecto en la que se analiza la situación de unos 1.400 pacientes, pertenecientes a 13 centros que a su vez mantenían un total de 39 servicios como residencias, centros ocupacionales, institutos formativos, etc. "Los profesionales de la Psicología y del estudio del comportamiento consideramos como conductas problemáticas aquellas actitudes atípicas, que se repiten en un individuo y comportan tanto un riesgo de segregación social, como un riesgo para su salud o para la de los que le rodean. Se trata de una definición muy amplia en la que se incluyen actitudes agresivas, autolesivas o destructivas, entre otras", comenta el investigador Canal Bedia.

Conductas que ponen en jaque a los profesionales encargados de tratar con estas personas, y cuyo desarrollo está asociado a un cúmulo de factores. La investigadora María Victoria Martín Cilleros, implicada en el desarrollo del proyecto desde sus inicios explica cómo "la investigación inicial nos ha servido para describir algunos patrones que se repiten en los casos de comportamiento problemático, o para constatar la existencia de otros que ya habían sido descritos con anterioridad. Así en estos cinco años hemos detectado que las conductas problemáticas son más habituales en los centros masificados, cuyo funcionamiento requiere cierta uniformidad en el tratamiento que se da a los internos, tendiendo a olvidar las necesidades individuales. De la misma manera los excesos de tiempos muertos contribuyen al desarrollo de este tipo de actitudes, y su presencia es también mayor en personas con escasas habilidades comunicativas y sociales".

El equipo de trabajo de Ricardo Canal apunta a otro factor de riesgo importante: "En todo este tiempo hemos detectado que aquellas enfermos con un alto grado de institucionalización; personas que han sido internadas a edad temprana en estos centros y presentan un mayor riesgo de desarrollar comportamientos problemáticos. De hecho, hemos descrito un patrón que parece repetirse y que asocia la aparición de este tipo de actitudes a aquellas personas que llevan vinculadas a una institución un periodo de dos años. Por lo general, estas actitudes remiten y vuelven a aparecer al cabo de 10 años de institucionalización".

Apuesta por la prevención

Aunque este estudio inicial ha facilitado muchas claves para mejorar los tratamientos, evitando un exceso de medicación en estos pacientes, mejorando también la calidad de la asistencia y en consecuencia la calidad de vida de los usuarios, los investigadores de la Universidad de Salamanca han querido poner el acento en la prevención. "Nos hemos centrado en desarrollar protocolos muy generales que faciliten el análisis de la mayor parte de los casos que se detectan, así como la detección de otros nuevos", explica María Victoria Martín.

La institucionalización de dichos protocolos requiere un cambio de actitudes entre los profesionales que deben enfrentarse diariamente a estos problemas, por lo que los investigadores salmantinos han desarrollado una serie de cursos presenciales sobre apoyo conductual positivo que se complementa por un programa de enseñanza on-line.

Este programa ha formado ya una primer grupo de profesionales castellano manchegos que a su vez han iniciado la formación de otros compañeros, lo que ha servido para crear 34 equipos de mejora en la Red Asistencial de Castilla la Mancha. "Aunque en estos momentos hemos iniciado la formación de otros 37 profesionales, nuestro objetivo es convertirnos únicamente en un departamento de referencia para los profesionales castellano manchegos, ya que el trabajo está orientado a dotarles de autonomía para abordar por sí mismos los problemas de conducta", sentencia el profesor Canal Bedia.